• ¿Quieres apoyar a nuestro foro haciendo una donación?, entra aquí.

La macabra historia del “demonio rubio”, la adolescente de clase alta que masacró a sus padres

Una vistima de la opresión machista en la sociedad patriarcal, ahira es lela así que está a un paso de ser santa

Pero cuando le gustaba el pico (y la plata) debió haber sido muy brava
 
Una de las cosas irónicas es que la madre era una eminencia según ellos en psiquiatría y aun así no pudo encaminar a su hija la muy callampera.

Conozco un caso en donde la madre está media loca a causa de un evento traumático que le pasó años atrás y aparte de webiar a sus hijos también ha creado problemas a sus vecinos o el q se relacione con ella. una de las soluciones es obviamente medicación y teniendo a un hijo farmacéutico el muy aweonao no hace nada de eso para ayudarla o al menos llevarla al psiquiatra para que controle su wea. :porqueami:
 
En la vida de Suzane von Richthofen había sangre aristocrática, millones de dólares, padres profesionales y preocupados, buena educación. Pero un amor inconveniente, las drogas y el capricho de ser libre pudieron más. Entonces, a sus 18 años, planeó matar a sus padres. Le encargó la tarea a su adorado novio. Ella estuvo presente y supervisó el crimen. La historia conmovió a Brasil y provocó cambios en la ley de herencias.


aXySSGS.jpg

Suzane tenía 18 años cuando planeó asesinar a sus padres: quería quedarse con la fortuna, disfrutar del dinero y del amor de un novio que ellos rechazaban


Suzane está sentada en el gigante sillón del living de su hogar familiar, un enorme caserón con jardín y pileta en el exclusivo barrio Viejo Brooklin de la ciudad de San Pablo, Brasil. Sus padres descansan, entre las sábanas blancas de la habitación, en el piso de arriba.

Ella acaba de bajar, fue a chequear que estuvieran dormidos y de paso dejó encendida la luz del pasillo que une los dormitorios. Después le abrió la puerta de calle a su novio Daniel y al hermano, Cristián. Así no habrá tropiezos ni ruidos que puedan despertar a los dueños de casa y arruinar su plan. Entraron silenciosamente, en las manos llevaban unas barras de hierro. Subieron.

Suzane se hunde en el sillón, se acomoda el largo pelo rubio y con las dos manos se aprieta bien fuerte los oídos. Trata de no pensar en nada y lo logra. Porque ella sabe perfectamente lo que está sucediendo arriba. Por eso, a su hermano menor de 15 años, lo dejó hace un par de horas en un cibercafé. No quiere escuchar. Quiere que terminen rápido.

Daniel y Cristián están asesinando, en esos precisos instantes, a sus millonarios padres.
Una vez muertos, ella se los prometió, dividirá la fortuna en tres partes iguales. El precio le parece justo.

Es 31 de octubre de 2002, día de brujas. En tres días más cumplirá 19. El mundo le sonríe, piensa. Dejará de estudiar derecho y hará lo que le dé la gana. Paradójicamente, serán esas mismas leyes que tanto la aburren las que la enviarán a la cárcel.


El ingeniero y la psiquiatra

El padre de Suzane era un aristocrático ingeniero alemán: Manfred Albert von Richthofen (había nacido en febrero de 1953 y tenía, al morir, 49 años). Introvertido, pero sumamente inteligente era un hombre exitoso. Venía de una familia europea con prosapia donde había filósofos, aviadores, diplomáticos y arqueólogos. Su mujer, Marísia Silva Abdalla, era descendiente de portugueses y libaneses y se había graduado en psiquiatría. Era una eminencia respetada.


n86mAS3.jpg

Tiempos felices, antes del horror: Manfred Albert von Richthofen, su esposa Marísia Silva Abdalla y sus hijos Suzane y Andreas (captura de tevé)


Tuvieron dos hijos. El 3 de noviembre de 1983 nació la primogénita: Suzane Louise von Richthofen. Unos años después, el 26 de abril de 1987, nació su hermano menor. Andreas Albert von Richthofen.

