La cagó... me saco el sombrero por esos conductores. Acá en Santiago lloverían los bocinazos, si hasta cuando le das la pasada a otro auto muchos te miran como si fueras weón, son pocos los que hacen algún gesto de agradecimiento. Y ni hablar de Buenos Aires, allá hasta cruzar en un paso de cebra o en un semáforo es casi un suicidio si no te fijas bien que no venga nada cerca.
La única vez que vi algo así fue con mis vecinos... con mi viejo íbamos a nuestra parcela cuando quedamos enterrados en el barro, y mientras aún seguíamos tratando de salir llegaron los 2 vecinos, uno con una camioneta y el otro con una retro a sacarnos... pero no se puede esperar menos de gente que se arrancó de la ciudad (como ellos) para vivir tranquilos con sus familias en su pedacito de tierra.
Rusia
