Los diez mejores finales de fantasía en la historia de la National Football League
Me fue encomendada la tarea de ranquear los diez finales de fantasía en la historia de la NFL, y vaya si fue una asignación complicada.
A lo largo de 90 temporadas de fútbol americano profesional en la NFL, lo que sobran son los partidos con finales fantásticos. ¿Cómo elegir solamente a diez? Y más aún, ¿cómo ordenar a esos diez "finalistas" en una lista definitiva de Top-10?
Los nombres los conocemos todos --"The Catch", "The Sea of Hands", "The Ice Bowl"-- y las jugadas están impresas indeleblemente en la memoria colectiva de los que amamos al fútbol americano, aún si sólo las conocemos a partir de las repeticiones de una vieja película granulosa. A diferencia de otras disciplinas, donde los títulos se definen en series, el fútbol americano es más de momentos, de jugadas específicas. En el baloncesto o en el béisbol, una gran final de un segundo o tercer partido de la serie podría no tener impacto en el resultado de la misma. En el fútbol americano, en cambio, estos momentos --instantáneas tipo Polaroid-- lo definen todo.
Algunas jugadas memorables han quedado, desafortunadamente, marginados de este listado por razones de espacio pero no de olvido. Como siempre, espero sus comentarios al final de este pequeño paseo por la historia.
10. The Catch (La atrapada), 10 de enero de 1982, Juego de Campeonato de la NFC.
Con los Dallas Cowboys arriba por 6 puntos con menos de 5 minutos por jugar, Joe Montana condujo a sus San Francisco 49ers 83 yardas hasta la 6 de los Cowboys. Con 90 segundos restantes en el reloj, el entrenador en jefe Bill Walsh mandó "Sprint Right Option" en tercera oportunidad y tres por avanzar. El receptor primario en la jugada era Freddie Solomon, pero estaba bien cubierto, y Montana, rolando a su derecha perseguido por varios Cowboys, pensaba en lanzar el balón fuera de las líneas de banda.
Entonces, Dwight Clark, la segunda lectura, apareció cruzando el campo desde el lado izquierdo. "Yo pensaba en deshacerme del ovoide, pero lo vi desmarcándose y pensé, 'sí tan sólo puedo aguantar otro medio segundo...", diría Montana después del juego. Montana lanzó saltando hacia atrás sobre su pie de apoyo, para conectar perfectamente con Clark, quien se elevó por encima del esquinero Everson Walls, para ganar el boleto al Super Bowl XVI y de paso dar inicio formal a la década de dominio de los 49ers.
9. The Fumble (El balón suelto), 17 de enero de 1988, Juego de Campeonato de la AFC.
Los Cleveland Browns todavía no habían superado del todo el haber dejado escapar el pase al Super Bowl en el Juego de Campeonato de la AFC el año anterior, en casa, y también ante los Denver Broncos. En aquella ocasión, John Elway hiló una magnífica serie que se conoce como "The Drive", con cinco minutos por jugar, recorriendo 98 yardas, para mandar el partido a tiempo extra donde sería para los locales.
Esta vez, los Browns lucían decididos a vengarse en casa ajena. Con 1:12 por jugar, y abajo por 38-31, --luego de cuatro pases de touchdown en la segunda mitad de Bernie Kosar-- Cleveland estaba cerca de anotar una vez más para mandar el partido a la prórroga. En la yarda 8, Earnest Byner tomó la entrega y corrió hacia la izquierda en una carrera de atracción. El esquinero Jeremiah Castille aprovechó la distracción del receptor Webster Slaughter --quien debía cubrirlo pero quien se detuvo a mirar a Byner, quien parecía enfilado a un sencillo touchdown-- para despojar del ovoide a Byner, y recuperarlo él mismo, conservando así el boleto de los Broncos para el Super Bowl XXII.
8. The Hail Mary (El Ave María), 28 de diciembre de 1975, ronda divisional.
Los Dallas Cowboys tomaron el ovoide en su propia yarda 15, abajo por 14-10, con 1:51 por jugar en el cuarto periodo. Nueve jugadas más tarde, Roger Staubach ya tenía a su ofensiva en medio campo, pero el reloj mostraba solamente 24 segundos por jugar. Parecía que los Minnesota Vikings --sembrados Nº1 en la NFC-- avanzarían al Juego de Campeonato de Conferencia.
Entonces Staubach tomó el centro desde la formación escopeta y lo lanzó hacia la banda derecha donde el receptor Drew Pearson enfrentaba la marca del esquinero Nate Wright. El pase quedó un poco cortó, y Pearson debió detenerse para asirlo en contra de su cadera cerca de la yarda 4, con Wright pasando de largo. El profundo Paul Krause llegó tarde con el apoyo, y Pearson entró a las diagonales caminando. "Cerré mis ojos y recé. Fue un pase muy, muy, muy afortunado. Un pase de Ave María", declararía después del partido Staubach, bautizando así a los largos pases desesperados de últimos segundos.
