A ver, como secreto secreto no es, es más una historia sobre la Unidad Popular vivida por mi suegro.
En la época del 70 hasta la primera semana del año 73 mi suegro trabajaba en la empresa "Silleros Hermanos", que era una empresa que se encargaba de realizar piezas de metal y plásticos. En ese entonces mi suegro trabajaba en la sección de despachos, donde era el encargado de detallar y realizar las guías de despacho de material terminado.
Durante el año 71 el gobierno intervino esta empresa incorporando un encargado de sindicato, cuyo nombre era Peter Saracnick. Esta persona se encargaba de envalentonar y preparar en tiempos extras al personal en materia del discurso a favor del proletariado y manejo de armas. Como indicaba al principio, en la primera semana de septiembre del año 73, este personaje llama a la oficina a mi suegro ofreciéndole un aumento en su posición dejándolo como gerente de adquisiciones. Obviamente mi suegro estaba feliz y le agradecía la oportunidad que le estaban dando, pero no alcanzó a decir ni una palabra, cuando le dice, el único pero, es que debes inscribirte en algún partido político a favor del gobierno. Ante este requerimiento, mi suegro no acepto por lo cual lo despidieron en el acto.
Semanas después del Golpe, a mi suegro lo fueron a buscar la PDI a su casa para interrogarlo. Obviamente él no tenía la más mínima idea sobre el motivo, por lo cual accedió a ir con ellos tranquilamente para ver de que trataba el asunto. Al llegar a las dependencias de la pdi ubicada en Cerrillos, le muestran un gran fajo de guías de despacho en donde aparecía su firma. Le preguntan si correspondían a sus datos y firma lo estipulados en dichos documentos y el responde positivamente, que esos despachos de tubos zincados y pantallas de luminarias industriales eran a cargo de él. En ese momento le informan que dichos elementos eran comprados por empresas del gobierno de Allende para ser utilizados como armas; el tubo zincado eran convertidos en granadas de mano estilo a las alemanas de la 2da guerra mundial, y las pantallas de luminarias estaban destinadas a minas antipersonales. Como le vieron tranquilo y sin mayores temores, lo dejaron libre en ese momento, siendo visitado en un par de oportunidades más pero sin pasar a mayores.