No todos, hay algunos más severos, pero en general son más calientes y más temperamentales. A mí me tocó compartir con varios un semestre entero en la U, por un ramo de terapia deportiva. Trabajábamos con una escuela especial; ni se imaginan la fauna de weones raros con los que tuve que compartir. Los más piolas eran los down, porque eran avispados y podían seguir órdenes sin mayores problemas (a menos que les diera la rabieta, ahí se taimaban y hacían escándalo), pero habían otros desagradables.
Recuerdo que un día me tocó estar a cargo de un pendejo con Sd. De Angelman, que no hablaba nada, apenas caminaba, y los brazos no los movía y los tenía entablillados. Ctm, yo tenía que andar arrastrándolo practicamente para que se moviera. Le hablaba y era como interactuar con una hamster. Pendejo culiao, más encima se meo encima mío
2:
Había otro que tenía retraso mental y epilepsia; era un pendejo muy gordo y con mucha fuerza, que usaba casco porque cuando le daban los ataques se azotaba la cabeza contra el piso
El ctm andaba todo el día "tío tío tío tío tío tíooooooo" y se te tiraba encima. Había que hacerlo caminar y pararlo entre dos por lo menos, porque era muy gordo. También se meo un par de veces.
Y así seguían. Pendejos autistas simpáticos, pendejos down o autistas que te pegaban, pendejos en carritos, en silla de ruedas, down que te abrazaban y te agarraban el poto o te intentaba dar besos. Una vez la profe les dijo: "tienen que correr hasta allá donde está el tío letterbomb" y en el acto se me avalanzaron como 15 pendejos y entre todos me abrazon y me corrieron como quisieron
Oh, cómo odiaba ese ramo. Lo único que salvaba era que, como teníamos que inventarles juegos y los weones eran re competitivos, se hacían cagar pegándose y burlándose entre ellos