Una vez que se alcanza la adultez, las películas de vampiros, zombies, hombres lobos, etc., aunque igualmente se disfrutan, ya no provocan ese mismo efecto. Pero como algunos ya han señalado, el horror en esta etapa radica en las cosas que generan incomodidad y en los temas con los que uno se puede identificar como adulto. Varios han mencionado algunas que aún me provocan esa sensación: “The King of Comedy”, “Spoorloos” y “El Exorcista”, por ejemplo. Acerca de esta última, con los años uno comienza a verla desde la perspectiva de la madre y su viaje emocional. Se convierte en algo más que una película de terror tradicional sobre posesión demoníaca. El hecho de que explore la angustia maternal y la lucha de una madre frente al tormento inexplicable de su hija, y te haga sentir su desesperación, miedo y sensación de impotencia, además del desafío que esto representa para sus propias creencias y la lleve a cuestionar lo que antes consideraba imposible, son temas con los que uno puede relacionarse en esta etapa de la vida.
Por otra parte, una película que no han mencionado y que me ha impactado es “Threads” de 1984. Se trata de una obra que simula de manera documental los efectos de una guerra nuclear. Filmada con un modesto presupuesto para una cadena de televisión británica, su representación es tan deprimente, sombría y desesperanzadora que se siente como si fuera real.
canal cinemax con unos primos y mis hermanos
