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Urrutia (udi) Dice Que “si Aceptan Homosexuales En El Ejército, Perú Y Bolivia Nos Violarán La Raja”

Tanto apoyo a la comunidad fletita en todo ámbito que ya parece circo. No hay que discriminarlos, pero hay claras situaciones en donde no puede participar no más.
Es que es tan obvio que un soldado gay rodeado de compañeros no es algo natural, es como poner a un soldado hombre heterosexual dentro de un regimiento femenino, y que este se bañe con ellas, duerma con ellas, las vea desnudas.. uta imposible pues.. te vuelves loco ahi entre tanta mina pues.
En el fondo los fletines pueden participar perfectamente en el ejército, pero en condiciones apropiadas de acuerdo a su condición sexual.
Los fletines pueden participar en todo ámbito social, pero todo dentro de un respeto tanto para ellos como para quienes tienen que relacionarse con ellos y aplicando criterio lógico de situaciones en donde su condición sexual no es apropiada y en otras en donde de lo mismo.
 
Lo q deberia hacer este pais de mierda seria eliminar a todos esos vagos del ejercito y asunto arreglado.

Q estupidez mas grande andar pensando en guerras.

chaolin
 
Lo q deberia hacer este pais de mierda seria eliminar a todos esos vagos del ejercito y asunto arreglado.

Q estupidez mas grande andar pensando en guerras.

chaolin
 
y el ejercito de amantes griego? pff, este udi es un ignorantes. Y Alejandro y Hefestión?

lástima que la ley zamudio no tipifico el delito de incitación al odio, como si ocurre en los países decentes que si aprenden de los errores del pasado, como Alemania. Uta cabros si hasta en España existe, y eso que ellos nos trajeron esa mala costumbre de mirar para abajo a la gente. En fin.

chaolin.
 
Lógicamente, los gays que se queden en el ejército no van a ser locas, sino van a ser los más amachados.
 
(Según el sacoweas) No podrán haber homosexuales en el ejército, pero estoy en un partido político y movimiento ideológico en el que su fundador y mentor fue un homosexual. Puta que es fácil ver las contradicciones de estos "machos", que con suerte han leído la Biblia y que sólo ha escuchado de su mentor cuando lo nombra Longueira. :lol2:
 
:lol2:

Como si no hubiesen habido homosexuales en los ejércitos pasados :tecito: La homosexualidad es tan antigua como la sociedad misma y eso no impidio que se ganaran guerras.

Saco e' weas :nonono:
 
Que webean si la homosexualidad se saco del DSM III, que es una wea para diagnosticar solo por las presiones de las minorias sexuales, es como si el dia de mañana los pedofilos salieran a marchar y los psiquiatras, hicieran una votacion para definir si la pedofilia es o no una enfermedad.

El resultado de la votacion de los psiquiatras en ese tiempo con respecto a los maracos, fue que el 60% no lo consideraba una enfermedad y el otro 40% si la consideraba una enfermedad.
Definir una enfermedad por una votacion po wn, existira una wea menos cientifca?? :lol2:

Asi que SUFRAN :monomeon: PRO-MARACOS
Que alguien me diga que la wea es mentira???

Exacto. La salida de la homosexualidad del listado de trastornos psiquiátricos NO FUE UNA DECISIÓN CIENTÍFICA SI NO ESTRICTAMENTE POLÍTICA.

Lo mismo que puse en un tema relacionado sobre este turbio asunto:

Sky Link dijo:
En los años 70 se elimino la homosexualidad como enfermedad mental por la Asociación norteamericana de psiquiatría y en los 90 fue eliminada como enfermedad por la Organización mundial de la salud.

Catalogar como enfermedad la homosexualidad queda fuera de todo orden científico reconocido. ¿en que se basa este señor para decir que es una enfermedad?

Cuéntala completa wn:

ENIGMAS DE LA HISTORIA
La homosexualidad no es lo que era
Por César Vidal

En 1973, en contra de una extendida opinión psiquiátrica, la Asociación psiquiátrica americana (APA) excluyó la homosexualidad de los trastornos psicológicos contemplados en el DSM-III. La decisión fue calurosamente aplaudida por los grupos de presión gays como la liberación de un estigma e incluso como un acto de justicia histórico. En apariencia, la psiquiatría abandonaba un error de años.