En noviembre de 1998 Manfred consiguió un excelente puesto en Dersa, la compañía estatal que manejaba todo el sistema de autopistas de San Pablo. En junio de 2002 fue nombrado Director de Ingeniería de la compañía. Así se convirtió en el líder del proyecto de la autopista de circunvalación metropolitana más importante de la ciudad. Finalmente, le había llegado el trabajo soñado. Era un hombre que jugaba en las grandes ligas, pero la suerte no le duraría demasiado.



Amor prohibido

Un domingo por la tarde, en agosto de 1999, Manfred, Marísia, Suzane y Andreas fueron a pasear al parque Ibirapuera. Allí el destino les pondría en el camino a Daniel Cravinhos, de 18 años, el hombre que cambiaría para siempre sus futuros dorados.

Daniel era un competidor de aeromodelismo y exhibía su destreza en el parque. Andreas, que tenía solo 12 años, se maravilló con lo que hacía. Le pidió a sus padres que lo inscribieran en el curso. Daniel comenzó a enseñarle y se volvieron en compinches: lo llevaba también a andar en bicicleta y en karting. Suzane, con 15 años, veía muy atractivo al amigo mayor de su hermano. La bella y sexy joven de clase alta quedó seducida por un chico que provenía de un origen humilde. Podría haber sido una novela. Fue una tragedia.

Al principio sus padres no se preocuparon por el creciente coqueteo. Y cuando les empezó a importar ya era demasiado tarde. Las brasas ardían. Como en las novelas, el romance prosperó pese a la oposición paterna. Poco tiempo después se pusieron de novios y comenzaron las andanzas menos felices.

Suzane tuvo su primera relación sexual con Daniel a los 16, y luego comenzó a consumir marihuana y éxtasis. Andreas era utilizado por ellos. Lo involucraron en algunas pequeñas fechorías. Como, por ejemplo, llevarlo oculto en el baúl del auto a un motel para fumar marihuana.

La relación se volvió tan enfermiza que para no dejar de estar con su novio, la noche de la fiesta post graduación del secundario, Suzanne no fue al festejo. Sus padres montaron en cólera, pero no pudieron hacer nada.



lk0l5pk.jpg

Suzane y Daniel tenían una relación enfermiza. A fines de 2001 sus padres intentaron convencerla para que terminara el noviazgo. Habían descubierto que ella se drogaba. Pero Suzane les mentía constantemente para poder estar con él


Los novios estaban mutuamente obsesionados.
Daniel había estampado en su almohada una foto de Suzane. Desde que tenían relaciones sexuales, pasaban casi todas las tardes en el motel Disco Verde.

Suzane, que hablaba tres idiomas, entró en la Universidad Católica de San Pablo para estudiar Derecho. Sus padres, que tenían depositadas muchas esperanzas en su futuro, estaban muy preocupados por la mala influencia que ejercía Daniel sobre ella. La profesión de Marísia no la ayudó a anticiparse a la patológica mente de su propia hija. Pero ¿quién podría haberlo hecho?

A fines de 2001 intentaron convencer a Suzane para que terminara la relación. Habían descubierto el tema de las drogas y veían que ella estaba desmotivada con el estudio. Suzane les mentía constantemente. Les decía que iba a dormir a casa de amigos con la excusa de estudiar y, en realidad, pasaba las noches con su novio. Una tarde de abril de 2002, la estrategia salió mal. Marísia llamó a una amiga de Suzane y descubrió que su hija no había dormido allí. A la mañana siguiente encaró a su hija y le exigió explicaciones. Ella confesó: había pasado la noche en un motel. Marísia y Manfred se pusieron firmes y prohibieron las citas con Daniel.

En el día de la madre, el domingo 12 de mayo del 2002, la familia von Richthofen iba a almorzar cerca de la quinta que tenían en San Roque, en las afueras de la ciudad. Suzane se negó a ir e insultó a su padre. Manfred, por primera vez en su vida, cacheteó a su hija. Suzane se fue diciendo que no volvería. Pero regresó.
Les prometió que la relación había terminado y se sacó delante de ellos el anillo de compromiso que llevaba en el dedo.

