Podría argumentarse que una persona sin papá zorron pero con educación, vivienda y salud estatal y gratuita de primer nivel, quedaría igual en desventaja ante un cuico por no tener las facilidades que este tiene en cuanto acceso a capital inicial de inversion para un emprendimiento que son descomunalmente más favorables para el cuico, pero, hasta este tema es suplible por el Estado por medio de programas de apoyo a PYMES.
Podría argumentarse también que el papá cuico podría apitutarle al cuico un puesto privilegiado en su empresa o hasta heredarsela, lo que constituye sin duda una ventaja, pero en este caso cabe preguntarnos ¿hablamos de igualdad de oportunidades sólo para tener una vida razonablemente decente o hablamos de igualdad en cuanto a la oportunidad de ser dueño de un holding de la noche a la mañana?
La igualdad de oportunidades en educación, salud y vivienda, entonces, que es a los asuntos concretos respecto de los cuales niega Kaiser posibilidad alguna de igualdad, vimos que era perfectamente factible y que Káiser estaba equivocado.
La igualdad de oportunidades en general, en cambio, donde se incluye la igualdad de oportunidades de transformarse de la noche a la mañana en un Paulman, quizá ahí, en ese caso extremo y acotado sea imposible pero, vamos, la gente quiere igualdad de oportunidades para vivir bien no para ser millonarios, sería absurdo usar esto como sustento de la idea de imposibilidad de igualdad de oportunidades.