7. Sea of Hands (Mar de manos), 21 de diciembre de 1974, ronda divisional.
Los Miami Dolphins venían de aparecer en tres Super Bowls consecutivos, ganando las dos ediciones más recientes. Los Oakland Raiders habían caído en el Juego de Campeonato de la AFC de la postemporada anterior, y buscaban una revancha en el Coliseo.
Los Dolphins se pusieron arriba, 26-21, con 2:08 por jugar. Siete jugadas más tarde, los Raiders tocaban la puerta en la yarda 8, sin tiempos fuera. El mariscal de campo Ken Stabler empezó a rolar hacia su izquierda, al ver que nadie se descubría. Mientras era derribado por el ala defensiva Vern Den Herder, Stabler logró deshacerse del ovoide, flotando un pase que parecía tomar minutos en recorrer apenas unas 10 yardas, donde cayó en manos del corredor Clarence Davis, quien se encontraba rodeado por Dolphins en las diagonales. Davis resistió los golpes simultáneos de los defensivos de Miami --y los intentos por arrancarle el balón-- para completar la jugada de touchdown que le daba el triunfo a Oakland. Irónicamente, el apodo de Davis en el equipo era "Hands of Wood", porque atrapar el ovoide no era precisamente su fuerte.
6. Super Bowl XXIII, 22 de enero de 1989.
De los cinco triunfos de Super Bowl en el palmarés de los San Francisco 49ers, ninguno fue tan brillante como el de la edición XXIII. En frente estaban unos Cincinnati Bengals dirigidos por Sam Wyche, probablemente el mejor pupilo de Bill Walsh, quien había empezado a implementar la ofensiva sin reunión en su ataque. Definitivamente fue uno de los súper domingos donde los contendientes llegaban más parejos. También fue el mejor momento de Joe Montana como mariscal de campo en la NFL.
Los Niners tomaron posesión del ovoide con 3:10 por jugar en el último cuarto, abajo por 16-13, y parados en su propia yarda 8. Montana, percatándose del enorme reto que le esperaba, calmó a sus compañeros en la reunión previa a la jugada señalando al actor John Candy en las tribunas, para aligerar el ambiente. Once jugadas más tarde, Montana ponía punto final a una de las series ofensivas más extraordinarias en la historia de los Super Bowls, conectando en pase de anotación de 10 yardas con John Taylor.
5. The Epic in Miami (El épico en Miami), 2 de enero de 1982, ronda divisional.
En realidad más que un gran final, este partido fue un glorioso ida y vuelta que contó --encima de todo-- con un final de antología. Los San Diego Chargers y Miami Dolphins intercambiaron golpes por casi 74 minutos de tiempo de juego, jugando bajo un calor infernal. Instantes antes del medio tiempo, los Dolphins habían anotado un improbable touchdown con una jugada de "Hook and ladder".
Pero las emociones fuertes estaban reservadas para el final. Con 58 segundos por jugar, Dan Fouts lanzó un pase a la zona de anotación para Kellen Winslow, demasiado alto, que sin embargo terminó en manos de James Brooks para el touchdown del empate para San Diego. Miami recuperó el balón en una patada corta, pero Don Strock fue interceptado por Willie Buchanon, quien sin embargo perdió el ovoide de vuelta en el intento de devolución. Los Dolphins intentaron un gol de campo del triunfo en los segundos finales del tiempo reglamentario, pero Winslow bloqueó la patada. Ya en la prórroga, los Chargers erraron un gol de campo, y los Dolphins sufrieron otro gol de campo bloqueado, antes de que San Diego le pusiera punto final a una de las más duras batallas jamás celebradas en un emparrillado, con gol de campo de Rolf Benirschke de 29 yardas, a los 13:52 del tiempo suplementario. También se le conoce a este partido como "El juego que nadie debió perder".
4. The tackle (La tacleada), 30 de enero del 2000, Super Bowl XXXIV.
Los St. Louis Rams llegaban al partido grande como un auténtico equipo "Cenicienta", liderados por un emotivo entrenador en jefe, Dick Vermeil, y un mariscal de campo virtualmente desconocido, Kurt Warner. Los Tennessee Titans arribaban como el favorito, bajo el mando de un sobre Jeff Fisher, y las figuras del mariscal de campo Steve McNair y el corredor Eddie George. Hacia el final del último cuarto, Warner conectó en latigazo de touchdown de 73 yardas que parecía sentenciar el título, poniendo el marcador 23-16 a favor de St. Louis.
Los Titans tomaron el ovoide en su propia yarda 12, con 1:48 por jugar. Ayudados por dos miserables jugadas del esquinero Dre' Bly --un castigo por derribar de la careta a McNair, y una intercepción fallida que le pasó entre las manos--, y una genialidad de McNair, deshaciéndose de una captura segura para lanzar el balón a Kevin Dyson, Tennessee se encontró en la yarda 10 de los Rams, con seis segundos por jugar, y una última oportunidad para anotar touchdown. McNair volvió a buscar a Dyson, esta vez en una diagonal corta, que atrapó cerca de a yarda 5. El apoyador Mike Jones se alcanzó a colgar de Dyson y no lo soltó, derribando al receptor a una yarda --o menos-- de anotar, conservando el triunfo de St. Louis.
