Indios pueblo Kamayurá, situado en el centro de la reserva indígena de Xingu en el norte de Mato Grosso, dijo a la revista Epoca que la ministra de la Mujer, la Familia y los Derechos Humanos,
Damares Alves tomó Kajutiti Lulu Kamayurá en el momento de 6 años , irregularmente de la tribu. Damas presenta a Lulu, hoy con 20 años, como su hija adoptiva, pero la adopción nunca fue formalizada legalmente, según la propia ministra ya admitió en una entrevista con TV Globo.
Según los indios, Lulu dejó la aldea llevada por la amiga y brazo derecho de Damas, Márcia Suzuki, bajo el pretexto de hacer un tratamiento dental en la ciudad, pero nunca volvió.
Marcia fundó, junto con Damares, la Atini, cuya bandera es para salvar a los niños infanticidio indígena . "Márcia vino en la Kuarup (fiesta tradicional en homenaje a los muertos), miró los dientes todos estropeados [de Lulu] y habló que iba a llevarla para tratar", contó Mapul, pajé kamayurá y hermana del cacique.
En respuesta a cuestionamientos de la revista, la ministra afirmó que la familia biológica de la hija adoptiva la visita regularmente. Preguntado por qué el niño no volvió a la aldea después del tratamiento dental, Damas dijo que Lulu regresó al Xingu para visitas. "Ella dejó el lugar con la familia y jamás perdió el contacto con sus familiares biológicos." Los indios, por su vez, dicen que la primera visita de Lulu sólo ocurrió hace unos dos años. La cuestión de no haber adoptado formalmente la niña fue ignorada por la ministra.
Según la revista, para estar de acuerdo con la ley, la adopción de un niño indígena necesita pasar por el cribado de la Justicia Federal y de la Justicia común. La adopción, o incluso la guardia o la tutela, también dependen del aval de la Funai. En el proceso, un equipo de estudios psicosociales debe analizar si hay vínculos entre el niño y el adoptante y si la familia más extensa corrobora con la adopción. En el caso de los indígenas, la aldea debe ser oída.
Los relatos de los indios cuentan que la madre biológica del niño no tenía condiciones de cuidarla y que Piracumã, el tío de la niña, tuvo la idea de dejarla a los cuidados de la abuela paterna, Tanumakaru. La aldea, sin embargo, sufría con escasez de comida y medicinas, y Lulu llegó a quedar desnutrida. En la época, llegó a ser llevada en avión por servidores que cuidan la salud de los indígenas en la región. Después se recuperó, pero se quedó con la dentición torcida por el uso de biberón.
"Lloré y Lulu estaba llorando también por dejar la abuela. Márcia se llevó en la marra. Dijo que iba a mandar de vuelta y que, cuando ella entrara de vacaciones, iba a mandar aquí. "¿Dónde?", Dijo, en tupi, la abuela, hoy casi octogenaria. Preguntada si sabía, en el momento de la partida de Lulu, que ella no regresaría más, respondió: "Nunca".
En varias ocasiones, la ministra hizo críticas a las costumbres indígenas. En 2013, en un culto, Damas dijo que, además de Lulu haber sido salva del infanticidio y haber sido maltratada por la miseria de los kamayurás, la niña sería esclava del propio pueblo.
Las acusaciones de infanticidio y maltrato hechas por la ministra son rebatidas por los kamayurás. "Quien sufrió, quien se quedaba despierto haciendo menguante, era la abuela Tanumakaru, no a Damas. "Ayudé a buscar leche en esa época", dijo el pajé Mapulu.
Los indios, sin embargo, no niegan que sacrificar a niños en el pasado. En el caso de Lulu, fue Piracumã, el tío del niño, quien insistió para que la madre no enterrar al bebé. "Antiguamente, tenía la costumbre de enterrar. Hoy, la ley ha cambiado ", agregó Mapul.