¿Cómo dejó de ser considerada la homosexualidad un trastorno psicológico?

El juicio sobre la homosexualidad ha experimentado diversas variaciones a lo largo de la Historia. En general, las culturas de la Antigüedad generalmente la juzgaron moralmente reprobable. Egipcios y mesopotámicos la contemplaron con desdén mientras que para el pueblo de Israel se hallaba incluida en el listado de una serie de conductas indignas del pueblo de Dios que se extendían del adulterio a la zoofilia pasando por el robo o la idolatría (Levítico 18, 22). No en vano, el Antiguo Testamento incluía entre los relatos más cargados de dramatismo el de la destrucción de Sodoma y Gomorra (Génesis 13, 14, 18 y 19), cuyos habitantes habían sido castigados por Dios por practicar la homosexualidad. Durante el período clásico, la visión fue menos uniforme. En Grecia, por ejemplo, alguna formas de conducta homosexual —masculina y sin penetración— era tolerable mientras que en Roma fue duramente fustigada por autores como Tácito o Suetonio como un signo de degeneración moral e incluso de decadencia cívica. El cristianismo —que, a fin de cuentas, había nacido del judaísmo— también condenó expresamente la práctica de la homosexualidad. No sólo Jesús legitimó lo enseñado por la ley de Moisés sin hacer excepción con los actos homosexuales (Mateo 5, 17-20) sino que el Nuevo Testamento en general condenó la práctica de la homosexualidad considerándola contraria a la ley de Dios y a la Naturaleza (Romanos 1, 26-27) y afirmando que quienes incurrieran en ella, al igual que los que practicaran otro tipo de pecados, no entrarían en el Reino de los cielos (I Corintios 6, 9).

La condena de la práctica homosexual fue común en los Padres de la iglesia y en los documentos más antiguos de disciplina eclesial aparece como uno de los pecados que se penan con la excomunión. Partiendo de esta base no resulta extraño que el mundo medieval —tanto judeo y cristiano como musulmán— condenara las prácticas homosexuales e incluso las penara legalmente aunque luego en la vida cotidiana fuera tan tolerante —o tan intolerante— con esta conducta como con otras consideradas pecado. Esta actitud fue aplastantemente mayoritaria en occidente —y en buena parte del resto del globo— durante los siglos siguientes. Esencialmente, la visión negativa de la homosexualidad estaba relacionada con patrones religiosos y morales y no con una calificación médica o psiquiátrica. El homosexual podía cometer actos censurables —no más por otra parte que otros condenados por la ley de Dios— que incluso se calificaban de contrarios a la Naturaleza y de perversión. No obstante, no se identificaba su conducta con un trastorno mental o con un desarreglo físico. En realidad, para llegar a ese juicio habría que esperar a la consolidación de la psiquiatría como ciencia.

Partiendo de una visión que consideraba como natural el comportamiento heterosexual —que meramente en términos estadísticos es de una incidencia muy superior— la psiquiatría incluiría desde el principio la inclinación homosexual —y no sólo los actos como sucedía con los juicios teológicos— entre las enfermedades que podían y debían ser tratadas.
Richard von Kraft-Ebing, uno de los padres de la moderna psiquiatría del que Freud se reconocía tributario, la consideró incluso como una enfermedad degenerativa en su Psychopatia Sexualis. De manera no tan difícil de comprender, ni siquiera la llegada del psicoanálisis variaría ese juicio. Es cierto que Freud escribiría en 1935 una compasiva carta a la madre norteamericana de un homosexual en la que le aseguraba que “la homosexualidad con seguridad no es una ventaja, pero tampoco es algo de lo que avergonzarse, ni un vicio, ni una degradación, ni puede ser clasificado como una enfermedad”. Sin embargo, sus trabajos científicos resultan menos halagüeños no sólo para las prácticas sino incluso para la mera condición de homosexual. Por ejemplo, en sus Tres ensayos sobre la teoría de la sexualidad, Freud incluyó la homosexualidad entre las “perversiones” o “aberraciones sexuales”, por usar sus términos, de la misma manera que el fetichismo del cabello y el pie o las prácticas sádicas o masoquistas. A juicio de Freud, la homosexualidad era una manifestación de falta de desarrollo sexual y psicológico que se traducía en fijar a la persona en un comportamiento previo a la madurez heterosexual.

