HITMAN
Maestro del Tolueno y del Karaoke 2018/2019/2023
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por Ramón Arriagada7 de enero de 2015
En regiones de hombres solos, de alto índice de masculinidad o de mano de mano de obra masculinizada, se da como contrapartida el aumento de la prostitución y, por ende, de locales donde se comercializa el cuerpo femenino. Las consecuencias -son temas ásperos- para los organismos que debieran preocuparse de cómo este tipo de comercio repercute en la convivencia social. Nuestra Patagonia históricamente ha debido convivir con dicha actividad, incorporándola a su paisaje humano. Las muchas noticias que produce la interrelación de los ciudadanos de Magallanes con el comercio sexual, el impacto de nuevos actores con la llegada de muchas migrantes de otros países a ejercerla, motivó a Ciper Chile a enviar a dos de sus periodistas investigadores para la realización de un extenso reportaje.
Los redactores del estudio al cual hago mención son Michele y Cristián Carrere, han hecho un buen reportaje, complementado con un documental titulado “Del Caribe a Ultima Esperanza”. En los sitios de conversación es tema recurrente lo de la presencia de “morenitas” por las calles de Puerto Natales, donde no hay discriminación. Felizmente, el turismo ha permitido a los natalinos ser personas de percepción cosmopolita en cuanto a gentes y razas.
Reconozco haber leído la investigación de Ciper con mucho interés, pues hay antecedentes respecto de la prostitución desconocidos y que no son tocados en la información de prensa. Por ejemplo, las diferentes políticas estatales frente al problema: hay países “prohibicionistas” donde derechamente se persigue a los trabajadores sexuales, como en EE.UU, China y los países musulmanes; en varios países europeos son “reglamentaristas” como Holanda y Dinamarca con sus turísticos barrios rojos; nosotros somos “abolicionistas”, pues en Chile no se persigue penalmente la prostitución.
Desconocía que Argentina a partir desde 2012, cuenta con un Decreto Presidencial conocido como la “Ley Prostíbulo Cero”, establecida como una forma de terminar con la trata de personas y la explotación de la mujer. Claro, que el asunto ha derivado- en el vecino país- a situaciones más peligrosas como el trabajo callejero, locales clandestinos y violencia física contra las mujeres. Ante la desprotección muchas extranjeras como colombianas y dominicanas, han presionado el mercado local, llegando masivamente tanto a Natales como Punta Arenas.
En Chile se han encontrado las trabajadoras sexuales extranjeras, con una legislación que les permite radicarse, siempre y cuando tengan contrato de trabajo por dos años con el mismo empleador. Aparece, por tanto, una relación perversa de pareja-empleador-proxeneta. Tipos oportunistas que sabiendo interpretar la ley y sentimientos las contratan como “empleadas”, transformándolas en esclavas, cuyo trato es difícil de pesquisar por los controladores. Esto sucede en un país, cuya única aspiración es dejar el vecindario, formar parte del primer mundo, aquí todo se mide en términos de costo-utilidad y, por tanto, hay un olvido cómplice respecto a los marginados y allegados del sistema.
http://www.laprensaaustral.cl/columnistas/prostitucin-del-caribe-a-ultima-esperanza-47455
En regiones de hombres solos, de alto índice de masculinidad o de mano de mano de obra masculinizada, se da como contrapartida el aumento de la prostitución y, por ende, de locales donde se comercializa el cuerpo femenino. Las consecuencias -son temas ásperos- para los organismos que debieran preocuparse de cómo este tipo de comercio repercute en la convivencia social. Nuestra Patagonia históricamente ha debido convivir con dicha actividad, incorporándola a su paisaje humano. Las muchas noticias que produce la interrelación de los ciudadanos de Magallanes con el comercio sexual, el impacto de nuevos actores con la llegada de muchas migrantes de otros países a ejercerla, motivó a Ciper Chile a enviar a dos de sus periodistas investigadores para la realización de un extenso reportaje.
Los redactores del estudio al cual hago mención son Michele y Cristián Carrere, han hecho un buen reportaje, complementado con un documental titulado “Del Caribe a Ultima Esperanza”. En los sitios de conversación es tema recurrente lo de la presencia de “morenitas” por las calles de Puerto Natales, donde no hay discriminación. Felizmente, el turismo ha permitido a los natalinos ser personas de percepción cosmopolita en cuanto a gentes y razas.
Reconozco haber leído la investigación de Ciper con mucho interés, pues hay antecedentes respecto de la prostitución desconocidos y que no son tocados en la información de prensa. Por ejemplo, las diferentes políticas estatales frente al problema: hay países “prohibicionistas” donde derechamente se persigue a los trabajadores sexuales, como en EE.UU, China y los países musulmanes; en varios países europeos son “reglamentaristas” como Holanda y Dinamarca con sus turísticos barrios rojos; nosotros somos “abolicionistas”, pues en Chile no se persigue penalmente la prostitución.
Desconocía que Argentina a partir desde 2012, cuenta con un Decreto Presidencial conocido como la “Ley Prostíbulo Cero”, establecida como una forma de terminar con la trata de personas y la explotación de la mujer. Claro, que el asunto ha derivado- en el vecino país- a situaciones más peligrosas como el trabajo callejero, locales clandestinos y violencia física contra las mujeres. Ante la desprotección muchas extranjeras como colombianas y dominicanas, han presionado el mercado local, llegando masivamente tanto a Natales como Punta Arenas.
En Chile se han encontrado las trabajadoras sexuales extranjeras, con una legislación que les permite radicarse, siempre y cuando tengan contrato de trabajo por dos años con el mismo empleador. Aparece, por tanto, una relación perversa de pareja-empleador-proxeneta. Tipos oportunistas que sabiendo interpretar la ley y sentimientos las contratan como “empleadas”, transformándolas en esclavas, cuyo trato es difícil de pesquisar por los controladores. Esto sucede en un país, cuya única aspiración es dejar el vecindario, formar parte del primer mundo, aquí todo se mide en términos de costo-utilidad y, por tanto, hay un olvido cómplice respecto a los marginados y allegados del sistema.
http://www.laprensaaustral.cl/columnistas/prostitucin-del-caribe-a-ultima-esperanza-47455
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