3. Super Bowl XLIII, 1º de febrero del 2009.
Aún sin el final fantástico, el Super Bowl XLIII disputado entre los Arizona Cardinals y Pittsburgh Steelers ya había sido espectacular. Por un lado, pocos creían sus ojos al ver a los Cardinals en un partido grande. Además, el receptor abierto Larry Fitzgerald había demostrado ser, en esa postemporada, el mejor jugador de la liga. Por su parte, los Steelers llegaban con el mejor jugador defensivo de la NFL, James Harrison. Antes del entretiempo, Harrison había interceptado un pase de Kurt Warner y lo devolvió 99 yardas hasta la zona de anotación.
Sin embargo, el marcador de 17-7 al medio tiempo no parecía reflejar el dominio que había disfrutado Pittsburgh hasta ese momento, Entonces, Fitzgerald se encendió, y los Cardinals respondieron. Anotando 16 puntos en el cuarto periodo, Arizona se colocó a 2:37 de ganar el Super Bowl, estando arriba por 23-20. Ben Roethlisberger condujo a los Steelers 78 yardas, culminando con un pase a Santonio Holmes --entre tres defensivos de Arizona-- en la esquina de las diagonales. Después de verificar en la repetición instantánea que las dos puntas de los pies de Holmes estaban dentro, los oficiales dieron por bueno el touchdown y con ello Pittsburgh se adjudicó su sexto Trofeo Lombardi. Una jugada antes del touchdown, Holmes había soltado un pase en la esquina opuesta que habría supuesto, también, el triunfo.
2. The Ice Bowl (El tazón del hielo), 31 de diciembre de 1967, Juego de Campeonato de la NFL.
El partido por el título Nº 35 de la NFL, y el derecho a jugar en el Super Bowl II --en la era previa a la fusión NFL-AFL-- era el partido soñado para culminar aquella temporada: Los Green Bay Packers de Vince Lombardi enfrentando a los Dallas Cowboys de su ex colega Tom Landry (ambos habían servido como coordinadores de los New York Giants, años antes). El clima era tan frío, -26 ºC con factor de congelación de -44ºC, que algunos jugadores se demoraron en uniformarse en los vestidores, seguros de que el partido se pospondría, pero los pronósticos eran que los siguientes días enfriaría aún más, así que se decidió celebrar el encuentro.
Con 4:50 por jugar en el partido, y el factor de congelación cerca de los -57ºC, los Packers iniciaron su último avance. Alcanzaron la yarda 1 de Dallas, pero en dos intentos consecutivos los Cowboys fueron capaces de frenar al corredor Donny Anderson. Con 16 segundos por jugar, y enfrentando tercera oportunidad, Starr pidió tiempo fuera. El mariscal de campo le informó a Lombardi que deseaba mandar "31 Wedge", pero en lugar de entregarla al corredor, la metía él. Lombardi le dio luz verde. Starr recibió el centro y se clavó detrás del guardia derecho Jerry Kramer, anotando el touchdown que ponía el marcador final en 21-17, y reafirmando el dominio de los Packers en la década de los '60s.
1. The Immaculate Reception (La recepción inmaculada), 23 de diciembre de 1972, ronda divisional.
Los Pittsburgh Steelers encaraban una cuarta oportunidad y 10 por avanzar, en su propia yarda 40, con 22 segundos por jugar. La suerte parecía estar echada, y todo indicaba que los Oakland Raiders avanzarían al juego de Campeonato de la AFC.
El mariscal de campo Terry Bradshaw retrocedió y luego de evitar un intento de captura, roló hacia su derecha y envió un pase al corredor Frenchie Fuqua, pero en el momento en que arribó el balón, arribó también el violento golpe de Jack Tatum. El ovoide salió rebotado hacia atrás, donde fue recogido casí del piso por el fullback Franco Harris, quien se dirigió a la banda izquierda para recorrer el resto del camino hasta las diagonales. La gran controversia era que dos jugadores ofensivos no podían tocar el ovoide consecutivamente, pero es imposible determinar si fue Fuqua o Tatum quienes tocaron el balón por última ocasión antes de que llegara a manos de Harris. Fue el primer triunfo en postemporada en la historia de los Steelers.
Mención honorífica (en orden cronológico):
The Greatest Game, (El mejor juego), 28 de diciembre de 1958, Juego de Campeonato de la NFL, Colts 23-Giants 17.
The Drive (La Serie), 11 de enero de 1987, Juego de Campeonato de la AFC, Broncos 23-Browns 20.
The Comeback (El regreso), 3 de enero de 1993, ronda de comodines, Bills 41-Oilers 38.
The Music City Miracle (El milagro de la ciudad de la música), 8 de enero del 2000, ronda de comodines, Titans 22-Bills 16.
Super Bowl XLII, 3 de febrero del 2008, Giants 17-Patriots 14.
jotu qlio q tiene saber harto sobre todo XD
