Lo voy a poner de otra forma:
Quizás el país más guerrero en cuanto a triunfos se refiere en Sudamérica, es Uruguay, ellos tienen una cultura donde ganar, especialmente en el fútbol, es lo más importante, bueno, hace dos años jugaron el mundial de fútbol, donde se daban como favoritos, entre otros, a España, Brasil, Alemania, Holanda, etc., pero a ellos no.
Si nos ponemos a pensar que Uruguay, país con tradición futbolística, dos veces campeón del mundo, un montón de veces campeón de América y varias veces triunfador en torneos internacionales, no debió haber celebrado para nada el cuarto lugar en el mundial, sin embargo, ellos salieron a celebrar su gran torneo y elevaron a Forlán casi a la denominación de Dios futbolístico, y díganme una cosa, ¿creen Uds. que alguno de los uruguayos se pusieron a cuestionar si había que celebrar un cuarto lugar?.
Todo depende del contexto en el cual uno se posiciona....en este caso, celebrar un cuarto lugar de Tomás González me parece exagerado, no por el hecho que Tomás González no haya logrado absolutamente nada, todo lo contrario, lo que logró fue sin lugar a dudas algo gigantesco considerando su retraso en todo lo relacionado con entrenamiento en relación a sus competidores, quienes se manejan con lo último en preparación en gimnasia artística.
El problema que debemos cuestionarnos es qué hemos hecho para lograr esos tirunfos (hablando como país) y en ese sentido podemos dimensionar si lo que hizo González fue algo fuera de la norma o algo en lo cual la sociedad ha aportado, como es lo primero, no tenemos que celebrar nada, todo lo contrario, debemos cuestionarnos cómo es posible que debido a nuestra ineptitud no seamos capaces de aprovechar en una medida satisfactoria el talento que tenemos en este país, un tipo con NADA de recursos logró pelearle a los mejores en su disciplina, sin embargo, le faltó ese poco y es en gran parte nuestra responsabilidad.
En resumen, no hay que celebrar nada, pero Tomás González se merece todo nuestro respeto.
PD: Esa wea que sólo se vale ganar déjensela a Bonvallet o a cualquier charlatán que se muestre por la tele, no sirve de nada exigir cosas si no se trabaja para conseguirlas.