Todo era una farsa. La relación continuaba a escondidas. Y el plan maestro para ser libre estaba en marcha.



“En julio, mis padres se fueron de vacaciones casi un mes. ¡Ese mes fue como un sueño!'', le dijo Suzane a una amiga. Cuando volvieron, Suzane les sugirió que le compraran un departamento para irse a vivir con Daniel. Manfred se negó rotundamente y le dijo que primero debería graduarse, trabajar y que, cuando se pudiera mantener, podría vivir con quién quisiera. Esa negativa alentó la ejecución del plan.

En mayo, junio y septiembre de 2002 la Policía Militar de San Pablo recibió llamadas anónimas de vecinos por las violentas peleas entre Manfred y Daniel. Lograr que esa relación diera marcha atrás resultaba una tarea imposible. El destino se estaba torciendo y no podían evitarlo.



¿Quién era Daniel?

Daniel Cravinhos pertenecía a una familia de muy pocos recursos (vivían de reparar motos y autos), nada de educación y de conductas que solían reñirse con la ley. De hecho, en los años 70, su padre Astrogildo había sido condenado por usar una licencia falsa de abogado. Transgredir sería una herencia familiar.

A Daniel le gustaban los deportes extremos: practicaba paracaidismo y motocross. Con el aeromodelismo se ganaba la vida. Intentó estudiar, pero seis meses en Derecho fueron suficientes: las leyes y el esfuerzo no eran lo suyo.

Cuando comenzó a salir con Suzane en el club de aeromodelismo la bautizaron "la gallina de los huevos de oro de la familia Cravinhos”. No mentían.

Suzane le hacía a Daniel regalos caros financiados con el dinero de sus padres: DVD, televisores, ropa. Todo lo pagaba ella. También la droga que consumían.

Cristián Cravinhos, el hermano mayor, había estado internado por adicción a la cocaína, tenía deudas con traficantes y era informante policial. Antecedentes que los von Richthofen no se podían tragar.



Ejecutando el parricidio

Suzane y los Cravinhos, no querían ser unos improvisados. Unos días antes del crimen, hicieron una prueba de sonido con un arma de fuego. Descartaron la idea, hacía mucho ruido.

En las últimas horas del 31 de octubre de 2002, con la excusa de que querían festejar el próximo cumpleaños de Suzane, le dijeron a Andreas de ir al cibercafé. Andreas adoraba los juegos de computadora. Una vez en el ciber le pidieron que los esperara allí: irían solos al motel por unas horas. Eran cerca de las 23 horas.

Se encontraron con Cristián fuera del ciber y se dirigieron a la casa de los von Richthofen, en la calle Zacarías de Gois, en el Volkswagen Gol que manejaba Suzane.

Alrededor de la medianoche, estacionaron en el garaje. En el auto ya tenían las barras de hierro huecas que usarían para matar. Los hermanos se pusieron delantales y fundas en los pies para evitar que su ropa se manchara. Suzane se movió silenciosa, pero ejecutiva por la enorme casa: desconectó las cámaras de seguridad y la alarma. Una vez chequeado todo fue hacia la puerta de entrada y abrió la puerta a los sicarios: su amado Daniel (21) y su hermano Cristián (26).



WCfQ5BX.jpg

Cuando comenzó a salir con Suzane en el club de aeromodelismo la bautizaron "la gallina de los huevos de oro de la familia Cravinhos”. No mentían. Suzane le hacía a Daniel regalos caros financiados con el dinero de sus padres: DVD, televisores, ropa. Todo lo pagaba ella. También la droga que consumían (album familiar)



Ella lo confesó así: “Llegamos a casa, entré y fui a la habitación de mis padres. Estaban durmiendo. Luego bajé y les dije que podían ir. Me senté en el sofá con las manos tapándome los oídos. No quería oír... pero luego me di cuenta de que no tenía nada más que hacer, era demasiado tarde”.

