La hueá más ridícula que hice fue con una vieja que atendía en un negocio que era más caliente que la cresta, una raja impresionante pero ella era fea a cagar. El asunto es que cuando iba a comprar trataba de ir a medio pajear, con la tula semiparada y que la vieja cachara que iba caliente y en más de una ocasión me miró el paquete. El problema principal es que era casada, pero igual de repente cuando el negocio estaba vacío me contaba historias de que le gustaba usar colaless, o que una vez salió a atender al cartero en lencería, gueas calientes po'. Viéndolo de lejos la señora estaba completamente desquiciada pero a fin de cuentas nunca me saqué el empacho, era muy pendejo y 10 veces más hueón que ahora. Debo haberle dedicado como 100 pajas en el transcurso de un año por cuenta baja, después se fueron de la villa y nunca más supe de ella. Vieja culiá.