Robotech era en realidad 3 series distintas.
Robotech era genial por varios motivos, entre ellos, los aviones que se transformaban en robots (lo cual es intrínsecamente la raja), personajes zorrones como Roy Fokker, y cantidades de drama que solo pueden calificarse como “venezolanas”.
Ahora bien, lo que acabamos de describir es la llamada “primera generación”; terminada esta saga, continua la historia con las aventuras de la hija de Max Sterling, Dana, y vemos también un cambio que no tiene sentido alguno: ya no usan
Varitechs, sino que unos tanques-robot, no aparece ningún personaje antiguo, y lo que es peor, la serie se volvió una lata. Concluida esta parte de la serie, llegamos a la saga de Scott Bernard y compañía: guerrilleros que emprenden un viaje a Punto Reflexpara intentar liberar al mundo de los Invid, los nuevos enemigos. Inexplicablemente, desaparecen los tanques, vuelven los aviones, y aparecen las Cyclone: motos y armaduras a la vez. Pese a todas estas inconsistencias, la serie tenía sentido por el hecho de abordar la historia por sagas: había pasado mucho tiempo entre cada una, así que era posible obviar esos detalles. La verdad, sin embargo, es que Harmony Gold (la compañía detrás de Robotech, y también
inmobiliaria) compró 3 series totalmente distintas para crear “armar” Robotech.
¡¿Perdón?!
Así es: Harmony Gold compró
The Super Dimension Fortress Macross,
Super Dimension Cavalry Southern Cross y
Genesis Climber MOSPEADA, todas ellas producidas por la japonesa Tatsunoko, lo cual explica la similitud en cuanto a temática y dibujos, pero que en cuanto a historia, no tenían nada que ver. Con algo (mucha) edición y la
notable música de Ulpio Minucci, Harmony Gold “armó” Robotech, y con ello contribuyó a popularizar la animación japonesa en occidente.