Los Cravinhos subieron y Suzanne se sentó en el sillón del living a esperarlos. Ella ya les había dejado preparadas, al pie de la escalera, las bolsas de residuos y los guantes descartables que le había robado a su madre.

Los jóvenes entraron al dormitorio con objetivos definidos: Daniel fue directo hacia Manfred, mientras que Cristián se dirigió hacia Marísia. Golpearon al mismo tiempo a los dos en la cabeza, pero con distinta puntería. Manfred murió en el acto por los golpes de Daniel. Marísia, en cambio, llegó a enterarse de que estaban siendo atacados. Se despertó e intentó defenderse con sus manos: tres dedos se le fracturaron en el intento.

Cristián le dijo a la policía que la había golpeado cinco veces, pero como no dejaba de gritar para que no le hicieran nada a sus hijos, le puso una toalla en la boca. Ella no supo quiénes los atacaban. En un momento determinado, mientras moría, Marísia comenzó a emitir un “ronquido” espeluznante. Para terminar de silenciarla, Cristián tomó otra toalla del baño de la pareja y la empujó dentro de la garganta del psiquiatra. Con tanta fuerza que le rompió uno de los huesos del cuello.

Después de confirmar que estaban muertos, con la ayuda de Suzane abrieron la caja de seguridad y dispersaron algunas alhajas por el piso. En el escritorio tiraron papeles y libros para simular un robo. Daniel colocó el revólver calibre 38 de Manfred cerca del cuerpo. Metieron la ropa llena de sangre en las bolsas de basura y llevaron los hierros mortales hasta el jardín para lavarlos en la pileta.



Post crimen y sándwiches de jamón

Nunca pudo comprobarse si Suzanne vio o no los cuerpos de sus padres asesinados. Según la reconstrucción del crimen, se quedó en la planta baja, donde aprovechó la oportunidad para robar todo el efectivo que había en su casa guardado en un maletín. Se llevaron 5000 dólares, 6000 euros y 8000 reales. Ese dinero y algunas joyas se las dieron a Cristián como parte de pago por su valiosa ayuda.

Se fueron en el auto y dejaron a Cristián cerca del departamento donde vivía con su abuela. Pasaron a la siguiente fase del plan: fabricar la coartada. Fueron al motel Colonial, en la avenida Ricardo Jafet. Se quedaron en la suite presidencial, pidieron una Coca-Cola y sándwiches de jamón. Estaban hambrientos y querían dejar huellas de su estadía.



dtLcxLO.jpg

Cuando Suzane dio testimonio a la policía actuó de una manera estrafalaria. “Me gustaría que mataras y torturaras a estos tipos que mataron a mis padres”, dijo y acto seguido le sonrió a su novio Daniel



Daniel pidió la factura, la primera emitida por el motel. Estuvieron allí desde la 1:36 de la mañana hasta las 2:56. Al salir pasaron por el cibercafé para recoger a Andreas. Fueron a dejar a Daniel a su casa. Y comenzó la etapa de simulación.

Un poco antes de las 4 de la mañana, Suzane y Andreas regresaron solos a la mansión. El vigilante privado de la zona vio el auto entrando al garage. Suzane se mostró sorprendida frente a Andreas por encontrar la puerta de la casa abierta. Él entró en la biblioteca y llamó a los gritos a sus padres mientras Suzane rezaba. Ella fue a la cocina, tomó un cuchillo y se lo dio. Luego le dijo que salieran y llamó a su novio Daniel para que fuera a socorrerlos. Cuando él llegó, hicieron varias llamadas a los teléfonos de sus padres desde la vereda… esperando que respondieran.

A las 4:09, Daniel contactó a la policía. Denunció que sospechaban un robo.