En un sentido similar, e incluso con matices de mayor dureza, se pronunciaron también los otros grandes popes del psicoanálisis, Adler y Jung. Los psicoanalistas posteriores no sólo no modificaron estos juicios sino que incluso los acentuaron a la vez que aplicaban tratamientos considerados curativos contra la inclinación homosexual. En los años cuarenta del siglo XX, por ejemplo, Sandor Rado sostuvo que la homosexualidad era un trastorno fóbico hacia las personas del sexo contrario, lo que la convertía en susceptible de ser tratada como otras fobias. Bieber y otros psiquiatras, ya en los años sesenta, partiendo del análisis derivado de trabajar con un considerable número de pacientes homosexuales, afirmaron que la homosexualidad era un trastorno psicológico derivado de relaciones familiares patológicas durante el período edípico. Charles Socarides en esa misma década y en la siguiente —de hecho hasta el día de hoy— defendía, por el contrario, la tesis de que la homosexualidad se originaba en una época pre-edípica y que por lo tanto resultaba mucho más patológica de lo que se había pensado hasta entonces. Socarides es una especie de bestia negra del movimiento gay hasta el día de hoy pero resulta difícil pensar en alguien que en el campo de la psiquiatría haya estudiado más minuciosa y exhaustivamente la cuestión homosexual. Curiosamente, la relativización de esos juicios médicos procedió no del campo de la psiquiatría sino de personajes procedentes de ciencias como la zoología (Alfred C. Kinsey) cuyas tesis fueron frontalmente negadas por la ciencia psiquiátrica.

De manera comprensible y partiendo de estos antecedentes, el DSM (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders) incluía la homosexualidad en el listado de desórdenes mentales. Sin embargo, en 1973 la homosexualidad fue extraída del DSM en medio de lo que el congresista norteamericano W. Dannemeyer denominaría “una de las narraciones más deprimentes en los anales de la medicina moderna”. El episodio ha sido relatado ampliamente por uno de sus protagonistas, Ronald Bayer, conocido simpatizante de la causa gay, y ciertamente constituye un ejemplo notable de cómo la militancia política puede interferir en el discurso científico modelándolo y alterándolo. Según el testimonio de Bayer, dado que la convención de la Asociación psiquiátrica americana (APA) de 1970 iba a celebrarse en San Francisco, distintos dirigentes homosexuales acordaron realizar un ataque concertado contra esta entidad. Se iba a llevar así a cabo “el primer esfuerzo sistemático para trastornar las reuniones anuales de la APA”. Cuando Irving Bieber, una famosa autoridad en transexualismo y homosexualidad, estaba realizando un seminario sobre el tema, un grupo de activistas gays irrumpió en el recinto para oponerse a su exposición. Mientras se reían de sus palabras y se burlaban de su exposición, uno de los militantes gays le gritó: “He leído tu libro, Dr. Bieber, y si ese libro hablara de los negros de la manera que habla de los homosexuales, te arrastrarían y te machacarían y te lo merecerías”. Igualar el racismo con el diagnóstico médico era pura demagogia y no resulta por ello extraño que los presentes manifestaran su desagrado ante aquella manifestación de fuerza.

