Sexo, golpizas y drogas en secta del sacrificio de Quilpué
El prófugo líder del grupo, ahora buscado en Perú, ejercía tal poder sobre sus seguidores que incluso cuando notaba “debilidad” les aplicaba una serie de 45 apaleos y 3 más si lloraban. A la espera del “juicio final” mantenía relaciones sexuales con al menos 5 mujeres.
Todos los rasgos de una secta religiosa delirante y sometida a creencias apocalípticas cumple el grupo desbaratado por la policía en Valparaíso al que se acusa de haber participado en el sacrificio en que fue quemada viva una bebé recién nacida al interior de un predio cerca de Quilpué. El líder del grupo y padre de la lactante asesinada, que logró salir a Perú antes de los arrestos, es Ramón Gustavo Castillo Gaete (35), sindicado como maestro zen y quien se definía como divinidad y se hacía llamar “Antares de la luz”.
El sujeto, que ya habría reclutado a una chilena en su viaje al vecino país del norte, logró reunir al menos a 12 seguidores, en su mayoría profesionales, y mantenía relaciones sexuales con 5 de las mujeres, en un plan para esperar el juicio final que sobrevendría según interpretaciones del calendario maya.
El subprefecto Miguel Ampuero, jefe de la Brigada de Investigaciones Policiales Especiales (Bipe), apuntó que a partir de una pesquisa iniciada al grupo en su paso por San José de Maipo, apuntó, “se logró dar con una secta de sanación la cual era liderada por Antares de la luz, maestro zen quien ordenaba a las mujeres y a los hombres a hacer sacrificios con la finalidad de ritos espirituales”. Relató que el líder “los convenció de que salvaban el mundo, pues esperaban el 21 de diciembre pasado, fecha en que se había anunciado su fin. En todo ese tiempo estuvieron consumiendo la droga ayahuasca para esperar el fin”.
Respecto del consumo de drogas, precisó que “ellos consumían ayahuasca, que es una droga que se da en Perú y en Brasil, y que usan los chamanes para hacer ritual y que tiene una carácter que tienen que extraer el DNT el cual es el alucinógeno” En cuanto a la influencia de Castillo sobre el grupo, dijo que “el poder absoluto se puede graficar en que si él sentía que los integrantes tenían las vibraciones positivas bajas procedía a golpearlos 45 veces con un palo y la persona que llorara en el transcurso de estos 45 golpes se adosaban 3 golpes más para que continuara sufriendo”.
El hasta ahora máximo delirio del grupo fue el acto de fines de 2012 en que “Antares” quitó a Natalia Guerra Jequier (25 años) el bebé que recién 3 días antes había tenido, guió al grupo hasta una excavación, le pusieron una cinta en la boca para no escuchar los llantos y la lanzaron con una tabla al fuego aún viva.