Vivo allá la mayor parte del año
, y estaría feliz de que le quitaran la denominación.
No es por el olor a meado (infaltable en una urbe donde el copete corre y es barato), ni por los curaos odiosos (ídem), ni por los hinchas del Guander (camoteros como ellos solos
), ni por los santiaguinos culiaos que van el fin de semana a ensuciar más de lo que los porteños ya ensucian (porque puta que somos mal educados en casa ajena), ni por los tontos hueones que se compran un djembé pa decir que son artistas y engrupirse a la hueona de turno en un carnaval shuer cultural
(estos son los más nefastos,
Carnaval de los Mil Tampones.).
Por qué? Simple, es algo estructural.
Por el carácter patrimonial de Valpo (hueá que sólo le importa a los que son de allá), no puedes tocar (restaurar o pintar) sencillamente ni una fachada del puerto, a menos de que hagas el tremendo papeleo y trámites y todo lo que nuestro Estado se demora en hacer
.
En resumen, tienes una infinidad de edificios bonitos, de diversos estilos arquitectónicos, en una condición absolutamente pa la cagá: Rayados, meados, sucios y con la pintura descascarada. Llega a dar risa que una de las mejores edificaciones del plan sirva de sede pa una botillería
, que ni siquiera se preocupe de darle un mínimo mantenimiento al interior.
Por esa hueá patrimonial tampoco llega el comercio más grande allá. Con suerte Paulmann se atrevió a hacer su supermercado ahi, sólo porque tenía el edificio viejo de Gas Valpo y le respetó la arquitectura.
Y eso que uno habla de edificios privados, porque pa huear en lo público, van por ahi. Hace miles de años que se tramita el cableado subterráneo, una mejor licitación de los Trolley y los ascensores y ahí están... Botados, semi-funcionales, con cuea pa los cerros turísticos y no para la gente que realmente los necesita
El remedio fue peor que la enfermedad