Sin embargo, el obstruccionismo gay a las exposiciones de los psiquiatras tan sólo acababa de empezar. Cuando el psiquiatra australiano Nathaniel McConaghy se refería al uso de “técnicas condicionantes aversivas” para tratar la homosexualidad, los activistas gays comenzaron a lanzar gritos llamándole “sádico” y calificando semejante acción de “tortura”. Incluso uno se levantó y le dijo: “¿Dónde resides, en Auschwitz?”. A continuación los manifestantes indicaron su deseo de intervenir diciendo que habían esperado cinco mil años mientras uno de ellos comenzaba a leer una lista de “demandas gays”. Mientras los militantes acusaban a los psiquiatras de que su profesión era “un instrumento de opresión y tortura”, la mayoría de los médicos abandonaron indignados la sala. Sin embargo, no todos pensaban así. De hecho, algunos psiquiatras encontraron en las presiones gays alicientes inesperados. El Dr. Kent Robinson, por ejemplo, se entrevistó con Larry Littlejohn, uno de los dirigentes gays, y le confesó que creía que ese tipo de tácticas eran necesarias, ya que la APA se negaba sistemáticamente a dejar que los militantes gays aparecieran en el programa oficial. A continuación se dirigió a John Ewing, presidente del comité de programación, y le dijo que sería conveniente ceder a las pretensiones de los gays porque de lo contrario “no iban solamente a acabar con una parte” de la reunión anual de la APA. Según el testimonio de Bayer, “notando los términos coercitivos de la petición, Ewing aceptó rápidamente estipulando sólo que, de acuerdo con las reglas de la convención de la APA, un psiquiatra tenía que presidir la sesión propuesta”. Que la APA se sospechaba con quien se enfrentaba se desprende del hecho de que contratara a unos expertos en seguridad para que evitaran más manifestaciones de violencia gay. No sirvió de nada.

El 3 de mayo de 1971, un grupo de activistas gays irrumpió en la reunión de psiquiatras del año y su dirigente, tras apoderarse del micrófono, les espetó que no tenían ningún derecho a discutir el tema de la homosexualidad y añadió: “podéis tomar esto como una declaración de guerra contra vosotros”. Según refiere Bayer, los gays se sirvieron a continuación de credenciales falsas para anegar el recinto y amenazaron a los que estaban a cargo de la exposición sobre tratamientos de la homosexualidad con destruir todo el material si no procedían a retirarlo inmediatamente. A continuación se inició un panel desarrollado por cinco militantes gays en el que defendieron la homosexualidad como un estilo de vida y atacaron a la psiquiatría como “el enemigo más peligroso de los homosexuales en la sociedad contemporánea”. Dado que la inmensa mayoría de los psiquiatras podía ser más o menos competente, pero desde luego ni estaba acostumbrada a que sus pacientes les dijeran lo que debían hacer ni se caracterizaba por el dominio de las tácticas de presión violenta de grupos organizados, la victoria del lobby gay fue clamorosa. De hecho, para 1972, había logrado imponerse como una presencia obligada en la reunión anual de la APA. El año siguiente fue el de la gran ofensiva encaminada a que la APA borrara del DSM la mención de la homosexualidad. Las ponencias de psiquiatras especializados en el tema como Spitzer, Socarides, Bieber o McDevitt fueron ahogadas reduciendo su tiempo de exposición a un ridículo cuarto de hora mientras los dirigentes gays y algún psiquiatra políticamente correcto realizaban declaraciones ante la prensa en las que se anunciaba que “los médicos deciden que los homosexuales no son anormales”.

Finalmente, la alianza de Kent Robinson, del lobby gay y Judd Marmor, que ambicionaba ser elegido presidente de la APA, sometió a discusión un documento cuya finalidad era eliminar la mención de la homosexualidad del DSM. Su aprobación, a pesar de la propaganda y de las presiones, no obtuvo más que el 58 por ciento de los votos. Se trataba, sin duda, de una mayoría cualificada para una decisión política pero un tanto sobrecogedora para un análisis científico de un problema médico. No obstante, buena parte de los miembros de la APA no estaban dispuestos a rendirse ante lo que consideraban una intromisión intolerable y violenta de la militancia gay. En 1980, el DSM incluyó entre los trastornos mentales una nueva dolencia de carácter homosexual conocida como ego-distónico. Con el término se había referencia a aquella homosexualidad que, a la vez, causaba un pesar persistente al que la padecía. En realidad, se trataba de una solución de compromiso para apaciguar a los psiquiatras —en su mayoría psicoanalistas— que seguían considerando la homosexualidad una dolencia psíquica y que consideraban una obligación médica y moral ofrecer tratamiento adecuado a los que la padecían. Se trató de un triunfo meramente temporal frente a la influencia gay. En 1986, los activistas gays lograban expulsar aquella dolencia del nuevo DSM e incluso obtendrían un nuevo triunfo al lograr que también se excluyera la paidofilia [pedofilia] de la lista de los trastornos psicológicos. En Estados Unidos, al menos estatutariamente, la homosexualidad —y la paidofilia [pedofilia]— había dejado de ser una dolencia susceptible de tratamiento psiquiátrico.

