Igual hay que poner los pies en la tierra y saber que Sony no caerá fácil, al menos en el corto plazo.
PS4 ganó la última generación (al menos por sobre Xbox One), dos de sus exclusivos fueron los favoritos al GOTY del año pasado y tienen fanáticos en todo el mundo que siguen siendo muy fieles a la marca PlayStation. En España y Reino Unido, por ejemplo, son mayoría absoluta. En un equivalente futbolístico, es ver que un equipo salió Campeón invicto la temporada pasada y no tienen interés alguno en ver las grietas que se están empezando a formar porque sus archirrivales rojo y verde aún no despiertan.
Darle la espalda a Japón, más allá de las consecuencias descritas acá, les podrá importar poco siempre que en Occidente sigan dominando. Pero ese efecto se verá a largo plazo cuando los desarrolladores japos empiecen a abandonar la consola una por una. Pero la pregunta es ¿a dónde?. Nintendo seguirá en su propia parada, más allá que algunos ya se hayan ido hacia allá, por lo que la gran esperanza para algunos era esa alianza entre Microsoft y Sega que, al final, nunca se concretó. ¿Se va a dar una caída en el largo plazo? Sí, mientras sigan ignorando gran parte de ese público. Pero aún falta mucho para que esto se produzca.