Wiskitiwiski
Plasta
- Registrado
- 2013/06/21
- Mensajes
- 808
- Sexo
weon, ni yo escribo tan como el pico
Follow along with the video below to see how to install our site as a web app on your home screen.
Nota: This feature currently requires accessing the site using the built-in Safari browser.
Citado solo para la posteridad
Mostrarse como gordx es reivindicar el cuerpo, el cuerpo como territorio, como campo de batalla y como escena política. Declararse gordx hoy es dejar de someterse a una estrecha línea que aprieta el devenir de la grasa. Decidir vivir la gordura en plenitud es liberarse de las tensiones propias del fascismo. Es exiliar las culpas, los lamentos y los malos deseos.
Desde el transfeminismo me tomo de la gordura, de la grasa, del vivir gordx. “No se nace gordx, se llega a ser”.
Me declaro gordx, me declaro en una interrogante constante, en una devenir permanente, en contradicciones hartantes. Como gordx subo y bajo la grasa que se esconde y da forma a las dunas, a los pliegues y a las vueltas que da mi cuerpo de principio a fin. Lo hago como necesidad. Es una necesidad que hoy todxs los gordxs, todxs quienes habitamos estos cuerpxs digamos fuerte y claro que estamos transitando la gorduda, que la vivimos, que desde la enemistad hasta el regocijo caminamos por las calles molestando al ojo que desde el asco, el odio, el rechazo nos mira sin pudor.
Escribo esto porque el vivir la gordura me ha hecho cuestionar y criticar como necesidad. Desde mis inquietantes interrogantes hacia mi propio cuerpo, hacia si quiero o no ser gordx, al vivir día a día, paso a paso, cada kilo que se mueve dentro de mí, hasta los gritos, comentarios y violentas reacciones que llegan por parte de quienes, feministas o no, me ven, ven a mis amigxs, nos ven a lxs gordxs.
Desde aquellas bromas del gordx bueno pa’ la talla hasta los rechazos “ocupan el espacio que es para todxs”, “ocupas mi espacio vital”, “en la tele no puedes ser gordx”, “aquí no vendemos ropa para ti”, “guatón culiao”, me manifiesto extasiado con tanto derroche de creatividad, de violencia, de marginalidad.
No hay gordxs que no puedan hablar de su gordura, que no la puedan vivir, cuestionar o marginar. Yo no escribo como víctima, escribo como disidente. Porque mucho ya hemos tenido que callar. Reconozco mis estrías, reconozco mis cachetes y mi guata.
Me declaro gordx. Hago pública mi postura política de gordx. No es un insulto, es una incomodidad para el enjambre de cuerpos que se aterran ante la idea del ser extra XXL.
Me declaro gordx. Hago pública mi postura política de gordx. No es un insulto, es una incomodidad para el enjambre de cuerpos que se aterran ante la idea del ser extra XXL.
Escribo esto también desde la rabia, desde las peores experiencias de la peor gordofobia. Porque ser gordx no es bueno, no está bien, no es estético, no es admisible, no es bonitx, no es adecuado, no es inteligente, no es saludable.
Me causa ruido, me entristece que desde del mismo feminismo, desde el antipatriarcado, desde las prácticas que quieren salir de la norma fascista se margine la gordura, se evite, se considere una invasión al espacio vital de la gente flaca, de ellxs.
La obesidad, la gordura, el sobrepeso, los excesos el declive del ser humanx como un ente obediente a la manofactura, a la retención de deseos, a una supuesta vida sana con una única vía de satisfacción, a prioridades implantadas, son desprendimientos de aquellxs que no necesitamos de más normas que seguir, que no queremos, que no deseamos un mismo escenario mucho menos una misma dieta.
Conocer a mis amigxs gordxs, estar rodeado de gente gordx, vivir en consciente de los movimientos, reflexiones e ideas palpables me permiten seguir adelante en una tormenta de cuchillos que clavan lxs cuerpxs gordxs.
Ser gordx. No ser gay. No ser bisexual. No ser. Sin género definido. Lo que el doctor dijo de mi calidad de hombre al nacer es completamente cuestionable. No escribo desde lxs demás gordxs. Escribo con mi propia grasa, desde ella y de ahí digo, desde ahí escribo, lleno de altas y bajas en la balanza, que no quiero, no estoy dispuesto a tolerar, a escuchar ni a permitir que a ningún gordx se nos siga martirizando como tales.
Desde el activismo gordx, desde El Clóset, desde el día a día, me llamo gordx, me declaro gordx, reconozco la gordura.
http://hysteria.cl/2015/09/09/lxs-guatonxs-con-rabia/
Mostrarse como gordx es reivindicar el cuerpo, el cuerpo como territorio, como campo de batalla y como escena política. Declararse gordx hoy es dejar de someterse a una estrecha línea que aprieta el devenir de la grasa. Decidir vivir la gordura en plenitud es liberarse de las tensiones propias del fascismo. Es exiliar las culpas, los lamentos y los malos deseos.
