_McSwing_
Bosta
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Muy linda historia, maestruli.Dudas de tu Maestro Judas ?
Esperamos el desenlace de la visita de los suegros.
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Muy linda historia, maestruli.Dudas de tu Maestro Judas ?
Plan cuadrante podría ser.@Mystery eres tú? jajaja
Broderito, se pasó, tremenda historia y relatada de la mejor forma.
Tengo una duda con cuando puso que el suegro dijo que tenía 3 minutos o sino llamaría a carabineros, a qué se refería con que tenía el 9 presionado?
O acceso directo.Plan cuadrante podría ser.
Compadre mientras esas "cosas" que siente no involucren pensamientos de carácter erótico en los que yo esté envuelto, todo sigue en orden.
Si en un futuro se dan las condiciones, tenga por sentado que le tomaré la palabra, y exigiré además, que haga el honor de presentarme a la afortunada co-protagonista de la historia.
Por supuesto que así será, además en una de esas se une la hermana y quien sabe?... la cosa termina en familia?
@Mystery eres tú? jajaja
Broderito, se pasó, tremenda historia y relatada de la mejor forma.
Tengo una duda con cuando puso que el suegro dijo que tenía 3 minutos o sino llamaría a carabineros, a qué se refería con que tenía el 9 presionado?
Tremendamente agradecido, pero debo verme en la necesidad de rechazar la segunda parte de la oferta, pues debo ser fiel a mi gorda @kyles...
No se preocupe. Ya me acostumbré a aceptar todo tipo de adoraciones e insinuaciones hacia ella y debo vivir con eso.
Afortunadamente, mi gorda solo tiene ojos (y estómago) para mi
No se preocupe. Ya me acostumbré a aceptar todo tipo de adoraciones e insinuaciones hacia ella y debo vivir con eso.
Afortunadamente, mi gorda solo tiene ojos (y estómago) para mi
Buen punto ese Maese.... Todavía no me toca lidiar con lo celos.
¿Usted como los maneja?
"la apreciaba más bien como la hermana pequeña que nunca tuve"
Gracias a dios no tuviste hermana o de pura ternura te la culiabas
me leí toda la weá, simplemente hay que aplaudirlo cipadrito
cuente como le fue con los suegros en la casa pues! no lo deje ahi no mas... falta el epilogo
Estamos a la espera del capítulo de hoy, maestruli.
Muchas gracias por el epílogo, maestruli.Hola queridos…. Deseo que tengan un hermoso día
A petición de varios, y a manera de epílogo, les narraré los sucesos que acontecieron la tarde de ayer. Como les comente, era el turno de mis singulares suegros visitar mi lejana cueva. Ellos estaban llenos de expectativas y luego de haber concluido su visita, siento que encontraron lo que tanto buscaban, satisfacción y por supuesto, una montaña de platos sucios que todavía estoy lavando.
Ayer estuve puntual a las 19:00 Afuera de su casa. Apenas estaciones, toque el citofono y sin siquiera contestar la reja chirrió y se abrió lentamente. Sin esperar que terminara de abrirse la forcé un poco y con mi mano izquierda di unos suaves golpecitos, mientras que en mano derecha ocultaba tras de mi un simpático ramo de flores, regalo para la suegra. Por supuesto fue ella quien abrió la puerta y en el acto, con una galante ceremonia le comente lo bella que estaba y de un modo arrebatador, le entregue las preciosas flores, ella solo se sonrojo y corriendo se dirigió a la cocina en busca de un florero donde aún supongo, ellas reposan.
-Estamos listos-, comento la suegra y yo no podía contener mi entusiasmo, siempre me pongo un poco nervioso en situaciones nuevas y mirando a todos, ansioso, espero a que al fin se decidan a salir. Ese pensamiento pareció hacer eco, porque al trote, aparece el rojizo suegro dándome un pequeño golpe en la barbilla y al terminar me comenta:
-Oye, ¿no andan indios allá donde vives?, ¿no me van a quemar el auto verdad?-.
En mi interior rezaba porque así fuera, pero no lo quise arruinar, solo me reí y sin hacerle mucho caso, choque las palmas en el aire y les propuse seguirme.
