A
Arcotangente
Guest
Para entender de forma mas acabado este post, dejo los antecedentes
Vida de Mierda
Resignación
24 Años, ahora titulado con honores máximos en la universidad, y oportunidades varias de irme a estudiar afuera (no vamos a decir de trabajo porque la crisis...); sin embargo no puedo evitar pensar que este esto es la prolongación lógica de un camino decadente que no veo que se vaya acabar pronto. Gente felicitándome, abrazos varios y una serie de proyecciones sobre un seguro futuro profesional fantástico; y yo intentando fingir con alguna mueca que todo estaba bien, por no buscar una manera mas diplomática de mandar todo a la mierda.
De alguna forma triste, pero intencionada, he visto como todo ha salido exactamente como me he fijado, incluso cuando no fui lo suficientemente honesto conmigo mismo sobre estos planes. En algún temprano momento de mi infancia tuve una firme convicción de que debía ser exitoso -entiéndase "exitoso" como ser mejor que los demás- en el colegio, obtener las mejores notas, y no dejar que nadie interrumpiese ese objetivo. El colegio, el medio y las extrañas cosas del destino hizo que un grupo de niños inocentes nos convirtiéramos en unos salvajes capaz de liquidarnos con tal de ostentar éxito frente a los demás. Mis papás terminaron quitándome de ese colegio cuando las cosas comenzaron a salirse de control y llegamos a un salvajismo propio del bulling. Sin bien en un nuevo colegio podía desenvolverme más humanamente, el ideal de éxito a como diera lugar persistió, la obsesión de destruir a quien se interpusiera en mi camino era irrevocable, independiente que esas personas existieran o no. En algún momento me comprometí con la idea de entrar a la universidad que quería en la carrera que quería, sin mas opciones, una idea fija. Eso no tiene nada de malo, pero mi obsesión descontrolada por esto me llevó a olvidarme de todo lo que no fuera estudio, excluir a las demás personas, ver sus ideales y su presencia misma como despreciable, y dedicarme exageradamente a cumplir la misión, sin hacer que por ningún momento existiera la posibilidad de fallo, viendo competencia y eventuales rivales en donde no los había. Objetivo cumplido.
Entrar a la universidad permitió alejarme del pasado y los "fantasmas" que competían conmigo, y de paso dejar atrás a los que se supone que son amigos de uno, y hablo de "suponer" porque casi me he olvidado de ellos, no hubo odio ni nada, solo olvido. Por una parte, la carrera que en un principio asumí casi como un deber se terminó convirtiendo en una pasión, un goce intelectual constante, algo por lo que valía la pena dedicar todo el tiempo y los esfuerzos; pero convivía irrestrictamente con ese exitismo que me caracteriza; y esta vez no hubo contemplaciones. Ya no se trataba solo de disfrutar la carrera, se trataba de ser el mejor, de hacer ver a los demás como unos simios, y lo llevé al extremo. Solo hablaba con la gente que trabajaba conmigo, no viajé a ningún lado, no salía ni siquiera a la esquina a respirar con tal de trabajar compulsiva y obsesivamente, fui un muro con personas que quisieron acercarse a mi. No hubo fines de semanas, ni familia, de alguna manera traté (y sigo tratando) a la gente mas cercana conmigo a una distancia considerable, solo lo justo y necesario; y puedo decir casi con certeza, que ya somos casi unos desconocidos, un saludo y quizás te vuelva a ver si nos encontramos en la calle. En los últimos años he visto desfilar psicólogos, psiquiatras y pastillas varias que tarde o temprano los mando a la shusha.
Durante los últimos 12 o 14 años he forzado un camino obsesivo de triunfo, y en ese transcurso perdí mi juventud, dejé mis impulsos, deseos, caprichos infantiles, afectos, sentimientos y todo lo que te hace persona de lado, de forma evidente la rabia consume mi vida y veo que esto será así, no se bien hasta cuando.
No puedo evitar configurar este momento como el peaje tras varios kilómetros de camino en que no viste mas que el asfalto frente a ti. Ver hacia atrás como perdí todo lo que supuestamente debí ganar (como experiencia de vida), sin saber exactamente si lamentarse por no saber que se sentía pololear, sin saber que se sentía ir a wear con tus amigos, sin saber el verdadero significado de hacer nada, sin estar al lado de la gente que te quería; o sentirse realizado por llevar a cabo un plan funesto que te alejara de cualquier distracción, de cualquier persona, de lo que no fuera tu norte ("te propones algo y debes lograrlo"). Hoy puedo ver con claridad este panorama, como las vi el año pasado, el antepasado o hace 6 años atrás; solo para darme cuenta que he perdio cualquier noción de disfrute de las cosas y las personas -salvo mi área intelectual-, y que no hay vuelta atrás, la autodestrucción ha llegado demasiado hondo, y hoy con mas estrechez que nunca solo puedo ver posgrados y dinero en mi futuro, realmente me veo fuera de la parte humana de la sociedad, y de los móviles simples que le dan sentido a la vida; y hoy solo quiero estar solo y ver como mis gandes errores son los que me han llevado a ese "éxito" por ahora, para bien o para mal, eso no cambiará las cosas.
En algún momento aparecerá un barranco al final del camino, y el auto irá lo suficientemente rápido para no poder frenar. Por ahora solo seguiré acelerando.
