Bien, respondí arriba de forma antroniana típica, pero luego al leer las respuestas caché que muchos respondieron en serio, por lo que ahora lo haré yo.
Tengo experiencias cercanas al suicidio, cercanos y conocidos, pero nunca me afectaron tanto hasta que se suicidó un familiar. Tenía una vida de familia con 4 hijos (familia con hijos escolares, lactante-preescolar y 2 escolares). La persona estaba sumida en una depresión.
Independiente de la forma en que lo hagan (que es parte del conventilleo) es una situación terrible y muy trágica para la familia, creando una de las peores crisis no normativas, ya que un accidente de tránsito al menos es eso: un accidente. Un suicidio no lo logras comprender dentro de tu cultura, creencia o cosmovisión.
A partir de ese hecho, también caí en un duelo extendido con sintomatología depresiva... por lo que empecé a cuestionarme la vida, entrando en una etapa existencialista. Leí mucho, traté de adentrarme en el entendimiento de la vida, entender la causa del suicidio, entender el sentido de la vida, la felicidad, etc. Leí a autores como Durkheim (sobre el suicidio), Camus (mito de sísifo), Séneca (sobre la brevedad de la vida y la felicidad, Ética de Baruch Spinoza, una basura de "en busca del sentido" de un médico judio, Epicuro, Sartre, Papini, etc... Fueron años muy difíciles para mí como ateo. Descubres ciertas cosas que son implícitas en un ateo, como que por serlo eres más infeliz que un religioso (es súper fácil encontrarle sentido a la vida, portarte bien para ir al cielo).
Llegué a pensar (y es mi pensamiento actual) que quien se suicida debe ser respetado en su decisión. Muchas veces como contraargumento se acusa que la familia sufrirá mucho, pero ese es un argumento basado en terceras personas y no se enfoca en el individuo que se suicida. La decisión es propia y basada en el mismo individuo. Si está enfermo con depresión o no, fue una decisión y como manda la bioética, basada en la autonomía de la persona. No sé si todos los suicidas llegan a cuestionarse tan profundamente el sentido de la vida y si dedican tiempo a lecturas asociadas. No lo sé, pero si mi vida tiene sentido (el que sea), quién soy yo para imponerle el sentido que yo tengo hacia el otro. Quién soy yo para obligarlo a vivir una vida que no quiere vivir.
El otro día, hará unos tres meses, salí a pasear a mi perro. Cuando venía de vuelta vi un hombre con un cuchillo cortándose la muñeca, sangraba por montones. No había mucha gente, pero ví un par de personas que estaban a unos 20 metros mirando, sin hacer nada. Calmadamente me acerqué al caballero y le empecé a conversar que qué estaba haciendo y por qué lo estaba haciendo (lo hice muy tranquilo, recuerden que por la experienca de mi familiar, me fue muy normal abordar esto). Le dije que no lo hiciera, que el día estaba muy lindo y maravilloso (primavera, y de verdad la tarde estaba linda). Me dijo que se llamaba Juan y que tenía 54 años. Logré quitarle el cuchillo y lo lancé lejos, el tipo que miraba llamó al los carabineros. Le dije que no se matara, que era ridículo que un hombre que le ha ganado la vida durante 54 años, elija un día tan precioso para matarse. Me dijo que su familia se lo había cagado, que le hicieron firmar una escritura y le quitaron la casa. Ahora estaba sumido en el alcohol. El tipo empezó a mirar el sol, percibí cómo lo sentía en su cara. Empezó a recapacitar y al final me abrazó y me daba las gracias. Me dijo que me quería volver a ver. Llegaron los carabineros y lo llevaron al hospital. Perdió como medio litro de sangre, no sé cómo no estaba desmayado.
Después yo quedé pa la corneta, no por la sangre, el cuchillo ni la herida abierta que tenía en la muñeca. Si no porque yo pensaba: por qué chuhca no dejé que se matara si el hombre no tiene un por qué por el que vivir. No tiene familia, no tiene casa, no tiene nada! y de cierta forma yo le salvé la vida obligándolo a vivir una vida que el no quiere vivir. Pensé que quizás habría sido mejor para él que yo no haya intervenido.
En fin, como consejo, deben estar atentos que el suicidio es la primera causa de muertes en adolescentes y adultos jóvenes, pero tampoco deja de lado a los adultos mayores. El principal predictor son los intentos fallidos y la mayor época del año es en la primavera.