Glospi dijo:Ah, perdón.... es que estaba hablando con otra persona y se me olvidó contar esa parte: ocurre que los argentinos suelen sobreestimar sus capacidades físicas y equipo, que en general son como las de todo el mundo las primeras, y subestándard el segundo.
En otras palabras: no son superhombres y su equipo en general es malo, sobre todo debido a problemas de costo local (todo lo importado en Argentina paga aranceles estratosféricos, y el buen equipo de montaña o sus componentes sólo se fabrican en unos cuantos países que no están en Sudamérica).
Los percances vienen porque, unido a eso, como buenos argentinos (no digo todos, pero sí una gran mayoría, a lo que hay que añadir la tradicional forma de ser de muchísimos montañistas de cualquier nacionalidad), creen que son mejores que el resto y más poderosos, y entonces no se abrigan, pierden calor como malos de la cabeza, y andan por ahí posando de machos alfa lomo plateado, para que en la noche haya que estar cortándoles los dedos de los pies o pidiendo helicóptero (que casi nunca pueden pagar, pero eso ya es otro cuento) para salvarles la nariz.
Mientras tanto, los chilenos, peruanos o gringos tomamos las precauciones para no congelarnos, nos abrigamos, tenemos buenos equipos (los peruanos suelen tener equipos casi tan buenos como los nuestros, ya que los que pueden salir de su país para escalar, tienen dinero y casi siempre trabajan de guías), y sobre todo, un mayor contacto diario con la montaña, a la que no subestimamos.
Me ha tocado ver más veces de las que quisiera acá en El Plomo, que es donde se hace la aclimatación para el Aconcagua, a argentinos en esa situación: "No, ché... sho aguanto, sho tengo este saco estupendo que me lo vendieron en Buenos Aires para 30 bajo cero (y basta verlo para saber que tolera 1/10 de eso), y además los argentinos tenemos el Aconcagua y estamos acostumbrados al frío, ¿viste?"
Y a la noche o al amanecer, bajándolos a toda carrera o prestándoles equipo para que no se mueran congelados
Curiosamente, el altiplano y los Andes argentinos están llenos de cadáveres de montañistas de esa nacionalidad que murieron de frío hace no mucho (en "Publica tu foto" subí una vez una imagen mía junto a uno de esos esqueletos de la montaña)
Algo parecido les pasa, según he sabido, a la gente común que se congela en Argentina: sobreestiman su capacidad de soportar el frío, y están subequipados.
JuanParcero dijo:
Glospi dijo:Así es.
Al que aparece en la foto señalado por una flecha le pasó lo descrito: se murió de frío, y su esqueleto, que data de la década del '80, está en el refugio Laguna Brava, de la alta cordillera de La Rioja (Argentina).
En Veladero y Mulas Muertas hay otros.
Glospi dijo:Así es.
Al que aparece en la foto señalado por una flecha le pasó lo descrito: se murió de frío, y su esqueleto, que data de la década del '80, está en el refugio Laguna Brava, de la alta cordillera de La Rioja (Argentina).
En Veladero y Mulas Muertas hay otros.
Glospi dijo:Ah, perdón.... es que estaba hablando con otra persona y se me olvidó contar esa parte: ocurre que los argentinos suelen sobreestimar sus capacidades físicas y equipo, que en general son como las de todo el mundo las primeras, y subestándard el segundo.
En otras palabras: no son superhombres y su equipo en general es malo, sobre todo debido a problemas de costo local (todo lo importado en Argentina paga aranceles estratosféricos, y el buen equipo de montaña o sus componentes sólo se fabrican en unos cuantos países que no están en Sudamérica).
Los percances vienen porque, unido a eso, como buenos argentinos (no digo todos, pero sí una gran mayoría, a lo que hay que añadir la tradicional forma de ser de muchísimos montañistas de cualquier nacionalidad), creen que son mejores que el resto y más poderosos, y entonces no se abrigan, pierden calor como malos de la cabeza, y andan por ahí posando de machos alfa lomo plateado, para que en la noche haya que estar cortándoles los dedos de los pies o pidiendo helicóptero (que casi nunca pueden pagar, pero eso ya es otro cuento) para salvarles la nariz.
Mientras tanto, los chilenos, peruanos o gringos tomamos las precauciones para no congelarnos, nos abrigamos, tenemos buenos equipos (los peruanos suelen tener equipos casi tan buenos como los nuestros, ya que los que pueden salir de su país para escalar, tienen dinero y casi siempre trabajan de guías), y sobre todo, un mayor contacto diario con la montaña, a la que no subestimamos.
Me ha tocado ver más veces de las que quisiera acá en El Plomo, que es donde se hace la aclimatación para el Aconcagua, a argentinos en esa situación: "No, ché... sho aguanto, sho tengo este saco estupendo que me lo vendieron en Buenos Aires para 30 bajo cero (y basta verlo para saber que tolera 1/10 de eso), y además los argentinos tenemos el Aconcagua y estamos acostumbrados al frío, ¿viste?"
Y a la noche o al amanecer, bajándolos a toda carrera o prestándoles equipo para que no se mueran congelados
Curiosamente, el altiplano y los Andes argentinos están llenos de cadáveres de montañistas de esa nacionalidad que murieron de frío hace no mucho (en "Publica tu foto" subí una vez una imagen mía junto a uno de esos esqueletos de la montaña)
Algo parecido les pasa, según he sabido, a la gente común que se congela en Argentina: sobreestiman su capacidad de soportar el frío, y están subequipados.
sampayin dijo:
) son argentinos: pasó hace poco en el Aconcagua con uno que se había salvado ya dos veces antes de morir junto a sus cordadas, y seguirá pasando.Glospi dijo:En realidad, expediciones completas de una sola nacionalidad se han matado en diversas ocasiones en la montaña (chilenos, rusos, chinos, pakis, gringos, peruanos, franceses, etc.), pero curiosamente, los que más frecuentemente se mueren por simple obstinación (o sea, porque aun teniendo los conocimientos para saber que no van a poder enfrentar las condiciones que vienen, insisten en echar para adelante
Donde uno rehúsa, los argentinos avanzan.... pero siempre terminan muertos :S.
Y esto no es un arrebato chauvinista ni nada por el estilo: los argentinos -incluso los guías comerciales, cuyo prestigio va justamente en proveer la máxima seguridad a sus clientes- siempre terminan así cuando hacen esas huevadas, y esto lo he conversado más de una vez con rescatistas militares argentinos que querían entender por qué les pasan esas cosas a sus compatriotas y no tanto a los demás.
.
