Si tuviera que resumir la película en pocas palabras escribiría: una experiencia visualmente espectacular. El film lleva la animación digital al siguiente nivel, como nunca se ha visto, creando un mundo lleno de vida, un planeta lejano llamado Pandora.
Los efectos digitales de Avatar, a diferencia de otras películas, son sólo el motor para contar la historia, es decir, están al servicio de ella y logran que el espectador, desde los primeros minutos, sea transportado en un viaje a este distante planeta.
Las compañías de efectos especiales que trabajaron en la película, como Weta Digital e Industrial Light & Magic (ILM), no sólo han logrado transferir las expresiones y movimientos de los actores de manera grandiosa, sino también les han dado alma y corazón a los personajes digitales. El nivel de detalle es realmente sorprendente, en muchas ocasiones de verdad parecen actores con maquillaje.
La película tiene un excelente ritmo, Cameron nos presenta de manera muy rápida el planeta y su historia, gracias a la narración del personaje principal Jake Sully (Sam Worthington). Por otro lado, aunque se comentaba hace meses, la base de la historia es la mayor debilidad de la película, no porque sea mala, sino porque es algo muy visto, algo así como una Danza con lobos + fantasía + ciencia ficción. Encontré que faltó mayor desarrollo de los humanos, la línea divisoria entre buenos y malos es demasiada clara y simple para mi gusto.
Aún con lo anterior, Cameron pone de su cosecha y la historia va más allá de lo que se puede ver a simple vista, posee una potencia emocional importante, la cual llega al espectador. El lazo que se produce entre Jake y Neytiri o la forma en que Jake es cautivado por la cultura Na'vi, son algunas de las mejores partes de la película.
Al final, Avatar es una película llena de elementos y detalles, que posee una excelente dirección de James Cameron, con un ritmo muy bueno de principio a fin, efectos digitales fotorealísticos que ayudan a contar la historia, la cual a pesar de ser un poco previsible tiene un nivel emocional enorme, una batalla final para quedar con la boca abierta y muchas otras cosas más, que podría seguir nombrando. Más que una película es una experiencia, la cual hay que
Ya tengo planeado viajar a Pandora nuevamente.