Devenir
Pajer@
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Todos somos ignorantes, solo que en diferentes ámbitos.
Para mí no es problema la ignorancia per se, ya que el conocimiento se expande en la medida que la persona esté dispuesta a aprender, a tener un debate intelectualmente franco, a recurrir a fuentes de calidad, y a poner en cuestionamiento sus ideas preconcebidas cuando ellas se basan en desconocimiento, sin asumir que lo sabe todo, y sin querer hacer de ello algo que ocultar bajo una actitud defensiva, en vez de asumir que es algo que puede corregirse fácilmente si se lo propone.
En ese caso, el problema no es el desconocimiento (ignorancia) sino que la actitud de mediocridad de quien prefiere mantenerse en ese estado, pudiendo dejarlo atrás, despreciando el conocimiento de quienes han avanzado más en determinada área de conocimiento y considerarle una amenaza en vez de un guía.
Es decir, el problema no es el que ignora, sino quien, ignorando, prefiere quedarse en la zona de confort que le otorga el desconocimiento perpetuo, careciendo de vocación por desarrollarse intelectualmente e, incluso, poniéndose a la defensiva cuando sus ideas preconcebidas —que resultaron ser erróneas— han quedado en evidencia, al ser enfrentadas al conocimiento cierto.
La generación de cristal de estos tiempos está plagada de individuos de ese perfil, con gente sumamente inculta y arrogante que prefiere mantenerse en la ignorancia y batallar guerras absurdas con tal de no reconocer que están equivocados, viviendo y alimentando disputas absolutamente estériles para el resto y para sus propias vidas.
Todo ello, a diferencia de alguien sensato que sabe que nadie lo conoce todo y agradecerá haber sido expuesto a la verdad en medio de la equivocación y con ello, haber salido del error, expandir su área de conocimiento, y así poder hacer las cosas mejor a futuro.
Por lo mismo, alguien mediocre intelectualmente hablando no dejará de ser un ignorante, saque o no saque un título, y ese es el problema de fondo: el orgullo y la vanidad que le produce a ciertos individuos, mantenerse en ese estado primitivo, considerando como beneficioso algo que está mal y que le limita como persona.
Entendiéndolo así, para mí la ignorancia tal como se entiende vulgarmente (alguien bruto, inculto) es un problema de carácter, no de circunstancias, menos hoy por hoy donde vivimos en la era de la información y aun así, muchos prefieren quedarse en las tinieblas del desconocimiento por simple comodidad.
Todo a diferencia de alguien abierto a aprender, que está consciente de que es un eterno ignorante y siempre existe algo nuevo por descubrir, y que con dicha actitud ante la vida se transforma en eso que llamamos alguien culto.
Así, ser experto en un ámbito y ser culto o inculto, son cosas diferentes, y gente de ambos perfiles hay en todas las áreas.
Para mí no es problema la ignorancia per se, ya que el conocimiento se expande en la medida que la persona esté dispuesta a aprender, a tener un debate intelectualmente franco, a recurrir a fuentes de calidad, y a poner en cuestionamiento sus ideas preconcebidas cuando ellas se basan en desconocimiento, sin asumir que lo sabe todo, y sin querer hacer de ello algo que ocultar bajo una actitud defensiva, en vez de asumir que es algo que puede corregirse fácilmente si se lo propone.
En ese caso, el problema no es el desconocimiento (ignorancia) sino que la actitud de mediocridad de quien prefiere mantenerse en ese estado, pudiendo dejarlo atrás, despreciando el conocimiento de quienes han avanzado más en determinada área de conocimiento y considerarle una amenaza en vez de un guía.
Es decir, el problema no es el que ignora, sino quien, ignorando, prefiere quedarse en la zona de confort que le otorga el desconocimiento perpetuo, careciendo de vocación por desarrollarse intelectualmente e, incluso, poniéndose a la defensiva cuando sus ideas preconcebidas —que resultaron ser erróneas— han quedado en evidencia, al ser enfrentadas al conocimiento cierto.
La generación de cristal de estos tiempos está plagada de individuos de ese perfil, con gente sumamente inculta y arrogante que prefiere mantenerse en la ignorancia y batallar guerras absurdas con tal de no reconocer que están equivocados, viviendo y alimentando disputas absolutamente estériles para el resto y para sus propias vidas.
Todo ello, a diferencia de alguien sensato que sabe que nadie lo conoce todo y agradecerá haber sido expuesto a la verdad en medio de la equivocación y con ello, haber salido del error, expandir su área de conocimiento, y así poder hacer las cosas mejor a futuro.
Por lo mismo, alguien mediocre intelectualmente hablando no dejará de ser un ignorante, saque o no saque un título, y ese es el problema de fondo: el orgullo y la vanidad que le produce a ciertos individuos, mantenerse en ese estado primitivo, considerando como beneficioso algo que está mal y que le limita como persona.
Entendiéndolo así, para mí la ignorancia tal como se entiende vulgarmente (alguien bruto, inculto) es un problema de carácter, no de circunstancias, menos hoy por hoy donde vivimos en la era de la información y aun así, muchos prefieren quedarse en las tinieblas del desconocimiento por simple comodidad.
Todo a diferencia de alguien abierto a aprender, que está consciente de que es un eterno ignorante y siempre existe algo nuevo por descubrir, y que con dicha actitud ante la vida se transforma en eso que llamamos alguien culto.
Así, ser experto en un ámbito y ser culto o inculto, son cosas diferentes, y gente de ambos perfiles hay en todas las áreas.