Lo que los progresistas nunca entenderán es que es muy fácil ser generoso con dineros públicos y descansar sobre los malestares ajenos. Pero estoy lo que es seguro si a cada progresista le planteamos restar el diez por ciento de su sueldo para ayudar a los inmigrantes que están dando bote, o bien le instalamos una toma enfrente de sus barrios de gente linda, se les quita de un plumazo su lisonjera idea de multiculturalidad y eso que tanto les gusta pregonar.
Están llegando negros culiados de pulmones purulentos y sidosos, desde un país que no les puede ofrecer sistemas sanitarios básicos y que está a merced de organismos de caridad internacionales.
¿Quién gana?, por supuesto que un puñado, pero en desmedro de la calidad de vida de mucha gente sin voz. Dentro de todas las personas que ganan con esto, están los inescrupulosos que se están forrando con la llegada ilegal de estos negros, en un entramado que les paga los pasajes a estos que no tienen que comer. Empresarios que los tienen hacinados en cuartuchos, muchas veces trabajando en cuestionables condiciones, bajo la amenaza de denuncia y aprovechando su ignorancia. Políticos que lavan su imagen, para postular a escaños de organismos internacionales.
A acostumbrarse a la llegada de negros tísicos, sidosos, con ETS que ni siquiera Dios sabe que existen. Por supuesto y como no puede ser de otro modo, subvencionado por el sistema de salud chileno, dineros tuyos y míos.