Por la carretera veía en mi espejo retrovisor, como el lindo auto de mi suegro, muy pegado tras de mí, me hacia cambios de luces para que yo me apurara, pero lamentablemente mi viejo jeep tiene una velocidad máxima de 90 Km/h y si lo exijo más, pues temo que el wáter se pueda desarmar. Los camiones me hacen la misma jugada, de modo que baje el espejo y subí un poco el volumen de la radio. Hace días que quedo atrapado ahí mi viejo CD de Dangerous Toys y cada vez que la encendía, la canción Demon Bell sonaba una y otra vez, esa canción me trae gratos recuerdo, sobretodo de la película “Shoker”, un clásico.
Cantando a todo pulmón, olvide que me seguían y todo extasiado llegue al cruce que conduce hacia mi casa, doblando hacia la cordillera nos esperan 17 Km de un amplio camino de tierra adornado por ambos lados por hermosas praderas. Esta vez fui yo el desconsiderado y aceleré a fondo, solo para que el suegro sufriera a causa del camino y la tierra suelta. Ya al llegar al callejón, tras 20 Minutos de un sufrido camino, los guie lentamente por ese precioso pasaje. Este caminito es una servidumbre que pasa a través de 3 parcelas y la última es la mía. Como mis vecinos usan sus terrenos solo para el cultivo y yo arriendo sus parcelas para maíz, me tome la libertad de adueñarme del callejón y sembrarlo por ambos lados con lavandas y geranios, que le dan un aspecto increíble, mezcla camino y campo Eliseo.
Me baje rápidamente y abrí el pesado portón, dándoles a ellos la primera vista exclusiva de lo que será el nuevo nido de su calva primogénita. Entre el vehículo y deje que ellos se estacionaran bajo la sombre de los aromos, mientras yo rápidamente encerraba los perros y vigilaba que no hubiera por ahí ninguna gallina, ya que estas aman usar autos desconocidos como palos de gallineros. Revisadas ambas tareas, ayudo a la suegra a bajar de su auto, al tiempo que miro a mi suegro y el estaba como anonadado.
-Nada mal-. Fue lo único que me dijo mientras con mirada escrutadora recorría todo el perímetro en busca de cosas chulas, supongo.
Mientras recorríamos el patio hasta la puerta de la casa, premeditadamente aparece mi pequeña musa envuelta en un vestido de cuadritos con unas simpáticas mangas. Se veía increíble, su cuerpo irradiaba salud y energía, al tiempo que su mirada constantemente permanecía iluminada. Al ver semejante ángel, corrí y en el acto la tome, le di un par de vueltas en el aire y le sonreí. Esa escena emociono a mi suegra, quien de un codazo miraba despectivamente a mi suegro, quizás añorando semejante escena. Al notar esto, dejo nuevamente a esta nena en el suelo y ella, riendo emocionada saluda a sus papás, quienes amorosamente la abrazan y por primera vez, pude notar en ellos tres el verdadero amor de familia que sin dudas, por tiempo andaban buscando.
Ya en el interior de mi casa y para no ser tan descortés, rápidamente les traje unos apetitivos y con total naturalidad, en vez de dejarlos sentados en el sofá, los invite a recorrer la casa. Esto no suelo hacerlo con las visitas, pero en este caso, como se trata la nueva casa de su hija, quería ser yo quien los sacara de dudas y personalmente les enseñara el nuevo ambiente que habitaba esta pequeña. Primero les enseñe la cocina, que es mi verdadero orgullo. Por años trabaje duro para dejarla sumamente equipada y bonita. De chico me crie en cocinas de campo, las que dictan muy poco de belleza a causa del hollín, pero esta, sin dejar atrás su esencia, se compone de muebles, encimera, refrigerador y otros aparatos a juego con una linda cocina a leña. Mi suegra alabo el estilo y el suegro, lo asintió con la cabeza, lo que ya es un logro para mi. Después de esto los lleve por las habitaciones y por último a mi mayor orgullo.
Al final de la casa, hace casi un año hice una galería rodeada por sus 3 paredes de grandes ventanales y en su interior, comencé a implementar un pequeño gimnasio, copiando un poco el estilo del gran Ronnie Colleman. De a poco fui comprando máquinas en los remates y con poquísimos recursos debo admitir, que esta bastante decente, posee press banca, jaulas para sentadillas, un completo rack de unas viejas mancuernas y una modesta maquina Nautilus adorna el centro del recinto, dándole un toque bastante pro.
