Obama renuncia a que Estados Unidos regrese a la Luna
El presidente quiere privatizar los vuelos espaciales para ahorrar costes
Todo el sector espacial de Estados Unidos está pendiente de lo
que Obama, a través del proyecto de presupuesto que presenta-
rá el próximo lunes para la NASA, decida sobre los vuelos
tripulados, pero los datos que se están conociendo dan por seguro que la vuelta a la Luna no se producirá. El programa para ir a la Luna, e incluso a Marte, puesto en marcha sin base económica por el anterior presidente, George Bush, se paralizará.
La familia de cohetes Ares y la cápsula Orion, ya en desarrollo,
es casi seguro que no seguirán adelante, a pesar de los 9.000
millones de dólares (6.500millones de euros) invertidos hasta
ahora en este proyecto.
A cambio, la NASA pedirá mucho dinero —se habla de 6.000 millones de dólares
(4.300millones de euros) en cinco años— para financiar a las empresas que quieran desarrollar vehículos comerciales que puedan llevar astronautas a la Estación Espacial Internacional. Entre lo público y lo privado, Obama opta por lo privado.
El pasadomiércoles el nuevo director de la NASA, Charles Bolden, en una conferencia de prensa en Israel, reconoció que la NASA se centrará en facilitar el éxito de los proyectos empresariales. Algunos expertos ya hablan de un cambio de paradigma.
Estos planes están provocando intensas reacciones y la preocupación de los trabajadores de
la NASA. Algunos congresistas, especialmente los de Florida y Texas, se han mostrado contrarios a desmantelar el gran aparato tecnológico dedicado a los vuelos tripulados en la agencia, que se traduce enmiles de puestos de trabajo en sus estados.
Varios promotores aeroespaciales se han apresurado a aplaudir la iniciativa de privatizar los
vuelos, a pesar de que en la actualidad no existe ningún vehículo estadounidense que pueda tomar el relevo del transbordador espacial, que dejará de volar este año tras completar la
construcción de la Estación Espacial, si se cumple el calendario previsto.
Detrás de la espectacular decisión de Obama está el dinero.
El comité Augustine, encargado e año pasado por el Gobierno
de estudiar el futuro de los vuelos tripulados, concluyó que era
imposible mantener los planes de la era Bush si no aumenta
ban sustancialmente los fondos disponibles. En sus conclusiones, una línea de acción propuesta fue precisamente desarrollar vehículos comerciales,
aunque eso suponga que Estados Unidos va a estar muchos
años sin posibilidad de transporte propio, dependiendo de los vehículos rusos. “Creo que se debe dar una oportinidad a las empresas ” ha dicho el ex astronauta Leroy Chiao,miembro del comité. “La tecnología para alcanzar la órbita baja tiene casi medio siglo de antigüedad, no es
nada nuevo”.
Sin embargo,Michael Griffin, el anterior director de la NASA, está enfadado: “Obama pre-
tende que seamos rehenes de la esperanza de que se desarrollen a tiempo los vuelos comerciales, inexistentes ahora”, ha opinado a través de un comunicado.
El presidente quiere privatizar los vuelos espaciales para ahorrar costes
Todo el sector espacial de Estados Unidos está pendiente de lo
que Obama, a través del proyecto de presupuesto que presenta-
rá el próximo lunes para la NASA, decida sobre los vuelos
tripulados, pero los datos que se están conociendo dan por seguro que la vuelta a la Luna no se producirá. El programa para ir a la Luna, e incluso a Marte, puesto en marcha sin base económica por el anterior presidente, George Bush, se paralizará.
La familia de cohetes Ares y la cápsula Orion, ya en desarrollo,
es casi seguro que no seguirán adelante, a pesar de los 9.000
millones de dólares (6.500millones de euros) invertidos hasta
ahora en este proyecto.
A cambio, la NASA pedirá mucho dinero —se habla de 6.000 millones de dólares
(4.300millones de euros) en cinco años— para financiar a las empresas que quieran desarrollar vehículos comerciales que puedan llevar astronautas a la Estación Espacial Internacional. Entre lo público y lo privado, Obama opta por lo privado.
El pasadomiércoles el nuevo director de la NASA, Charles Bolden, en una conferencia de prensa en Israel, reconoció que la NASA se centrará en facilitar el éxito de los proyectos empresariales. Algunos expertos ya hablan de un cambio de paradigma.
Estos planes están provocando intensas reacciones y la preocupación de los trabajadores de
la NASA. Algunos congresistas, especialmente los de Florida y Texas, se han mostrado contrarios a desmantelar el gran aparato tecnológico dedicado a los vuelos tripulados en la agencia, que se traduce enmiles de puestos de trabajo en sus estados.
Varios promotores aeroespaciales se han apresurado a aplaudir la iniciativa de privatizar los
vuelos, a pesar de que en la actualidad no existe ningún vehículo estadounidense que pueda tomar el relevo del transbordador espacial, que dejará de volar este año tras completar la
construcción de la Estación Espacial, si se cumple el calendario previsto.
Detrás de la espectacular decisión de Obama está el dinero.
El comité Augustine, encargado e año pasado por el Gobierno
de estudiar el futuro de los vuelos tripulados, concluyó que era
imposible mantener los planes de la era Bush si no aumenta
ban sustancialmente los fondos disponibles. En sus conclusiones, una línea de acción propuesta fue precisamente desarrollar vehículos comerciales,
aunque eso suponga que Estados Unidos va a estar muchos
años sin posibilidad de transporte propio, dependiendo de los vehículos rusos. “Creo que se debe dar una oportinidad a las empresas ” ha dicho el ex astronauta Leroy Chiao,miembro del comité. “La tecnología para alcanzar la órbita baja tiene casi medio siglo de antigüedad, no es
nada nuevo”.
Sin embargo,Michael Griffin, el anterior director de la NASA, está enfadado: “Obama pre-
tende que seamos rehenes de la esperanza de que se desarrollen a tiempo los vuelos comerciales, inexistentes ahora”, ha opinado a través de un comunicado.