Cuestión aparte es que millares de psiquiatras aceptaran aquel paso porque la realidad es que hasta la fecha han seguido insistiendo en que la ideología política —en este caso la del movimiento gay— no puede marcar sus decisiones a la ciencia y en que, al haber consentido en ello la APA, tal comportamiento sólo ha servido para privar a los enfermos del tratamiento que necesitaban. Se piense lo que se piense al respecto —y la falta de unanimidad médica debería ser una buena razón para optar por la prudencia en cuanto a las opiniones tajantes— la verdad era que la decisión final que afirmaba que la homosexualidad no era un trastorno psicológico había estado más basada en la acción política —y no de la mejor especie— que en una consideración científica de la evidencia. Por ello, ética y científicamente no se diferenciaba mucho, por lo tanto, de aberraciones históricas como el proceso de Galileo o las purgas realizadas por Lysenko.


http://revista.liber...1275323365.html


Extraigamos ahora los párrafos o parte de ellos que contienen las argumentaciones que hicieron que la homosexualidad fuera sacada de los catálogos de trastornos psiquiátricos:

- “He leído tu libro, Dr. Bieber, y si ese libro hablara de los negros de la manera que habla de los homosexuales, te arrastrarían y te machacarían y te lo merecerías” :zippyrevez:

- Cuando el psiquiatra australiano Nathaniel McConaghy se refería al uso de “técnicas condicionantes aversivas” para tratar la homosexualidad, los activistas gays comenzaron a lanzar gritos llamándole “sádico” :zippyrevez: y calificando semejante acción de “tortura” :zippyrevez:. Incluso uno se levantó y le dijo: “¿Dónde resides, en Auschwitz?” :zippyrevez:

- los militantes acusaban a los psiquiatras de que su profesión era “un instrumento de opresión y tortura” :zippyrevez:

- Que la APA se sospechaba con quien se enfrentaba se desprende del hecho de que contratara a unos expertos en seguridad para que evitaran más manifestaciones de violencia gay :zippymmm: No sirvió de nada.

- El 3 de mayo de 1971, un grupo de activistas gays irrumpió en la reunión de psiquiatras del año y su dirigente, tras apoderarse del micrófono, les espetó que no tenían ningún derecho a discutir el tema de la homosexualidad y añadió: “podéis tomar esto como una declaración de guerra contra vosotros” :zippyrevez:

- los gays se sirvieron a continuación de credenciales falsas para anegar el recinto y amenazaron :zippymmm: a los que estaban a cargo de la exposición sobre tratamientos de la homosexualidad con destruir todo el material :zippymmm: si no procedían a retirarlo inmediatamente

- A continuación se inició un panel desarrollado por cinco militantes gays en el que defendieron la homosexualidad como un estilo de vida y atacaron a la psiquiatría como “el enemigo más peligroso de los homosexuales en la sociedad contemporánea” :zippyrevez:

- Las ponencias de psiquiatras especializados en el tema como Spitzer, Socarides, Bieber o McDevitt fueron ahogadas reduciendo su tiempo de exposición a un ridículo cuarto de hora :zippymmm: mientras los dirigentes gays y algún psiquiatra políticamente correcto realizaban declaraciones ante la prensa en las que se anunciaba que “los médicos deciden que los homosexuales no son anormales” :zippyrevez:

- la alianza de Kent Robinson, del lobby gay y Judd Marmor, que ambicionaba ser elegido presidente de la APA :zippymmm:, sometió a discusión un documento cuya finalidad era eliminar la mención de la homosexualidad del DSM. Su aprobación, a pesar de la propaganda y de las presiones, no obtuvo más que el 58 por ciento de los votos. Se trataba, sin duda, de una mayoría cualificada para una decisión política pero un tanto sobrecogedora para un análisis científico de un problema médico. No obstante, buena parte de los miembros de la APA no estaban dispuestos a rendirse ante lo que consideraban una intromisión intolerable y violenta de la militancia gay.