Alexandre Paulino Boto fue el primer oficial de policía en llegar a la escena. En su declaración durante el juicio, calificó el asesinato como un crimen de aficionados. Aseguró estar sorprendido por el comportamiento de Suzane que le preguntó cuáles serían los procedimientos: “Me chocó la pregunta y su actitud impasible frente a la muerte de su familia”.Luego ella le inquirió cómo estaban sus padres: "Cuando le dije que estaban bien, se sorprendió y dijo. ‘¡¿Cómo?!’”.

También le llamó la atención que Daniel, un novio no querido, supiera las cantidades exactas de dinero ahorrado por la familia. Boto recuerda que salió de la casa y le pidió a Daniel que les dijera a los hijos de la pareja que sus padres habían sido asesinados. Daniel los abrazó a ambos, inclinó la cabeza y les susurró. Andreas se alejó del grupo en estado de shock. Suzane, en cambio, se acercó a Boto y le preguntó: “¿Qué hago ahora?”. La situación y las reacciones de esa chica eran demasiado raras.



Un mix de frialdad y codicia

La policía encontró poco creíble el robo desde el primer momento. Sospecharon que los perpetradores eran conocidos de las víctimas. Empezaron a interrogar a los empleados de la familia, a los compañeros de trabajo de Manfred, a los pacientes de Marísia y, también, a los hijos.

Las cámaras desconectadas, los papeles en el piso y, sobre todo, el comportamiento de la pareja eran indicios llamativos. Mientras Andreas estaba acurrucado y aturdido en un rincón; su hermana acariciaba y besaba a su novio. La policía ya se había enterado de que los padres no aprobaban esa relación.

Cuando, finalmente, ese día Suzane dio testimonio al policía Enjolras Rello de Araújo, siguió actuando de una manera estrafalaria. “
Me gustaría que mataras y torturaras a estos tipos que mataron a mis padres”, dijo y acto seguido le sonrió a Daniel.


VML4ZgZ.jpg

Duante el juicio Suzane declaró desconocer el macabro plan para asesinar a sus padres y le endilgó toda la culpa a los hermanos. Se defendió diciendo que estaba “muy drogada” cuando ocurrió el crimen



Al día siguiente de los crímenes los vecinos habrían visto a Suzane bañándose en la pileta con Daniel, como si tal cosa. Y el 3 de noviembre (tres días después de ser asesinados sus padres y a horas de haberlos enterrado llorando a mares) habría festejado su cumpleaños 19... ¡en su casa con amigos!

Pero sería la codicia la que los terminaría de hundir. Cristian Cravinhos, mareado con el súbito dinero, compró una moto importada el 2 de noviembre. Pagó cash, con billetes de 100 dólares. El dispendio, para alguien que no tenía recursos ni ocupación, disparó las alertas. Cristian fue detenido el 9 de noviembre. No demoró mucho en confesar: admitía haber sido el autor del asesinato de Marísia, pero involucró a Daniel y a Suzane que también fueron detenidos. El plan de la hija mayor de los von Richthofen había sido quedarse con todo el dinero familiar para hacer lo que le diera la gana.



Entierro, llantos e hipocresía

En la ceremonia del entierro de Manfred y Marísia, el anillo de su compromiso con Daniel ya estaba de vuelta en el dedo de la joven. Lloraba desencajada, rodeada de gente y cámaras, sobre la fosa en la que pondrían los cajones de sus padres. Su hermano, en cambio, seguía en un estado de total conmoción.

La relación entre Suzane y Andreas quedó rota desde el mismo día en que ella fue detenida por el atroz crimen. Él comenzó a vivir con su tío materno, Miguel Abdalla, y su abuela Lourdes Magnani Silva Abdalla, en Vila Congonhas. Su vida había quedado patas arriba.



sB7P66R.jpg


ZAuLqg9.jpg

En la ceremonia del entierro de Manfred y Marísia, el anillo de su compromiso con Daniel ya estaba de vuelta en el dedo de la joven. Lloraba desencajada, rodeada de gente y cámaras, sobre la fosa en la que pondrían los cajones de sus padres. Su hermano, en cambio, seguía en un estado de total conmoción