Desde el transfeminismo me tomo de la gordura, de la grasa, del vivir gordx. “No se nace gordx, se llega a ser”.
Me declaro gordx, me declaro en una interrogante constante, en una devenir permanente, en contradicciones hartantes. Como gordx subo y bajo la grasa que se esconde y da forma a las dunas, a los pliegues y a las vueltas que da mi cuerpo de principio a fin. Lo hago como necesidad. Es una necesidad que hoy todxs los gordxs, todxs quienes habitamos estos cuerpxs digamos fuerte y claro que estamos transitando la gorduda, que la vivimos, que desde la enemistad hasta el regocijo caminamos por las calles molestando al ojo que desde el asco, el odio, el rechazo nos mira sin pudor.
Escribo esto porque el vivir la gordura me ha hecho cuestionar y criticar como necesidad. Desde mis inquietantes interrogantes hacia mi propio cuerpo, hacia si quiero o no ser gordx, al vivir día a día, paso a paso, cada kilo que se mueve dentro de mí, hasta los gritos, comentarios y violentas reacciones que llegan por parte de quienes, feministas o no, me ven, ven a mis amigxs, nos ven a lxs gordxs.
Desde aquellas bromas del gordx bueno pa’ la talla hasta los rechazos “ocupan el espacio que es para todxs”, “ocupas mi espacio vital”, “en la tele no puedes ser gordx”, “aquí no vendemos ropa para ti”, “guatón culiao”, me manifiesto extasiado con tanto derroche de creatividad, de violencia, de marginalidad.
No hay gordxs que no puedan hablar de su gordura, que no la puedan vivir, cuestionar o marginar. Yo no escribo como víctima, escribo como disidente. Porque mucho ya hemos tenido que callar. Reconozco mis estrías, reconozco mis cachetes y mi guata.
Me declaro gordx. Hago pública mi postura política de gordx. No es un insulto, es una incomodidad para el enjambre de cuerpos que se aterran ante la idea del ser extra XXL.
Me declaro gordx. Hago pública mi postura política de gordx. No es un insulto, es una incomodidad para el enjambre de cuerpos que se aterran ante la idea del ser extra XXL.
Escribo esto también desde la rabia, desde las peores experiencias de la peor gordofobia. Porque ser gordx no es bueno, no está bien, no es estético, no es admisible, no es bonitx, no es adecuado, no es inteligente, no es saludable.
Me causa ruido, me entristece que desde del mismo feminismo, desde el antipatriarcado, desde las prácticas que quieren salir de la norma fascista se margine la gordura, se evite, se considere una invasión al espacio vital de la gente flaca, de ellxs.
La obesidad, la gordura, el sobrepeso, los excesos el declive del ser humanx como un ente obediente a la manofactura, a la retención de deseos, a una supuesta vida sana con una única vía de satisfacción, a prioridades implantadas, son desprendimientos de aquellxs que no necesitamos de más normas que seguir, que no queremos, que no deseamos un mismo escenario mucho menos una misma dieta.
Conocer a mis amigxs gordxs, estar rodeado de gente gordx, vivir en consciente de los movimientos, reflexiones e ideas palpables me permiten seguir adelante en una tormenta de cuchillos que clavan lxs cuerpxs gordxs.
Ser gordx. No ser gay. No ser bisexual. No ser. Sin género definido. Lo que el doctor dijo de mi calidad de hombre al nacer es completamente cuestionable. No escribo desde lxs demás gordxs. Escribo con mi propia grasa, desde ella y de ahí digo, desde ahí escribo, lleno de altas y bajas en la balanza, que no quiero, no estoy dispuesto a tolerar, a escuchar ni a permitir que a ningún gordx se nos siga martirizando como tales.
Desde el activismo gordx, desde El Clóset, desde el día a día, me llamo gordx, me declaro gordx, reconozco la gordura.
http://hysteria.cl/2015/09/09/lxs-guatonxs-con-rabia/
fat acceptance en Chile, lo que faltaba
y que? queris que te demos un premio por aceptar tu sobrepeso? una estatua? que te alumbrai tanto, como si fuera tan bacan tener 30 o 40 kg de sobrepeso (y uno acomplejado por 20 kg de mas)
mi no entender la preguntaPero si esa wea lleva décadas. Extra lindas [DOUBLEPOST=1441834337,1441834166][/DOUBLEPOST]
Eso hace de un hombre Porcell o depende de la estatura?