A Chile no solo le falta ROCK // Columna Felipe Pumarino Revista Reportajes Lun Domingo 14 de Junio de 2009
AC/DC toca en recintos enormes; por decisión de Chiledeportes; el Estadio Nacional solo esta siendo arrendado para la pichanga. La cancelación del show previsto para fines de año asoma inminente; peor aún, la banda australiana reemplazaría la escala santiaguina por Lima. Horror chovinista.
La ira del pueblo rockero se expresa firme y clara sobre el teclado: "estos qliaos como las weas nose k tanta prioridad wn con las eliminatorias si con cuea vamos a clasificar wn", opina un protocomentarista depotivo; "Chilerrecortes no es nada, son puros corruptos que les falta ROCK!", añade un analista politico. Algunos espontáneos exigen que el estadio erija un coliseo exclusivo para conciertos y se lo regale a las productoras.
Como no soy metalero el asunto debiese darme más o menos lo mismo, pero lo que queda de Depeche Mode se presentará en octubre en las incómodas instalaciones del Club Hípico. Es probable que esa noche, poseído por la euforía, termijne perdido en las caballerizas o ahogado en una zanja. A mí, entonces, también me gustaría que Jaime Pizarro nos prestara el Nacional. Es lo mejor que hay; está bien ubicado, tiene accesos bastante cómodos e iluminados y se ve desde todas partes, aunque sea chiquitito.
De pronto, sin embargo, me doy cuenta de que el enemigo es otro. El viejo Elefeante Blanco no es un anfiteatro al aire libre, sino un recinto construido con el fin específico de practicar y contemplar deporte. Aún si fuéramos pésimos para la pelota -y no lo somos- el rectángulo de césped situado al medio seguiría estadno diseñado paraque veintitrés tipos corran y no para que treinta mil fans salten encima.
El recital de Madonna significó la total destrucción de la cancha; la primera final del Clausura 2008 se jugó en un potrero. Durante cuatro meses el Nacional permaneció cerrado mientras crecia el pasto, obligando de paso a la U a peregrinar por Chile en la Libertadores. ¿Acaso los organizadores del show financiaron los millones que costó la siembra? No: pagamos tú, yo y todos los contribuyentes.
Los productores de eventos están cumpliendo una pega magnifica al desviar sobre una entidad fiscal su verdadera responsabilidad en el asunto. Avalados por tontos útiles dispuestos a vociferar por cualquier causa, desde las sombras manipulan masas para mantener tal cual su lucrativo negocio. ¿Cuantas veces hemos salido de un concierto sintiéndonos estafados?.
En las dos décadas de historia de los megaeventos en Chile, el gremio no ha invertido un peso para habilitar otro recinto grande; tampoco ha sido capaz de hacer una vaca para -por último- comprar una buena alfombra sintética o una tarima que cubra el pasto del Nacional (o del Monumental ¿por qué no?). Posan de promotores culturales como si su actividad fuera casi filantrópica; aunque proporcionalmente nos cobran las entradas más caras del planeta, no han querido meterse una vez la mano al bolsillo para dignificar a sus clientes. En suma: si queremos chillar, chillémosle a ellos.
