Las cosas no son simples, ni complejas, son simples y complejas. La mente en su estado primitivo no tiende a la simultaneidad de los opuestos por su concepción lineal de tiempo. Cuando se logra ver la simultaneidad de la realidad en su tiempo, que no es más que su evolución en simultaneidad con su retroceso. La complejidad es la multitud de impresiones estáticas de la experiencia, es la idea que se resiste a abadonar su ser, lo simple es la relación dinámica y sintética de los elementos constituyentes de la realidad; en otras palabras, la interacción de estos elementos estáticos que produce el movimiento y dinamismo.
En una proposición más simple para arrojar luz en tu mente, que no hay mejor maestro que la propia naturaleza: tenemos una idea simple, una idea estática: la semilla se siembra, la planta crece, la flor da sus frutos. Qué hace el lenguaje. Disecciona la idea (fenómeno) y la ordena linealmente, con tiempos: pasado - presente - futuro. Se estipula que el proceso fenomenológico tiene un tres etapas: la semilla, su crecimiento y su cosecha. ¿Ves cómo se crea la ilusión del tiempo lineal? Pero; ¿qué acaso la semilla necesariamente implica un pasado, un tiempo anterior al presente? Desde una perspectiva, sí, desde un hecho estático que por ser estático se debe posicionar en un orden lineal. Pero la semilla dentro de condiciones y circunstancias determinadas crece. ¿Qué pasa si es la semilla ya retoño la que es percibida por una experiencia? ¿Para dicha experiencia tendría el mismo valor del pasado? No hay referencia de su etapa de semilla y actúa en función de su experiencia. ¿Cuál es el pasado de la experiencia de esta nueva perspectiva? Será indudablemente el instante del primer contacto entre la experiencia y el objeto en su comienzo. Para quién es futuro desde un punto de vista lógico, puede ser pasado para un punto de vista de la experiencia. Existen simultáneas experiencias de pasado-presente-futuro en la realidad y eso se da por el dinamismo la misma. La realidad es una vuelta y un retorno simultáneo de la idea que ha llegado a ser materia y de la materia, que luego de manifestarse, desea volver a su origen que es la idea. La observación estática y aislada es producto de lo estático y aislado de la materia. La observación que complementa, integra, relaciona y siente es producto de quienes han intuido la realidad y la verdad. La semilla se convierte en planta, luego lanza sus semillas en los frutos para inciar de nuevo su ciclo si es que su terreno es fértil. Todos son ciclos simultáneos. Todo tiende a la verdad, todo tiende a la evolución y la trascendencia. La realidad verdadera se nos muestra en lo más perfecto que podemos concebir. Si la verdad nos fuera revelada en su esplendor no existiría la evolución que es una parte importante de la creación.
Las verdades son tan simples. Es la mente humana en su estadio primitivo lo que sobrecarga las verdades con adornos superficiales. No envenene su intelecto y su maravillosa capacitar de aprender y crear con las experiencias de otros sino con su experiencia. Sea más como un niño y escuche más a su corazón. No es la razón desnuda lo que lo llevará a sus respuestas sino la razón guiada por aquel impulso que lo hace inclinarse a seguir adelante, a seguir progresando. La razón guiada por su propio corazón. Sólo así recibirá los estímulos y el conocimiento en su pureza y podrá sabiamente disponer de ello para llegar a su propia verdad vitalizado por esos amorosos impulsos que lo llevan a seguir ascender. Si usted hace eso, podrá entender mejor la realidad que lo que alguna vez lo hizo Kant o hasta el propio Platón.