El es reservado, meticuloso y ordenado. En el silencio de su soledad, siente la paz del viento entre los pinos de San Pedro, mientras toma el te mirando por la ventana. Una tarde, llegando del trabajo, entro a su hogar y cerro la puerta con llave, cuando paralizado de horror , encontró a un intruso durmiendo en el living. El adormilado despertó, se miraron fijamente y ante un aterrador aullido, huyó despavorido por la ventana, rasgando las cortinas y orinando su efímero aposento. Desde ese día aborrece a los gatos y cierra cautelosamente todas las ventanas antes de salir.