El 14 de noviembre de 2002 visitó a su hermana, en su lugar de detención, acompañado por el abogado de ella, Denivaldo Barni. Luego de ello, Barni envió al juzgado una nota escrita por Andreas (durante el juicio declaró que había sido obligado a escribirla) donde aseguraba perdonar a Suzane. Decía así: “Perdonar es abrir mi corazón. No solo he perdonado a mi hermana Su, sino que también la amo. Ahora es el momento en que más necesita amor. A pesar del dolor, estoy bastante seguro de que nuestros padres la han perdonado. Justo ayer escuché una frase que me impactó mucho: la humanidad debe caminar junta en busca de la civilización del amor”. Desde la cárcel, Suzane pretendía seguir manipulando a su hermano. Ese hermano al que le arruinó la vida.

El fiscal Roberto Tardelli señaló que la carta era un golpe bajo pergeñado por Suzane y su abogado.

Andreas siguió la vida como pudo y no visitó más a su hermana. En 2004 fue aprobado en las cinco principales universidades del estado. Intentaba rehacer su vida.

A fines de junio de 2005, gracias a un habeas corpus que le dio la Suprema Corte de Justicia, Suzane fue liberada a la espera del juicio. En ese tiempo la vieron rondando la casa donde Andreas vivía con su tío y su abuela. El miedo se apoderó de ellos.

La insistencia de Suzane para ver a Andreas era constante. Quería convencerlo de que no aprobara su exclusión de la herencia.

La abuela Lourdes dijo que perdonaba a su nieta, pero declaró que “no quería compartir el mismo techo con ella”. Pero ni Andreas ni Miguel su tío soportaban su presencia. No querían verla.

En la tarde del 5 de abril de 2006, poco antes de la fecha estipulada para iniciar el juicio, el programa dominical de Rede Globo Fantástico transmitió el reportaje donde mostraba a Suzane como una joven aniñada, con una camisa con estampado de Minnie y un flequillo que le cubría los ojos. Cuando le preguntaron por su ex novio, ella miró al abogado antes de responder, dijo sentir “Demasiado odio. Mucho, mucho, demasiado. Demasiado. Destruyó a mi familia, destruyó todo, todo, todo lo que tenía más precioso me lo quitó”.



q2exNnL.jpg

wNquynz.jpg

En el programa dominical de Rede Globo Fantástico le preguntaron a Suzane por su novio. Ella miró al abogado antes de responder, dijo sentir “Demasiado odio. Mucho, mucho, demasiado. Demasiado. Destruyó a mi familia, destruyó todo, todo, todo lo que tenía más precioso me lo quitó”


La estrategia para cambiar su imagen antes de ser juzgada estaba montada. Pero la treta sería descubierta y una distracción resultaría fatal para la defensa. En un stop de la filmación, Barni fue captado -por el micrófono que tenía colocado- diciéndole al oído a Suzane que llorara. Un escándalo: los periodistas lo habían escuchado. La entrevista se emitió el 9 de abril de 2006. Al día siguiente fue arrestada nuevamente por pedido del fiscal Tardelli. En la solicitud, el fiscal presentó, además, una foto de Suzane junto a su abuela materna donde vivía su hermano Andreas. El juez dictaminó que volviera a la cárcel en forma urgente: Andreas estaba “a su alcance” y “los desacuerdos entre Suzane y su hermano son públicos”. Ella representaba un serio peligro para su hermano menor.

El abogado Barni se defendió argumentando que le había pedido que llorara para conmover a su hermano. Suzane estaba luchando por recibir la herencia de sus padres, pero Andreas se había opuesto invocando una cláusula de exclusión como heredera por haber sido la causante de los homicidios. Esa ley, luego de este caso, se modificaría y haría de la exclusión algo automático.

Andreas estudió Farmacia y Bioquímica en la Universidad de San Pablo entre 2005 y 2009 y, en 2010, hizo un doctorado en Química orgánica. Continuó viviendo hasta septiembre de 2011 con su tío (su abuela murió en el 2006). Pero su dramático pasado lo acorrala: en el 2017 habría enfrentado problemas con las drogas y habría estado en tratamiento para desintoxicarse.