Resumiendo, los fundamentos últimos de todos los que alegan que la homosexualidad es normal, y que sacaron la homosexualidad del listado de trastornos psiquiátricos, son: amenazas, falacias, violencia, victimización, desprestigio exclusivamente propagandístico, alianzas turbias por ambición de cargos, allanamientos con credenciales falsas, ocultamiento y omisión de información, una abierta declaración de guerra y un intento de ley mordaza para los psiquiatras especializados... :zippymmm:

¡Pero que cosa más científica! ¿No? :rolleyes:

Es más que evidente que la homosexualidad fue sacada del catálogo de trastornos mentales por presiones políticas de los Lobbies Gay, y no por la investigación científica. Todos los que aquí y en otras partes de una u otra manera dicen "pero si la homosexualidad es tan normal...", lo único que están haciendo es repetir un discurso ideológico políticamente correcto y sin razonar ni investigar nada.

Respecto al libro que busca prohibir la Inquisición Gay en España, el autor es un psicoterapeuta ex-homosexual:













:cafe3:

http://www.antronio....ad/page__st__40

:cafe3:
 
Estoy de acuerdo en que no se admitan homosexuales en el ejercito, pero no por las razones que apelan los retrogrados fachos. En la guerra de Irak, practicamente el 100% de las mujeres en servicio declararon que sufrieron algún tipo de abuso sexual por parte de SUS PROPIOS COMPAÑEROS. Desde acoso hasta violaciones. Me imagino si tienen un compañero que saben que es homosexual, gran parte de los que entran al ejercito chileno son unos simios pasados a Call of Duty que predican la masculinidad y lo varonil, pero cuando están acumulados serían de los primeros en chantarlo en algún oyo por donde salga caca.

En todo caso bien básico el argumento que ocupa Urrutia, básico al punto que llega a parecer de retrasado mental. Aplica una generalización forzada, que todos los gays son afeminados. ¿A caso cree que el homosexual que quiere integrar las FF.AA. es del perfil afeminado, que se pondría a llorar porque se le quebró una uña o tragó tierra?. He conocido homosexuales que son bastante más machitos que otros heteros.

Asi que la culpa es de la victima y no del victimario :retard:

Es culpa de los homosexuales y las mujeres que los acosen y los puedan violar, asi que la solución no es educar a los milicos para que dejen de ser unos primates, no, la respuesta es no dejar a estos grupos ingresar a las fuerzas armadas aunque sean más tolerantes y hasta puedan ser más comprometidos :retard:
 
Sí, es mentira. De hecho varias veces he puesto como referencia los estudios en que se basaron los psiquiatras para eliminar la homosexualidad como psicopatología del DSM III. Y lo gracioso que todos mencionan el lobby pro homosexual (que si lo hubo) pero todos omiten el lobby conservador republicano que hubo para lo contrario.

Con respecto al tema, para entrar a las fuerzas armadas da lo mismo la condición sexual, pues lo que importa es ser un sadomasoquista con severos trastornos de personalidad y retraso mental como para estar en una institución que impone el amor a la patria y de dios por sobre toda las cosas y el odio y la disciplina de matar a otro ser humano. Militares son todos uds. una gran escoria.


eee soy escoria XD

ahi te ves...LOCA
 
esto es justo lo que quieren los wns del MOVILH

que los maracos estén en boca de todos.
 
Lo q deberia hacer este pais de mierda seria eliminar a todos esos vagos del ejercito y asunto arreglado.

Q estupidez mas grande andar pensando en guerras.

chaolin

en combatir cuerpo a cuerpo con tu hermana XD
 
Y cuál es el problema con que los acepten? si la persona tiene ganas de participar en eso. Deberían sentirse tranquilos de tener aweonaje nacionalista para sus jueguitos de guerra.
Las duchas y los dormitorios son compartidos. Te excita mirar tulas.

Además, una vez que un maraco está sobre jerarquía se comporta igual que los curas pedófilos o los que obligan los seminaristas a chantarse penes. Acoso sexual de maracos contra héteros. Bonita la weá.
 
Las duchas y los dormitorios son compartidos. Te excita mirar tulas.

Además, una vez que un maraco está sobre jerarquía se comporta igual que los curas pedófilos o los que obligan los seminaristas a chantarse penes. Acoso sexual de maracos contra héteros. Bonita la weá.

