Querido diario....
Y bueno, cortaron a alguien en la pega. La decisión vino de más arriba y estaba bien cocinada, nada que hacerle, pero ese no es el problema: Lo que más jode es que te digan "desocupa tu oficina" y chao, ni las gracias. No quiero ni pensar cuando -y si es que- me toque a mí.
Y ahí, a pesar de que considero que estoy relativamente satisfecho con el acontecer de mi existencia, imponderablemente empiezo con el clásico review de la vida: "Y qué tal si...?", "Debería haber hecho X en vez de Y...", cosas por el estilo. Y la conclusión es que sigo con la necesidad de cerrar algunos temas pendientes que siempre quedan -a pesar de que se han cerrado varios-, pero no sé si esté la disposición. Claramente no existe un deus ex machina que de repente solucione todo de sopetón...
Bueno. Cosas del Fútbol, dicen.