La diferencia es que ahí entra la ley vigente. Además olvidas algo esencial: en el caso del banco, nadie te obliga a pedir un préstamo y además firmas un acuerdo (que debes leer antes, aunque la mayoría sea tan flojo que no lo hace). En el caso de los monos, al no haber nada escrito, pueden ir a tu casa a cortarte los dedos. He ahí la diferencia -sin contar que muchos monombianos, coaccionan a la víctima a aceptar el préstamo-.
Bueno, eso que nadie te obliga es bien relativo. En todo caso, tampoco están obligados los del gota. En el resto que dices, es tal cual lo planteas: fuerza institucionalizada, simbólica como dice Bourdieu.
De hecho, quería comentar algo que no se divulga mucho: en lo financiero, pero por sobre todo en esa sensación de justicia superficial que tiene la gente (obviamente la más importante), solo un puñado de artículos del Código de Procedimiento Civil ( los de las tercerías), no diseñados para contener totalmente el poder del abuso sistema. son actualmente el contrapeso existente. No por nada las instrucciones tácitas dentro del pjud son que toda tercería se acoge, salvo que sea groseramente inviable.
¿Y qué son hoy la tercerías? Armas prefabricadas que tiene el deudor para evadir el cumplimiento, ocupando a un tercero como palo blanco.
En el juico ejecutivo y en las tercerías está todo el choque ideológico que vimos en las calles el año pasado.
Y no estoy validando el gota, como algunos miopes entiende más arriba, sino que encuentro más relevante analizar el otro lado, que, a mi modo ver, es el más oscuro. Aunque no me extrañaría que hasta estuviesen emparentados y tengan ciertas sinergias.
en Valdivia
Kittita (@Sailor Star Fighter) mas para el compilado.