Juicio con rating

El juicio de los tres acusados comenzó el 17 de julio de 2006. El rating televisivo del caso disparó el interés de los medios y unas 5000 personas se anotaron para ocupar uno de los 80 lugares disponibles.

Por supuesto, Suzane declaró desconocer el macabro plan para asesinar a sus padres y le endilgó toda la culpa a los hermanos. Se defendió diciendo que estaba “muy drogada” cuando ocurrió el crimen.



wrtSfeu.jpg

La perito de la policía, Cíntia Tucunduva Gomes, subrayó la frialdad de Suzane y contó que, antes de fotografiarse para la ficha del penal, se peinó y le preguntó a su novio si era hermosa


Daniel sostuvo que la autora intelectual había sido Suzane von Richthofen. Y, para justificarse, aseguró que Suzane había sufrido por parte de su padre agresiones físicas y abuso sexual. Pero ella lo contradijo en pleno juicio: aseguró que su familia era “normal, buena”.

Andreas testificó que ni él ni su hermana habían sido víctimas de ningún abuso o maltrato por parte de sus padres. También dijo que había sufrido “chantaje emocional” al escribir aquella nota diciendo que había perdonado a su hermana. No solo no la había perdonado: no creía en su arrepentimiento ni en su intención de renunciar a la herencia. Y admitió sentirse amenazado por ella: “Dicen que es una psicópata. No lo sé, pero de alguien así podemos esperar cualquier cosa”.

La perito de la policía, Cíntia Tucunduva Gomes, subrayó la frialdad de Suzane y contó que, antes de fotografiarse para la ficha del penal, se peinó y le preguntó a su novio si era hermosa. Cristian completó su imagen siniestra diciendo que, una vez muertos Manfred y Marísia, Suzane lo había calmado, diciéndole: “No me quitaste nada. Me diste una nueva vida”.

Durante el juicio no se vio llorar a Suzane. De todas formas el fiscal Tardelli recordó que el arrepentimiento o la angustia no disminuyen la pena y resumió: “Todo fue planeado con antelación como un show macabro (...) Hicieron lo que hicieron porque quisieron hacerlo”.



1h8MoHp.jpg

Suzane y Daniel fueron condenados a 39 años y 6 meses de prisión; Cristian Cravinhos fue sentenciado a 38 años y 6 meses de prisión


El 21 de julio de 2006, los cuatro hombres y tres mujeres que formaban el jurado se reunieron a las 10 de la noche. Basado en los cuestionarios completados por los jurados, el juez Alberto Anderson, emitió el fallo a las 2 de la mañana del sábado 22 de julio. Suzane y Daniel fueron condenados a 39 años y 6 meses de prisión; Cristian Cravinhos fue sentenciado a 38 años y 6 meses de prisión.

De todas formas, los violentos jóvenes no estarían tanto en prisión, las penas en Brasil progresan en pocos años a regímenes semi abiertos.

Desde febrero de 2013 los Cravinhos tuvieron el derecho al régimen semiabierto: podían trabajar, pero debían volver a dormir a la cárcel. En 2014, Daniel se casó y, en enero de 2018, pasó al régimen abierto. Debe reportarse periódicamente. Cristian que había recobrado la libertad en 2017, volvió a la cárcel el año pasado por agredir a su ex mujer e intentar sobornar a la policía.



Herencia suculenta

Manfred tenía no solo un abultado sueldo de la empresa donde trabajaba. Poseía, además, propiedades en Brasil y otras heredadas en Europa de su noble familia. Marísia también ganaba mucho dinero al mes: era una psiquiatra reconocida que manejaba su propio consultorio.

