Esta hueá me la contaron el otro día.
Había un negro meditando sobre su cuerpo y sus características físicas tan peculiares y distintas al resto de la humanidad.
Se preguntaba a sí mismo, por qué su olor corporal es tan fuerte, por qué su piel es tan oscura, su cabello tan grueso y su nariz tan ancha.
En eso se le aparece Dios que lo estaba escuchando, y le respondió:
Hijo mío, todo tiene un porqué en esta vida.
Si te di un olor corporal intenso, es porque en el África así te proteges de los insectos y sus picaduras.
Si tu cabello es frondoso, es para proteger su cabeza del implacable sol del continente negro.
Tu piel es oscura lo que la hace resistente a la radiación del África.
Y por último, tu nariz es ancha ya que se adapta mejor al clima cálido y húmedo de la selva.
Dios desaparece dejando al negro muy feliz y tranquilo con la respuesta del señor, entendió que sus características físicas cumplían un importante papel para su supervivencia.
Al cabo de unas horas, el veneco culiao pega un salto y exclama: ¡¡¡PERO QUÉ HAGO VIVIENDO EN ESTACIÓN CENTRAL, MARICOOOOOO!!!