Recuerdo que allá por los años 80, TVN transmitía un partido del fútbol chileno, si mal no recuerdo era los viernes en la noche, panorama ideal para comenzar el fin de semana. En una de estas transmisiones, en pleno partido, se corta la luz en el estadio, y obviamente el partido se suspende. En ese entonces los periodistas eran más patudos, y se paseaban como Pedro por su casa en la cancha, entrevistando jugadores y árbitros. Recuerdo claramente el detalle, el partido ya llevaba unos 15 minutos suspendidos, y el arquero de uno de los equipos, estaba sentado apoyado en el palo del arco, fumando, esperando la reanudación. Como no recordaba qué equipos eran los que estaban involucrados, y por lo mismo no puedo decir de qué arquero se trataba, decidí buscar por youtube si había algún videíto por ahí mostrando un futbolista chileno fumando en la cancha.
No encontré nada respecto a este caso específico, pero si me topé con este video de la selección de Zaire, en el mundial de 1974:
en el segundo 58 se puede ver cómo uno de los reservas del equipo estaba fumando sentado en la banca. Me entró la curiosidad por este equipo, que tal vez era mucho más famoso por el papelón que hicieron en su tercer partido, contra Brasil, en aquel mundial: faltaban cinco minutos para el final y Brasil ganaba 3-0. El árbitro había cobrado un tiro libre al borde del área, y Rivelino se había puesto al frente del balón... era casi medio gol. La defensa de Zaire no deja que los jugadores brasileños hagan contrabarrera, los ánimos están medio caldeados. El árbitro pitea para que Rivelino se disponga a disparar y...
por supuesto, este hecho causó la gracia de todo el mundo del fútbol, y las burlas a la ignoracia de una selección al parecer compuesta sólo por amateurs que no conocían las reglas básicas del fútbol. Pero, ¿era tan así?
Investigando un poco respecto a esta pintoresca selección de Zaire del 74, resulta que clasificó en su condición de campeón de África, y tuvo que compartir grupo con Escocia, Yugoslavia y Brasil.
El primer partido fue contra Escocia, en donde perdieron 2-0. El primer gol fue debido a un grave error de su arquero, Muamba Kazidi, el que luego se recuperó y tuvo una serie de atajadas notables que contribuyeron a que el resultado no fuera más abultado. Luego del partido, los zaireños reclamaron que fueron constatemente hostigados por los escoceses, con comentarios racistas, e incluso con escupitajos a algunos de sus jugadores. El racismo británico es bien conocido, sobtre todo cuando se trata de países africanos. Un relator inglés dijo que Etepe Kakako “una vez alcanzó a una cebra” y deslizó que Tshimen Buanga era “como Beckenbauer, sólo que negro”... por supuesto, los alegatos zaireños no fueron escuchados, no se hizo investigación alguna y nadie fue sancionado.
El segundo partido era contra Yugoslavia, pero los problemas comenzaron antes. Los asesores del gobierno de Zaire, en ese entonces una dictadura liderada por el cruel Mobutu Sese Seko, llegaron al hotel en donde estaban concentrados los jugadores y les dijeron que no había plata para pagar los premios acordados por haber clasificado al mundial. La selección decide no presentarse a jugar, pero ante la presión juegan igual... resultado: Yugoslavia los boletea 9-0. En otro hecho curioso, y con ciertos tintes racistas, el árbitro expulsa a N’Daye acusándolo de haberlo pateado. Quien realmente lo había agredido era Ilunga Mwepu, quien se para frente al árbitro para reconocer que había sido él y no su compañero. No fueron escuchados, ya que para el árbitro, todos se veían iguales (igual de negros, tal vez quiso decir)
Después de este papelón, el dictador Sese Seko explotó en cólera, mandó directamente a su guardia gubernamental a aislar el hotel de concentración, los jugadores tenían prohibido el contacto con cualquier periodista.... y la consigna era clara: si el papelón se repetía contra Brasil, no regresaban vivos a casa. Perdieron "sólo" 3-0, contra un equipo que tenía a jugadores de la talla de Rivelino, Jairzinho y Valdomiro. Hay que entender la desesperación de los zaireños al ver que sólo quedan 5 minutos para que termine la pesadilla, y un tiro libre a la entrada del área significaba la posibilidad un gol más que les iba a costar más que un reto. El resto es historia conocida. Mwepu escucha el pito del árbitro, y corre desesperadamente desde la barrera para patear el balón. Cuando el juez ordena repetir la acción, Rivelino, tal vez desconcertado por lo que acababa de ver, manda la pelota lejos del arco. Los zaireños respiran un poco más aliviados, mientras el comentarista británico John Motson describía lo que acababa de pasar como "un momento de extraña ignoracia africana"...
@panchodesagredo (la cuenta de tuiters)
con el lucho Pato. Dicen que mandó a que unos wns lo amenazaran que si volvía, "era". Creo que con un cornete lograron convencerlo 