El recorrido siguió y llegamos al patio. Un enorme espacio cubierto de gruesa chépica que riego sagradamente cada 2 días y mimo 1 vez al mes con nitrógeno para mantener ese lindo color verde que contrastado con los rosales y cardenales que enmarcan este espacio. Múltiples árboles frutales salpican el terreno y al fondo, bajo en gran sauce tengo mi pequeño gallinero, habitado por 26 gallinas, 4 gallos y un pato, que es el regalón de mi sobrina.
Estas aves parecieron llamar la atención de mi suegro, quien se acerco a la reja y de manera ridícula comenzó a cacarear, pensando que tal vez se podría llevar bien con ellas. A todo ese escándalo respondieron enérgicamente los perros, quienes odian estar encerrados y cada vez que lo hago, protestan ladrando y aullando, hasta que son liberados.
-¿Cuántos perros tienes cabro?-. Me pregunto el suegro y animado por esa pregunta, los invite a conocerlos. Ahí en su corral estaban los 8 canes. Son todos animalitos que me he encontrado camino a casa y otros que han llegado por su cuenta y jamás se han ido. Aquí en casa los hay de todas las formas y tamaños imaginables, desde uno chiquitito, parecido a un chiguagua y hasta un enorme y viejo San Bernardo que solamente pasa echado, con cara de un viejo con pena. Como estos animalitos llegan y se van muriendo con los años, creo que ya recorrí la lista de todos los nombres posibles, ahora y por motivos netamente de control de vacunas y sanitarios, renuncie a los nombres y a cada uno los bautice con un número.
Esta revelación casi mata de pena a mi nena y desde ayer, se propuso la tarea de rebautizarlos en honor a sus personalidades. Y si, Mario, así se llama el San Bernardo.
Cuando le dije esto a mi suegro, creo que o capto la talla.
Pasamos por las pesebreras y les enseñe los caballos, tres formidables rocines que desde potrillos los he criado libres y pocas veces he montado. De largo seguimos por la orilla de una acequia y recorrimos todo el maizal y las plantaciones de trébol. Descansamos uso minutos bajo la sombra de dos sauces a los que colgué una hamaca, la que visito casi todas las tardes para recostarme, escuchando los grillos y sapos que fecundan ese sector. Ese espacio es, sin dudas mi escondite favorito. Luego de este largo recorrido nos dirigimos a la casa, ahí estaba Claudia con todo listo para lo que iba a ser una épica velada.
Desde que ella llego a la casa, me sorprendió el cambio que hay ahora en esta. Cambio cortinas, movió muebles y decoró hábilmente el entorno, haciéndolo sentir sumamente cálido y acogedor, ni comparado a la fría cueva que conocía. Este detalle me encanto y me volví a sentir nuevamente en mi verdadera nueva familia.
Ella preparo carne al horno con rizzoto y para mi, tenía reservada una rica tortilla de huevos, en este punto, todo el mundo se mira y me hace la misma pregunta cuando les digo que no me gusta comer carne, siempre me atacan preguntando:
-¿Pero come pollo verdad?-.
Ahí les explico que no me gusta el sabor que la carne tiene, pero para compensar la falta de aminoácidos esenciales de esta, me preparo batidos de carne de caballo cocida y además como muchos huevos, mas menos 10 huevos al día, lo que estresa mucho a mis gallinas.
Luego de la explicación, comenzó el festín, los suegros algo cansados por el recorrido comieron hambrientos y gustosos al tiempo que alababan la preparación de mi mujer, quien también aderezo los huevos con especias y jengibre, dándole a mi aburrida dieta un toque nuevo y delicioso. Destape unas botellas de vino y para esta ocasión, sacrifique unas viejas botellas de Primus de la viña Veramonte, un lindo recuerdo de mis años por Casablanca. Al contarles mi historia de vida, los suegros fueron presa de mis emociones y rematando la historia y con las copas en alto, brindamos por los nuevos tiempos y al mismo tiempo mi pequeña, como anfitriona reía complacida y recibía elogios por la cena.
Luego de los postres, hablamos tendidos todos en el living, les mostré mis fotos de pequeño y sin pudor les hablé de todas las cosas que he hecho, hasta ahora. Ellos parecieron satisfechos y dando la cena por terminada, agradecieron la invitación y felices, se fueron tomados de las manos hasta el auto, dejándonos libres para desatar nuestro tan creciente deseo. Las palabras sobraron. Tome a mi pequeña en brazos y nos dirigimos a la casa. La mesa estaba aún llena, pero me pase de largo. Ella capto la idea y antes de llegar a la pieza, ya nos estábamos desnudando, pero fue el ladrar de los perros lo que me hizo desistir y con una mejor idea en mente, la tome de la mano, liberamos a las bestias y acompañados de ellos nos fuimos a recorrer el maizal, hasta que por fin llegamos a los viejos sauces y fue ahí, justo en ese instante donde dejamos ir todo nuestro deseo.
