Ellos saben perfectamente los mejores trucos del Marketing para engatusar a sus clientes.
Desde el logo color amarillo y rojo, que lo hace llamativo, pasando por el valor agregado de la marca que lo hace triunfar en Chile y Sudamérica en general (mismo fenómeno del iPhone), hasta incluso el olor que desprenden de sus locales, pues ese olor a grasa seduce psicológicamente a los organismos acostumbrados a la chatarra, e incluso a los que no.
Y bueno, todas las recetas propias que ellos tienen con su sello propio, y que guardan con tanto recelo (sus proveedores han sido seleccionados con pinzas, y no los dan a conocer tampoco, es un secreto a voces).
A nivel de comida chatarra son nivel mediocre comparados a otros locales, pero todas sus fórmulas los han hecho ver mejores de lo que realmente son.