Este tema, que puede ser tratado como un round más en la ya eterna pelea de madres entre los seguidores del "libertador de la patria" y los detractores del "dictador tirano y asesino", merece mi atención por ciertas cosillas particulares -paso de vociferar ingenua y descerebradamente que Pinochet es un viejo ql-
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Punto uno: qué bueno es que la justicia chilena funcione. Es decir, realmente hay que trabajar duro para hacer caer peces gordos como los "integrantes del Clan Pinochet". En ese sentido, lo acontecido me parece un buen logro a favor de la justicia chilena.
Punto dos: espero (ya que los ministros y en general el poder judicial están laborando de tan buena manera) que el derecho y sus órganos sean tan eficientes también para resolver otros casos. Ojalá se resolvieran así otros procesos de relevancia nacional y a tanto bombo y platillos.
Punto tres: los diputados concertacionistas cantaron hoy el himno nacional en la sala. Qué lindo, ¿no? Me conmovió, debo decir, semejante acto de nobleza y patriotismo.
Por favor... Ni siquiera cuando se trata de legislar acerca de problemas sociales o temas realmente importantes los parlamentarios son capaces de cantar con el pecho tan inflado como en esta ocasión. Esto me dice sólo una cosa: en Chile nadie se dedica a lo que hay que hacer, por el contrario, parece que nuestros queridos y honorables diputados (valga la redundancia
) están más pendientes de un caso cuyo trasfondo está pegado en un conflicto que se cerró hace más de una década y media. Populismo absurdo en su estado puro.
Punto cuatro: curioso: cada período crítico del gobierno viene acompañado por un nuevo "bombazo" en algún tema relativo a Pinochet. Pero, ojo, que ningún ignorante ni opinante al pedo venga a decir que Bachellet tiene la culpa, no. Lo que pasa es que ella peca de ingenuidad como para mover estos hilos tan finos y turbios, son otros los que se encargan de mover la contingencia nacional.