Tú, satanás serenense, hermano maldito del demonio y secretario del mismo Lucifer! ¿Qué clase de caballero eres? El demonio caga y tu ejército se lo traga. No eres digno de tener a los hijos del abusheo bajo tu poder; no tememos a tu ejército y te combatiremos por tierra y mar. Despojo babilónico, loco macedonio, cervecero de Jerusalén, zapatero alejandrino, porquero del Alto y del Bajo Egipto, cerdo armenio, cabra tártara, verdugo de Kamyanets, ladrón podoliano, nieto de la malvada serpiente, bufón de todo el mundo y el inframundo, necio ante nuestro Dios, morro de cerdo, culo de yegua, perro, cara no bautizada ¡Que el diablo te cocine al vapor! Así es como te responden los antronianos. ¡Tú, desagradable cubo de escupitajos, no eres capaz de gobernar a los verdaderos cristianos! Como no sabemos la fecha ni poseemos calendario; la luna está en el cielo y el año en los libros, el mismo día es para nosotros que para tí, así que bésanos el culo».