Y la vida sigue, ella ahora me acompaña aquí en mi oficina, esta aprovechando el tiempo para estudiar, ya que realiza un post grado, con la esperanza de convertirse pronto en profesora universitaria, lo que la tiene muy emocionada. Mientras tecleo esto para ustedes, no puedo dejar de admirarla, se ve tan feliz y al igual que yo, deseamos nuestra historia siga viva hasta el fin.
Espero que con todas estas palabras que han quedado aquí escritas como testigos, ustedes tengan la certeza de que la vida es amable, siempre y cuando tu has sido amable con el.
Gracias por sus comentarios. Aunque no lo crean me han hecho muy feliz.
Les ama:
Mystery
Hola queridos…. Deseo que tengan un hermoso día
A petición de varios, y a manera de epílogo, les narraré los sucesos que acontecieron la tarde de ayer. Como les comente, era el turno de mis singulares suegros visitar mi lejana cueva. Ellos estaban llenos de expectativas y luego de haber concluido su visita, siento que encontraron lo que tanto buscaban, satisfacción y por supuesto, una montaña de platos sucios que todavía estoy lavando.
Ayer estuve puntual a las 19:00 Afuera de su casa. Apenas estaciones, toque el citofono y sin siquiera contestar la reja chirrió y se abrió lentamente. Sin esperar que terminara de abrirse la forcé un poco y con mi mano izquierda di unos suaves golpecitos, mientras que en mano derecha ocultaba tras de mi un simpático ramo de flores, regalo para la suegra. Por supuesto fue ella quien abrió la puerta y en el acto, con una galante ceremonia le comente lo bella que estaba y de un modo arrebatador, le entregue las preciosas flores, ella solo se sonrojo y corriendo se dirigió a la cocina en busca de un florero donde aún supongo, ellas reposan.
-Estamos listos-, comento la suegra y yo no podía contener mi entusiasmo, siempre me pongo un poco nervioso en situaciones nuevas y mirando a todos, ansioso, espero a que al fin se decidan a salir. Ese pensamiento pareció hacer eco, porque al trote, aparece el rojizo suegro dándome un pequeño golpe en la barbilla y al terminar me comenta:
-Oye, ¿no andan indios allá donde vives?, ¿no me van a quemar el auto verdad?-.
En mi interior rezaba porque así fuera, pero no lo quise arruinar, solo me reí y sin hacerle mucho caso, choque las palmas en el aire y les propuse seguirme.
Por la carretera veía en mi espejo retrovisor, como el lindo auto de mi suegro, muy pegado tras de mí, me hacia cambios de luces para que yo me apurara, pero lamentablemente mi viejo jeep tiene una velocidad máxima de 90 Km/h y si lo exijo más, pues temo que el wáter se pueda desarmar. Los camiones me hacen la misma jugada, de modo que baje el espejo y subí un poco el volumen de la radio. Hace días que quedo atrapado ahí mi viejo CD de Dangerous Toys y cada vez que la encendía, la canción Demon Bell sonaba una y otra vez, esa canción me trae gratos recuerdo, sobretodo de la película “Shoker”, un clásico.
Cantando a todo pulmón, olvide que me seguían y todo extasiado llegue al cruce que conduce hacia mi casa, doblando hacia la cordillera nos esperan 17 Km de un amplio camino de tierra adornado por ambos lados por hermosas praderas. Esta vez fui yo el desconsiderado y aceleré a fondo, solo para que el suegro sufriera a causa del camino y la tierra suelta. Ya al llegar al callejón, tras 20 Minutos de un sufrido camino, los guie lentamente por ese precioso pasaje. Este caminito es una servidumbre que pasa a través de 3 parcelas y la última es la mía. Como mis vecinos usan sus terrenos solo para el cultivo y yo arriendo sus parcelas para maíz, me tome la libertad de adueñarme del callejón y sembrarlo por ambos lados con lavandas y geranios, que le dan un aspecto increíble, mezcla camino y campo Eliseo.
