El padre explicó que el pequeño “decidió lucir orgulloso sus uñas pintadas de rojo en la guardería esta mañana, porque él no tiene ese concepto de que la pintura de uñas es solo para chicas y no entiende que alguien podría tener algún problema con esas uñas tan bonitas”.
Tengo un crío de 5 años, y la verdad, dejaría que se pintara, sin embargo, le explicaría que eso le queda mejor a las niñas, que yo cómo papá y cómo hombre no lo hago, pero si quien lo hace, es la mamá que es mujer, por otra parte, tampoco lo mandaría al colegio a exhibirse de esa forma y menos lo utilizaría como instrumento para mostrarme frente al resto como un papa moderno y open mind, vale mencionar, que me importa un pico si me dicen que soy machista, no voy a andar por la vida reprimiendo mi pensamiento, porque a otros les puede resultar anticuado, discriminador, intolerante, autoritario o violento, me tiene chato esta sociedad de lo políticamente correcto, que todo debe tolerarse, que somos todos iguales, váyanse a la xuxa.
El niño a esas edad carece de discernimiento, el culpable de todo esto, es el progenitor de la criatura, que tiene las capacidades cognitivas perturbadas.
Cuando aplicas un razonamiento coherente, que gosa de sensatez y es objetivo, pero es políticamente incorrecto decirlo, vienen los progresista e intentan ponerte el pie encima porque estás hieriendo susceptibilidades, en cambio, si apoyas cosas que son aberrantes y van en contra las leyes de toda naturaleza, estos minusválidos te lo celebran.
En conclusión, la ideología de género debiera tratarse como una patología mental.