El saludo es una convención en sí misma irrelevante, pero implica, generalmente, que le importas a la persona que te saluda, entonces que no te salude no implica que no le importas pero sí aumenta las posibilidades de que el weón no esté ni ahí contigo.
En lo personal, con los que no estoy ni ahí, evito el saludo siempre que puedo, pero cuando es inevitable el contacto, saludo sí o sí, pero solo para no caer mal.