La reforma así planteada no va a servir para nada. El mercado laboral ya saturado, se va a saturar más. Para diferenciarse va a tener que ser obligatorio para las personas el tener una especialidad, a través de un magister o un doctorado, osea igual van a tener que desembolsar entre 7 y 14 palos adicionales, si no es que más.
Una reforma que no regule los títulos y la duración de las carreras no sirve, una reforma que no tenga
incentivos para la formación de postgrados en áreas científicas e ingenierías duras no sirve, y por sobre todo una reforma que no diferencia la calidad de las instituciones que prestan servicios educaciones no sirve para nada.
Se nos ha dicho que entre una universidad privada y una tradicional (ya sea sea estatal o privada) no existen grandes diferencias, que el lucro debe ser algo que debe ser probado en tribunales (yo en lo personal no estoy en contra del lucro, pero en un país bananero como Chile no queda de otra), cuando la realidad es que la mayoría de las universidades tradicionales cobra
aranceles reales muchisimos más bajos que las privadas. Osea es necesario tener
indicadores de la relación precio/calidad para determinar que universidades reciben la gratuidad, porque no es lo mismo pagar $2,5 anuales en una tradicional que 3,8 millones anuales en una privada, independiente que la calidad sea la misma. Desde ese punto de vista sería más conveniente para el estado el trabajar en ampliar la cobertura de sus universidades que invertir en estas privadas. Aquí está en juego la
racionalidad en el uso de los recursos públicos.
Para aquellos que estudian en esas universidades y que probablemente van a saltar por lo que expongo porque se ideologizan, sólo les puedo decir que
su universidad les está viendo la cara, a ustedes y a todo el país:
esa no puede ser una solemne de cálculo diferencial, eso es engañar a la gente.
http://iciunabvina.wordpress.com/2012/09/14/solemne-1-calculo-diferencial/
