Conocidos de redes sociales, a quienes creía como medianamente decentes y/o inteligentes, con tal de abrazar radicalmente el estallido nacional han sido capaces de justificar las barbaridades más descabelladas (minimizar los bailes impuestos por los soyeros, excusar la destrucción patrimonial, validar los saqueos y las agresiones, despreciar a la autoridad, imponer cambios de paradigma, empatar circunstancias diferentes, etc.). Para ellos es todo o es nada. Obviamente hay situaciones por ambos lados que deben tomarse con pinzas, pero ni eso es suficiente porque igual serás un facho o un amarillo. Pareciera que hubiesen tenido oculto mucho odio y esta ola de protestas fue la oportunidad ideal para desatarlo.
Cipadritos, lo mejor es desconectarse de todo y, como dije en otro post, tómense un whiskacho con sus seres queridos o regaloneen con sus hijos. El sentido común se perdió.