¿Acaso en el esos jueguitos de guerra no se enseña disciplina, autocontrol? No sé donde vivirás tú, pero yo no veo a homosexuales montandose en la calle; son perfectamente de controlar sus impulsos. Y así a ti te alucina la idea que un gay se excite con tu pene, allá tú.
 
¿Acaso en el esos jueguitos de guerra no se enseña disciplina, autocontrol? No sé donde vivirás tú, pero yo no veo a homosexuales montandose en la calle; son perfectamente de controlar sus impulsos. Y así a ti te alucina la idea que un gay se excite con tu pene, allá tú.
No tuviste que cortar amistades con maracos.
Yo antes creía que eran personas de comportamiento normal.
Pero siempre andan pensando en pene y en que les eyaculen dentro. Como no se nota cuando gorrean a otro, andan maraqueando cada uno por su lado y se hacen los weones. Andan joteando pendejos y se les acercan cada vez que pueden. Cuando un maraco cumple los 30 les da la depresión porque les sale muy difícil competir con los pendejos de 15.

Si quieres verlos al natural, sin mentiras, date una vuelta por una playa de maracos. Ahí se ve el ambiente tal cual es.

Si a eso le sumas el acoso de esta gente contra sus objetos de calentura, tienes una mezcla de mierda.
Tal como el sexo anal con extraños random.
Supongo que sabes que queda todo con caca. Totalmente saludable.
 
Exacto. La salida de la homosexualidad del listado de trastornos psiquiátricos NO FUE UNA DECISIÓN CIENTÍFICA SI NO ESTRICTAMENTE POLÍTICA.

Lo mismo que puse en un tema relacionado sobre este turbio asunto:



http://www.antronio....ad/page__st__40

:cafe3:

Pero viejo, ese articulo está lleno de falacias de autoridad y ninguno de los psiquiatras que nombra es capaz de dar una explicación razonable sobre por qué consideran la homosexualidad "una enfermedad". Todos caen en generalizaciones basadas posibles causas ligadas a experiencias de vida, sin embargo, bien sabemos que no puede meter a todos en el mismo saco; hay miles de homosexuales que han tenido una vida y un crecimiento perfectamente normal. Eso de que es una "fobia hacia las personas del sexo contrario" se cae por su propio peso si tomamos en cuenta que las personas homosexuales desarrollan muy buenas amistades con gente del sexo opuesto. Las demás son puras afirmaciones gratuitas que no argumentan nada.

Y la guinda de la torta...
Respecto al libro que busca prohibir la Inquisición Gay en España, el autor es un psicoterapeuta ex-homosexual:

Falacia ad hominem.
 
Tampoco se debiera aceptar mujeres, por que su lugar es la cocina. Menos a morenitos y negritos por que son razas inferiores.




Heil UDI
no poh, usamos a los morenitos y a los negritos como escudos humanos.....XD
 
Que webean si la homosexualidad se saco del DSM III
En USA comenzó el lobby para hacer lo mismo con la pedofilia.

como si ocurre en los países decentes que si aprenden de los errores del pasado, como Alemania. Uta cabros si hasta en España existe...
Europa es un pozo séptico de whiteguilt y racismo inverso. Es una vergüenza. Para nada es un ejemplo a seguir.

Como se llenaron de maracos y tener hijos es carísimo se pusieron a importar negros y árabes, que viven gratis (sobretodo en Alemania). Excelente idea, idiota.
 
Si a eso le sumas el acoso de esta gente contra sus objetos de calentura, tienes una mezcla de mierda.
Tal como el sexo anal con extraños random.
Supongo que sabes que queda todo con caca. Totalmente saludable.

De hecho, la manía de meterse objetos extraños por el ano no tiene relación con la homosexualidad; hay mucha gente heterosexual que también tiene esta mala costumbre.

En USA comenzó el lobby para hacer lo mismo con la pedofilia.

La clásica falacia de pendiente resbaladiza de decir que tolerar la homosexualidad nos va a llevar necesariamente a tolerar la pedofilia. Como si hubiera relación entre una cosa y otra.
 
Las duchas y los dormitorios son compartidos. Te excita mirar tulas.

Además, una vez que un maraco está sobre jerarquía se comporta igual que los curas pedófilos o los que obligan los seminaristas a chantarse penes. Acoso sexual de maracos contra héteros. Bonita la weá.

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