En el Chile gris me gustaba andar en bici de noche. Una vez me acerque de puro aburrido a conversar con el guardia del Instituto de Neurocirugia Alfonso Asenjo (Providencia).
Resultó ser alguien amigable y que se notaba lo aburrido que era su pega que consistía en hacer…NADA. Tenía un compañero en una caseta pero ni se hablaban.
Echamos conversa sobre temas médicos y en esa le pregunto si ha visto algo paranormal alguna vez. Me lleva al interior del hospital que tenía todas las luces apagadas y me dice: “dale, siéntate por allá”. Era como la silla del fondo de la recepción donde la secretaría la tenía de frente a unos 5 metros y una vista panorámica del primer piso.
Ahí el amigo me empieza a contar que cuando el estaba ahí sentado, escuchaba suministros médicos que caían de la nada y sobretodo pasos… recordando que era un hospital neurología me imaginaba que llegaba gente en las últimas, muerte cerebral y esas cosas.
El tema es que nos quedamos unos 20 minutos hablando de cosas de ese estilo. Y si bien no pasó nada (tampoco creí mucho nunca en mi vida), confirmé mis sospechas qué tal vez sea un don ver cosas así o simplemente que no existen. Salu2.