Con el dentista... a los 8 o 9 años un dentista trató de sacarme una muela por error y me rompió la corona, lloré como la nena que soy y cada vez que tengo que ir, llego casi tiritando aunque sé que no me va a doler.
Con el mar... cuando chica mi viejo nos hacía bañarnos en la orilla mientras él se quedaba parado a 2 metros de nosotras, le agarré tanto miedo al mar que hasta el día de hoy solo me meto hasta la cintura, me mojo y me salgo.
Con las vacas y caballos... cuando chica un caballo le dio una patada a mi viejo cuando él trataba de demostrarnos que no hacían daño. Desde ahí que tengo que pasar bien lejos de cualquier animal más grande que yo, que ande libremente... y aunque por pega he tenido que cabalgar días enteros, me bajo bien rapidito del caballo, lo amarro y me alejo de inmediato.
Otros traumas se limitaron solo a mi infancia... como el miedo a la "mano negra" (de donde chucha salió, ni idea) o miedo a mi muñeca rosalba (aunque hoy aún pido que guarden todo tipo de muñecos cuando me quedo en otras casas, pienso que me volveré a asustar si despierto a media noche y esos ojos me están mirando).