Me baje rápidamente y abrí el pesado portón, dándoles a ellos la primera vista exclusiva de lo que será el nuevo nido de su calva primogénita. Entre el vehículo y deje que ellos se estacionaran bajo la sombre de los aromos, mientras yo rápidamente encerraba los perros y vigilaba que no hubiera por ahí ninguna gallina, ya que estas aman usar autos desconocidos como palos de gallineros. Revisadas ambas tareas, ayudo a la suegra a bajar de su auto, al tiempo que miro a mi suegro y el estaba como anonadado.
-Nada mal-. Fue lo único que me dijo mientras con mirada escrutadora recorría todo el perímetro en busca de cosas chulas, supongo.
Mientras recorríamos el patio hasta la puerta de la casa, premeditadamente aparece mi pequeña musa envuelta en un vestido de cuadritos con unas simpáticas mangas. Se veía increíble, su cuerpo irradiaba salud y energía, al tiempo que su mirada constantemente permanecía iluminada. Al ver semejante ángel, corrí y en el acto la tome, le di un par de vueltas en el aire y le sonreí. Esa escena emociono a mi suegra, quien de un codazo miraba despectivamente a mi suegro, quizás añorando semejante escena. Al notar esto, dejo nuevamente a esta nena en el suelo y ella, riendo emocionada saluda a sus papás, quienes amorosamente la abrazan y por primera vez, pude notar en ellos tres el verdadero amor de familia que sin dudas, por tiempo andaban buscando.
Ya en el interior de mi casa y para no ser tan descortés, rápidamente les traje unos apetitivos y con total naturalidad, en vez de dejarlos sentados en el sofá, los invite a recorrer la casa. Esto no suelo hacerlo con las visitas, pero en este caso, como se trata la nueva casa de su hija, quería ser yo quien los sacara de dudas y personalmente les enseñara el nuevo ambiente que habitaba esta pequeña. Primero les enseñe la cocina, que es mi verdadero orgullo. Por años trabaje duro para dejarla sumamente equipada y bonita. De chico me crie en cocinas de campo, las que dictan muy poco de belleza a causa del hollín, pero esta, sin dejar atrás su esencia, se compone de muebles, encimera, refrigerador y otros aparatos a juego con una linda cocina a leña. Mi suegra alabo el estilo y el suegro, lo asintió con la cabeza, lo que ya es un logro para mi. Después de esto los lleve por las habitaciones y por último a mi mayor orgullo.
Al final de la casa, hace casi un año hice una galería rodeada por sus 3 paredes de grandes ventanales y en su interior, comencé a implementar un pequeño gimnasio, copiando un poco el estilo del gran Ronnie Colleman. De a poco fui comprando máquinas en los remates y con poquísimos recursos debo admitir, que esta bastante decente, posee press banca, jaulas para sentadillas, un completo rack de unas viejas mancuernas y una modesta maquina Nautilus adorna el centro del recinto, dándole un toque bastante pro.
El recorrido siguió y llegamos al patio. Un enorme espacio cubierto de gruesa chépica que riego sagradamente cada 2 días y mimo 1 vez al mes con nitrógeno para mantener ese lindo color verde que contrastado con los rosales y cardenales que enmarcan este espacio. Múltiples árboles frutales salpican el terreno y al fondo, bajo en gran sauce tengo mi pequeño gallinero, habitado por 26 gallinas, 4 gallos y un pato, que es el regalón de mi sobrina.
Estas aves parecieron llamar la atención de mi suegro, quien se acerco a la reja y de manera ridícula comenzó a cacarear, pensando que tal vez se podría llevar bien con ellas. A todo ese escándalo respondieron enérgicamente los perros, quienes odian estar encerrados y cada vez que lo hago, protestan ladrando y aullando, hasta que son liberados.
-¿Cuántos perros tienes cabro?-. Me pregunto el suegro y animado por esa pregunta, los invite a conocerlos. Ahí en su corral estaban los 8 canes. Son todos animalitos que me he encontrado camino a casa y otros que han llegado por su cuenta y jamás se han ido. Aquí en casa los hay de todas las formas y tamaños imaginables, desde uno chiquitito, parecido a un chiguagua y hasta un enorme y viejo San Bernardo que solamente pasa echado, con cara de un viejo con pena. Como estos animalitos llegan y se van muriendo con los años, creo que ya recorrí la lista de todos los nombres posibles, ahora y por motivos netamente de control de vacunas y sanitarios, renuncie a los nombres y a cada uno los bautice con un número.
