Hoy (25 de Febrero) he regresado a mi trabajo, luego de 3 semanas de vacaciones... aunque unas vacaciones de aquellas que te marcan para toda la vida.
Corría el 31 de enero, y todos en mi familia preparando las vacaciones... solo faltaba que yo cumpliese mi último día de trabajo para salir el mismo viernes por la tarde a tongoy. Dejé mi bolso listo... era cosa de cargar todo en el auto y partir...
... Pero Dios, nos tenía preparado algo distinto... estuve con mi padre antes de acostarse, estaba bueno, sano, feliz, y me dio un gran beso en mi boca (a mis 25 años de edad, siempre le di besos en la boca a mi padre) y me dijo que me amaba mucho... a lo cual respondí de la misma manera.
Me fui a acostar, espectante por el día siguiente para viajar y disfrutar 3 semanas lejos de Santiago, sin saber lo que nos esperaría junto a mi madre...
A las 6:15 de la mañana... despierto con un grito ensordecedor... mi madre me llamaba para que fuera a ver a mi padre... y me levanto veloz, aún dominado por el sueño y entro a su dormitorio... y ahí estaba, mi viejo... mi amado viejo... mi pilar, mi sustentador... sin vida. Dormido para siempre.
No lo podía creer... pensé que todo era un sueño, pero a medida que pasaban los minutos no era así... Lo abracé, lo besé como nunca y solo le pude decir... "Decansa viejito, te lo mereces... fuiste un gran hombre".
Ahora quedamos solos con mi madre (soy hijo único) pero confío que Dios nos ayudará y nos sacará adelante.
Hoy la pena es grande, aún lo lloro... no puedo parar de hacerlo, porque se fue uno de aquellos hombres que no deberían hacerlo, sino quedarse para mejorar todo.
PAPITO, gracias por todo... por tus enseñanzas, tus paseos la centro cuando pequeño, tu amor, tu preocupación, por todo lo que diste por mi.
Descansa junto a Dios, te lo mereces....
TE AMO
