Un amigo fanático del ketchup y del Mierdonald me contó que fue a comprarse un cuarto de libra con queso y que la weona que entregaba el pedido era una simiozolana que le dio dos sachet de ketchup.
Mi amigo, que le echa ketchup a todo, le pidió más sachet a la mona, y se produjo el siguiente diálogo.
Chuleno gris: ¿Me puede convidar más ketchup, por favor?
Unga Unga: No, no le puedo dar más.
CG: Disculpe, pero siempre que pido ketchup me dan más
UU: Con lo que le pasé es suficiente
Ahí se le salió lo antroniano a mi amigo
CG: mira, me importa un pico que en Venezuela le estén racionando la comida, estamos en Chile y acá cuando uno pide más ketchup... ¡se nos da más ketchup!
La simia casi se puso a llorar y le dio más satchets a mi amigo, quien se fue feliz porque lo gris le ganó a los colores caribeños