Igual da escalofríos pensar en este tema, pero leyendo sus respuestas me puse a pensar; "¿quien es la persona más malvada que conozco?", y me acordé de algo que me pasó justo antes de que empezara todo esto de la pandemia, una anécdota personal que tuve. No es como que sea la persona más malvada del mundo, pero me enseñó una lección de vida importante. Dejo el papiro, por si alguien está demasiado aburrido y quiere leerlo...
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Bueno, toda la vida siempre me ha interesado mucho el tema de la pintura, sobre todo la pintura tradicional. Pero hubo un tiempo, en que estaba muy interesado con el tema de los iconos.
Verán, en el cristianismo, y sobre todo la tradición ortodoxa, los iconos son sumamente importantes. No son sólo imágenes "decorativas", tienen todo un propósito y una simbología detrás, y pintarlos es más un ejercicio espiritual que plástico. En ese tiempo era católico practicante, y me llamaba mucho la atención la idea de pintar un icono de la forma tradicional (con los materiales históricos). Lo bueno que en ese tiempo, en la Iglesia Ortodoxa de Providencia, ofrecían un curso de pintura de iconos, a cargo de un profesor muy reconocido. Nunca tomé el curso formalmente, pero varias veces fui a hablar con este profesor sobre los materiales para pintarlos.
Y muy cerca de esa iglesia, está el caracol de antigüedades; yo solía hablar con varios de los anticuarios de allí, pero había uno en especial, con el que me relacionaba más que con cualquier otro.. precisamente, por el tema de los iconos. Era un señor muy mayor, y de todos los anticuarios, era el que más sabía de iconos, además de que tenia varios de estos, y algunos muy antiguos (y siempre me dejaba verlos). Además era increíblemente amable y simpático conmigo. De hecho era el más simpático de todos esos anticuarios.
En esos años siempre que iba por esos barrios pasaba a saludarlo, y hablábamos de pintura (por horas a veces). Este señor tenía unos libros enormes con ilustraciones maravillosas y a todo color de iconos rusos (que me encantaban). Y siempre me prestaba todos sus libros y catálogos para que los ojeara todo lo que quisiera.
Lo conocí allá por el 2013, y nunca dejaba de visitar su pequeño local de antigüedades. Un día, el año 2019 (justo antes de que empezara toda esta pesadilla de la pandemia), lo paso a visitar como de costumbre, por si tenía un icono nuevo o algo así, y me dice que me tenía una sorpresa.... Eran varios pequeños cuadros de Alfredo Helsby, pintados en cartón, y uno de Valenzuela Llanos. Este señor sabía perfectamente lo mucho que a mi me gustaba Helsby, que me era favorito. El coleccionismo de arte no es algo precisamente barato, y por lo mismo este señor nunca había tratado de venderme nada. Pero en esta ocasión me contó toda una historia de como habían llegado a él, y que se había acordado de mí especialmente, que me los tenía "guardados", y me los ofreció a un precio que, si bien no era nada "barato", igual podía pagar (sólo pq "éramos amigos").
Puta, yo me emocioné... hasta entonces con suerte coleccionaba esos catálogos de los remates que hacia Jorge Carroza en los 90s, dónde salían montones de fotos de esos cuadros de Helsby, Juan Pancho, Arturo Gordon, etc. que tanto me gustaban. Que este "amigo" mío me ofreciera uno de estos cuadros a un precio que podía pagar era una cosa increíble, estaba muy feliz.
Igual tuve ojo, hacia tiempo que tenía pensado juntar unas lucas para comprar algún cuadrito pequeño de Juan Pancho, o de Ladislao Cheney, ya que siempre sale alguno a precio mas o menos accesible y quería ir armando de a poco mi propia colección de pinturas, además de que es una excelente forma de ahorrar (si conoces ese mundillo, tener tus ahorros en cuadros, puede ser mucho mejor que tenerlos en un banco), pero estaba al tanto de la cantidad de falsificaciones que hay, especialmente en el caso de pintores como Juan Pancho (que tenía un montón de discípulos que pintaban casi igual, y es muy difícil saber si un cuadro realmente es de Juan Pancho).
Gente que va al persa a comprar libros antiguos, del año de la cocoa, les sacan los cartones de la encuadernación, y los usan para pintar falsificaciones, o compran cuadros religiosos del siglo XVII y XIX con poco valor comercial y usan esas telas y bastidores (que si son antiguos), para el mismo fin, etc. Y yo la verdad no tengo mucha experiencia autenticando pinturas ni nada de eso, no soy un experto en esa materia en especifico. Así que pucha, tomé un montón de fotos de las pinturas que me ofrecía este señor, y se las fui a mostrar a otro anticuario (uno de esos que están en Alonso de Córdova, Vitacura), para que me diera su opinión de si eran genuinas, a lo que me respondió que si creía que eran genuinas...
Pucha, con ese antecedente, yo feliz pos... Además, para mis adentros pensaba; hace como 6 años que conozco a este anticuario, siempre ha sido muy buena onda conmigo, me presta sus libros y catálogos, habla horas conmigo sobre pintura, y además, es alguien que respeta el milenario y noble arte de los iconos ortodoxos; ¿En serio hay malas personas a las que les gustan los iconos?. Confié en él, y le compré el dichoso cuadro, aunque siempre me hizo ruido el hecho de que el cartón en el que estaba montado parecía de esos típicos de libros antiguos comprados en el persa.
Yo feliz pos, lo presumí a todo el mundo, le confeccione un marco, etc. Pero nunca me dejo de hacer ruido lo del cartón... hasta que tome un bisturí, desprendí parte de la tela... y me dieron escalofríos, la tela en la parte posterior no estaba oxidada como lo debería estar si tuviese 100 años realmente :/
Al final lo lleve dónde un experto de la U de Chile, que efectivamente me confirmo lo peor. Mi hermoso cuadro era más falso que billete de 3 lucas...
Nunca le reclamé al anticuario, porque para ser justo... varias veces me dijo que lo examinara bien y me presto una linterna de luz ultravioleta para que lo examinara, así que lo que me pasó, me pasó por pajarón, atarantado, e ingenuo.
Pero lo que mas me marcó, fue el hecho de que yo estaba convencidísimo de que ese señor era mi amigo, y que alguien tan apasionado por el arte sacro no podía ser una mala persona... Pero no, se hacia el simpático y me cagó apenas pudo, un verdadero lobo con piel de oveja. He conocido gente "mala", que de presencia lo irradian... pero este tipo se lleva el premio, perverso de verdad. Sin embargo no le guardo rencor, me enseñó una importante lección de vida. Sé que este tipo se debe creer muy astuto y que la hizo de oro... Pero ojo, quien hizo realmente un mal negocio cuando decidió estafarme, fue él
Y bueno, ese es mi aporte al tema...
Sl2