Vida de Mierda
Resignación
24 Años, ahora titulado con honores máximos en la universidad, y oportunidades varias de irme a estudiar afuera (no vamos a decir de trabajo porque la crisis...); sin embargo no puedo evitar pensar que este esto es la prolongación lógica de un camino decadente que no veo que se vaya acabar pronto. Gente felicitándome, abrazos varios y una serie de proyecciones sobre un seguro futuro profesional fantástico; y yo intentando fingir con alguna mueca que todo estaba bien, por no buscar una manera mas diplomática de mandar todo a la mierda.
De alguna forma triste, pero intencionada, he visto como todo ha salido exactamente como me he fijado, incluso cuando no fui lo suficientemente honesto conmigo mismo sobre estos planes. En algún temprano momento de mi infancia tuve una firme convicción de que debía ser exitoso -entiéndase "exitoso" como ser mejor que los demás- en el colegio, obtener las mejores notas, y no dejar que nadie interrumpiese ese objetivo. El colegio, el medio y las extrañas cosas del destino hizo que un grupo de niños inocentes nos convirtiéramos en unos salvajes capaz de liquidarnos con tal de ostentar éxito frente a los demás. Mis papás terminaron quitándome de ese colegio cuando las cosas comenzaron a salirse de control y llegamos a un salvajismo propio del bulling. Sin bien en un nuevo colegio podía desenvolverme más humanamente, el ideal de éxito a como diera lugar persistió, la obsesión de destruir a quien se interpusiera en mi camino era irrevocable, independiente que esas personas existieran o no. En algún momento me comprometí con la idea de entrar a la universidad que quería en la carrera que quería, sin mas opciones, una idea fija. Eso no tiene nada de malo, pero mi obsesión descontrolada por esto me llevó a olvidarme de todo lo que no fuera estudio, excluir a las demás personas, ver sus ideales y su presencia misma como despreciable, y dedicarme exageradamente a cumplir la misión, sin hacer que por ningún momento existiera la posibilidad de fallo, viendo competencia y eventuales rivales en donde no los había. Objetivo cumplido.
Entrar a la universidad permitió alejarme del pasado y los "fantasmas" que competían conmigo, y de paso dejar atrás a los que se supone que son amigos de uno, y hablo de "suponer" porque casi me he olvidado de ellos, no hubo odio ni nada, solo olvido. Por una parte, la carrera que en un principio asumí casi como un deber se terminó convirtiendo en una pasión, un goce intelectual constante, algo por lo que valía la pena dedicar todo el tiempo y los esfuerzos; pero convivía irrestrictamente con ese exitismo que me caracteriza; y esta vez no hubo contemplaciones. Ya no se trataba solo de disfrutar la carrera, se trataba de ser el mejor, de hacer ver a los demás como unos simios, y lo llevé al extremo. Solo hablaba con la gente que trabajaba conmigo, no viajé a ningún lado, no salía ni siquiera a la esquina a respirar con tal de trabajar compulsiva y obsesivamente, fui un muro con personas que quisieron acercarse a mi. No hubo fines de semanas, ni familia, de alguna manera traté (y sigo tratando) a la gente mas cercana conmigo a una distancia considerable, solo lo justo y necesario; y puedo decir casi con certeza, que ya somos casi unos desconocidos, un saludo y quizás te vuelva a ver si nos encontramos en la calle. En los últimos años he visto desfilar psicólogos, psiquiatras y pastillas varias que tarde o temprano los mando a la shusha.
Durante los últimos 12 o 14 años he forzado un camino obsesivo de triunfo, y en ese transcurso perdí mi juventud, dejé mis impulsos, deseos, caprichos infantiles, afectos, sentimientos y todo lo que te hace persona de lado, de forma evidente la rabia consume mi vida y veo que esto será así, no se bien hasta cuando.
No puedo evitar configurar este momento como el peaje tras varios kilómetros de camino en que no viste mas que el asfalto frente a ti. Ver hacia atrás como perdí todo lo que supuestamente debí ganar (como experiencia de vida), sin saber exactamente si lamentarse por no saber que se sentía pololear, sin saber que se sentía ir a wear con tus amigos, sin saber el verdadero significado de hacer nada, sin estar al lado de la gente que te quería; o sentirse realizado por llevar a cabo un plan funesto que te alejara de cualquier distracción, de cualquier persona, de lo que no fuera tu norte ("te propones algo y debes lograrlo"). Hoy puedo ver con claridad este panorama, como las vi el año pasado, el antepasado o hace 6 años atrás; solo para darme cuenta que he perdio cualquier noción de disfrute de las cosas y las personas -salvo mi área intelectual-, y que no hay vuelta atrás, la autodestrucción ha llegado demasiado hondo, y hoy con mas estrechez que nunca solo puedo ver posgrados y dinero en mi futuro, realmente me veo fuera de la parte humana de la sociedad, y de los móviles simples que le dan sentido a la vida; y hoy solo quiero estar solo y ver como mis gandes errores son los que me han llevado a ese "éxito" por ahora, para bien o para mal, eso no cambiará las cosas.
En algún momento aparecerá un barranco al final del camino, y el auto irá lo suficientemente rápido para no poder frenar. Por ahora solo seguiré acelerando.