He andado con minas de todos los pelajes, desde chicas sencillas de pueblo chico y sin estudios superiores, hasta tituladas y con postgrados en el extranjero, y trataré de no tener sesgos. Mi experiencia personal es que las minas sencillas son querendonas, calentonas y algo inseguras (de vez en cuando alguna saca a colación que como no tiene estudios la van a dejar por otra con estudios), mujeres trabajadoras y con alto sentido de la responsabilidad personal, que da la impresión que no son o no fueron profesionales solamente por un tema de oportunidades y plata, ya que piensan con lógica, tratan de cultivarse culturalmente y son resilientes ante lo adverso. Tal vez y a veces no haya mucho "tema" contingente y en reiteradas ocasiones caigan en lo berto, y eso a veces hace que la conversación y la convivencia chirríe un poco.
En cambio, las mujeres profesionales y "cultas" (lo pongo entre comillas porque esa noción de cultas es algo que ellas mismas se autoimponen) con las que me he relacionado en su mayoría han mantenido distancia, haciendo ver lo "secas" que son, y la conversación de ellas gira casi siempre en torno a sus logros profesionales o académicos, el viaje que se dieron o pretenden darse, el grupo de amigas con quienes salen de compras, y cosas así. Salvo una de ellas (una cuica sin ninguna necesidad de estudiar, que se tituló de abogada de aburrida que estaba de su frondoso clan familiar), que sólo hablaba de su familia y de sus relaciones personales, el resto eran unas monotemáticas que no salían del triángulo "trabajo-viajes-compras", y muy temerosas de pisar en falso o mostrar la hilacha (mucha "tseatche" en la conversación).
Sumando y restando creo que el quid del asunto no se relaciona si la mina es titulada o no; creo que la cosa va más bien por los sesgos y prejuicios que las mujeres tienen respecto de sí mismas y de cómo las miran los demás, sea si tienen educación superior o no.