¿No tienes nada más que decir?
Las constituciones tienen como objeto antes que nada ordenar y limitar el poder político, cosa que la Constitución del 80 ha hecho muy bien. Establece claramente las materias de ley, no dejando mucho a la creatividad del presidente de turno estas materias; establece de manera taxativa y minuciosa las potestades presidenciales sobretodo en materia de gastos fiscales, con límites bien claros; Ídem el congreso; Establece autonomías constitucionales que han permitido que este país funcione relativamente de forma estable (Banco Central autónomo, Contraloría, Ministerio Público).
Al mamertismo constitucional de izquierda lo que le molesta de sobremanera es que la Constitución del 80 realice una regulación particularmente acuciosa del derecho de propiedad y la libertad económica, y que no establezca un catálogo particularmente nutrido de derechos sociales y económicos. Pero siempre han tenido el fetiche de inflar textos constitucionales con derechos que no pueden garantizar porque sencillamente sus economías no dan el ancho, esos casos abundan en la región.
Una institucionalidad seria es presupuesto de cualquier bienestar y progreso social, y la constitución es la piedra fundamental.