Preocupante la reacción autoritaria de occidente frente a este conflicto, no es muy diferente a la inquisición woke que ocurre internamente en estos países. Es necesario que China y Rusia se fortalezcan para generar algún equilibrio.
Las sociedades occidentales están inmersas en un proceso sin control en que se retroalimentan los medios masivos, las redes sociales, la política electoral y la población con necesidades básicas cubiertas, aburrida y en búsqueda de excusas para expresas sus inclinaciones violentas que deben ocultar en lo cotidiano.
Se imponen ideas por aclamación, que nadie puede discutir y el que se oponga es aplastado.