ANONIMOSINANIMO
Antroneirao 2023
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cual seria el tema a raiz del cual el El maestro avello mencionó al antro en su columna? :
https://www.facebook.com/felipeavello.periodista/posts/603536659768482
Hace unos días comencé a experimentar sin razón, ni motivo aparente, un ardor, un picor en toda mi zona genital, (perdonen la franqueza). Al principio era solo una molestia, pero con el correr de los días se convirtió en un verdadero problema, que no podía disimular. Entraba al baño sólo a rascarme, cada vez con más fuerza, hasta me mandé a hacer una varilla con una tachuela en la punta; solo así calmaba por algunos minutos la molestia en esa zona.
Tras consultar en internet en algunos sitios como Yahoo Answer o El Antro , y no encontrar explicación a la extraña picazón, decidí ir al médico. Debo aclarar que soy un hombre bastante limpio, y que soy muy selectivo a la hora de tener un encuentro íntimo con alguien del sexo opuesto. Se los aclaro para que no piensen que la causa de la picazón se debía a un descuido mío.
Opté por ir donde mi médico de toda la vida, el pediatra que me ha atendido desde que era un niño; nada de acudir a médicos inexpertos, siempre apurados, médicos que apenas te ven entrar a su consulta te mandan a hacer exámenes, doctores que por vergüenza, cuelgan su diploma en el lugar menos visible de la oficina, detrás de un cuadro o en en el baño.
Tampoco fui dónde esos doctores de países tropicales que han llegado a Chile en los últimos años. No soy xenófobo, ni mucho menos, pero esos doctores de acento caribeño a mí no dan confianza. Lo siento, pero no quiero que me opere un hombre así; que me enseñe a bailar salsa, que me prepare un mojito, pero no que me opere.
Por eso fui donde un galeno de verdad, un profesional de la medicina, un digno discípulo de Hipócrates: el Doctor Hans Heckers, mi medico de toda la vida, el que me curó de rubiola, peste cristal, sarampión, peste bubónica, otitis, cólera, tifus y dengue. Un hombre de toda mi confianza, flemático, de pocas palabras, pero amable, de modales finos, manos largas y huesudas (así lo recordaba yo, no lo veía desde hace mas de 15 años).
Y llegué a su consulta. El doctor se veía bastante mayor de lo que recordaba, pero aun conservaba el porte y los modales de hombre educado. Me vio y me reconoció de inmediato.
Amable como siempre, me hizo llenar una ficha con mis datos; luego, me pidió que me tendiera sobre la camilla, y tomándose todo el tiempo del mundo, procedió a auscultarme.
Aflojó mi cinturón con su mano derecha, mientras que con la izquierda, comenzó a examinar la zona en problemas.
Yo cerré los ojos y traté de relajarme.
Sus manos estaban heladas, algo húmedas y temblaban levemente, cosa que atribuí a la avanzada edad del doctor Heckers.
Y comenzó a pasar el tiempo. 15 minutos, 20 minutos, 30 minutos, 45 minutos. una hora, y el examen proseguía.
Tras una hora y 30 minutos de exhaustivo examen el Doctor Heckers, al fin, levantó la cabeza, me miró a los ojos, y dijo: Felipe, sinceramente, no sé lo que tienes, no entiendo el motivo de tu picazón; pero no te preocupes, seguiré examinándote periódicamente hasta dar con la causa de tu problema. Tú quédate tranquilo, porque esto no es grave.
De eso han pasado ya seis meses.
Como aun no se sabe lo que tengo, me cita los lunes, miércoles , viernes y algunos sábado por la mañana, y me somete a una completa revisión de la zona afectada.
Me dice que ya estamos cerca de saber que es lo que realmente tengo. Lo bueno que a veces es el mismo el que me rasca con la varilla, sin embargo, lo mejor de todo es que ya no me cobra por la consulta. Un médico de verdad.
https://www.facebook.com/felipeavello.periodista/posts/603536659768482