La fortuna de Manfred en Brasil fue valorada en 3 millones de dólares. Pero también se dijo que los fiscales habían descubierto dos cuentas en Suiza, que contenían muchos millones de euros (algunos hablaban de 10, otros de 30). Supuestamente habían sido abiertas por Manfred, en noviembre de 2001, a nombre de Suzane cuando ella había cumplido 18. Justo un año antes de los homicidios. Según los trascendidos de ese entonces el dinero habría sido producto de coimas por el proyecto millonario de la autopista de circunvalación de San Pablo.

Andreas, que había permanecido en silencio desde el juicio, decidió hablar en marzo de 2015 para contrarrestar los rumores de corrupción contra su padre por desvío de fondos al exterior.

En la carta dirigida al abogado de Suzane, Andreas dijo: "Si hay cuentas en el extranjero, que presente la evidencia y diga dónde están (...) Pero si no son más que rumores maliciosos, debe retractarse y guardar silencio, para no permitir que la crueldad empañe la reputación de mis padres”. Al referirse al fiscal, también emitió opinión. Aseguró entender "la ira y la indignación contra los tres asesinos (...) Gran parte de la sociedad comparte este sentimiento. Yo también. Es asqueroso ".

En marzo de 2015, el tribunal de San Pablo dictaminó que la herencia familiar debería entregarse solo a Andreas. En la sentencia, el juez declaró a Suzane indigna de suceder .



Matrimonio y pastora evangélica

En octubre de 2014 Suzane anunció su matrimonio con otra detenida, Sandra Regina Ruiz Gomes, sentenciada a prisión por el secuestro y muerte de una adolescente. En febrero de 2015, la joven quedó separada de su esposa porque Sandra fue transferida a otro centro.


oC5puT9.jpg

En octubre de 2014 Suzane anunció su matrimonio con otra detenida, Sandra Regina Ruiz Gomes, sentenciada a prisión por el secuestro y muerte de una adolescente (captura de tevé)


Ese mismo mes Suzane concedió una entrevista al presentador Gugu Liberato. En ella reconoció haber planeado el asesinato de sus padres, junto con los hermanos Cravinhos; admitió que con su matrimonio con Sandra había descubierto que se podía tener relaciones sexuales con una mujer y, agregó, que estaba saliendo con Rogério Olbert, un empresario del transporte. En octubre de 2015 se ganó el derecho de pasar al régimen semiabierto.

Este año, en una de sus últimas salidas de prisión, reveló querer convertirse en pastora evangélica. Suzane sigue intentando limpiar su imagen mientras, en la industria cinematográfica brasileña, dos películas sobre su vida están en marcha.


Risas inoportunas

Maraísa no pudo imaginar que su profesión para trabajar con mentes perturbadas había hecho agua intramuros. Manfred tampoco pudo pensar que el dinero acumulado para darle seguridad a los suyos les cavaría la fosa. No esperaban encontrar semejante destino bajo el plan macabro dirigido por su queridísima hija mayor. Ellos querían el mejor futuro para Suzane, pero ella se empeñó en andar por el oscuro sendero que solo podía conducirla a la cárcel.



shjrvJ8.jpg

Suzane, la sobrina nieta del del barón von Richthofen, el legendario piloto alemán de la Primera Guerra Mundial conocido como el Barón Rojo, fue llamada por la prensa “el demonio rubio”



Un informe basado en los resultados de la prueba de Rorschach, para evaluar su posibilidad de progresión hacia el régimen carcelario abierto, señalaba que Suzane es “egocéntrica, narcisista, manipuladora y de inclinación hacia la conducta violenta”. Nada tranquilizador.

Suzane, la sobrina nieta del del barón von Richthofen, el legendario piloto alemán de la Primera Guerra Mundial conocido como el Barón Rojo, fue llamada por la prensa “el demonio rubio”. Su pasmosa frialdad quedó grabada en la retina de todos los presentes en el juicio cuando la escucharon, varias veces, reír.

“El demonio rubio” no lloraba por sus padres, pero sí reía en el estrado. A pesar de que había sido capturado con sus manos llenas de sangre.











era una arpia de clase alta,salvemosla.
Post automatically merged:

yo soy el pastor.
 
Volver
Arriba