Esta revelación casi mata de pena a mi nena y desde ayer, se propuso la tarea de rebautizarlos en honor a sus personalidades. Y si, Mario, así se llama el San Bernardo.
Cuando le dije esto a mi suegro, creo que o capto la talla.
Pasamos por las pesebreras y les enseñe los caballos, tres formidables rocines que desde potrillos los he criado libres y pocas veces he montado. De largo seguimos por la orilla de una acequia y recorrimos todo el maizal y las plantaciones de trébol. Descansamos uso minutos bajo la sombra de dos sauces a los que colgué una hamaca, la que visito casi todas las tardes para recostarme, escuchando los grillos y sapos que fecundan ese sector. Ese espacio es, sin dudas mi escondite favorito. Luego de este largo recorrido nos dirigimos a la casa, ahí estaba Claudia con todo listo para lo que iba a ser una épica velada.
Desde que ella llego a la casa, me sorprendió el cambio que hay ahora en esta. Cambio cortinas, movió muebles y decoró hábilmente el entorno, haciéndolo sentir sumamente cálido y acogedor, ni comparado a la fría cueva que conocía. Este detalle me encanto y me volví a sentir nuevamente en mi verdadera nueva familia.
Ella preparo carne al horno con rizzoto y para mi, tenía reservada una rica tortilla de huevos, en este punto, todo el mundo se mira y me hace la misma pregunta cuando les digo que no me gusta comer carne, siempre me atacan preguntando:
-¿Pero come pollo verdad?-.
Ahí les explico que no me gusta el sabor que la carne tiene, pero para compensar la falta de aminoácidos esenciales de esta, me preparo batidos de carne de caballo cocida y además como muchos huevos, mas menos 10 huevos al día, lo que estresa mucho a mis gallinas.
Luego de la explicación, comenzó el festín, los suegros algo cansados por el recorrido comieron hambrientos y gustosos al tiempo que alababan la preparación de mi mujer, quien también aderezo los huevos con especias y jengibre, dándole a mi aburrida dieta un toque nuevo y delicioso. Destape unas botellas de vino y para esta ocasión, sacrifique unas viejas botellas de Primus de la viña Veramonte, un lindo recuerdo de mis años por Casablanca. Al contarles mi historia de vida, los suegros fueron presa de mis emociones y rematando la historia y con las copas en alto, brindamos por los nuevos tiempos y al mismo tiempo mi pequeña, como anfitriona reía complacida y recibía elogios por la cena.
Luego de los postres, hablamos tendidos todos en el living, les mostré mis fotos de pequeño y sin pudor les hablé de todas las cosas que he hecho, hasta ahora. Ellos parecieron satisfechos y dando la cena por terminada, agradecieron la invitación y felices, se fueron tomados de las manos hasta el auto, dejándonos libres para desatar nuestro tan creciente deseo. Las palabras sobraron. Tome a mi pequeña en brazos y nos dirigimos a la casa. La mesa estaba aún llena, pero me pase de largo. Ella capto la idea y antes de llegar a la pieza, ya nos estábamos desnudando, pero fue el ladrar de los perros lo que me hizo desistir y con una mejor idea en mente, la tome de la mano, liberamos a las bestias y acompañados de ellos nos fuimos a recorrer el maizal, hasta que por fin llegamos a los viejos sauces y fue ahí, justo en ese instante donde dejamos ir todo nuestro deseo.
Y la vida sigue, ella ahora me acompaña aquí en mi oficina, esta aprovechando el tiempo para estudiar, ya que realiza un post grado, con la esperanza de convertirse pronto en profesora universitaria, lo que la tiene muy emocionada. Mientras tecleo esto para ustedes, no puedo dejar de admirarla, se ve tan feliz y al igual que yo, deseamos nuestra historia siga viva hasta el fin.
Espero que con todas estas palabras que han quedado aquí escritas como testigos, ustedes tengan la certeza de que la vida es amable, siempre y cuando tu has sido amable con el.
Gracias por sus comentarios. Aunque no lo crean me han hecho muy feliz.
Les ama:
Mystery
Gracias por sus comentarios. Aunque no lo crean me han hecho muy feliz.
Dudas de tu Maestro Judas ?