Los departamentos son pequeños, pero las paredes aíslan el ruido
Vecinos de mega edificios cuentan cómo viven: "Ha sido bastante cómodo"
El jueves el intendente metropolitano criticó lo que llamó"guetos verticales". Mucha gente, dijo, vive en poco espacio, quebrando la armonía de la ciudad. Los aludidos cuentan su verdad.
La Real Academia Española define la palabra gueto como un “barrio o suburbio en que viven personas marginadas por el resto de la sociedad”.
Esa fue, precisamente, la palabra que Claudio Orrego, el intendente metropolitano, usó este jueves para abrir una discusión urbanístico-inmobiliaria-paisajística. Los mega edificios que se han levantado, y se siguen levantando en un sector de Estación Central, dijo, son verdaderos “guetos verticales”. Son moles de hasta 30 pisos y 20 departamentos por nivel. Algunos de esos proyectos, dijo, ni siquiera tienen permisos ambientales. Mucha gente en poco espacio y poca armonía con la ciudad, fue la crítica.
¿Cómo es vivir en estos edificios? Tres arrendatarios y una propietaria responden.
El problema de los autos
Evelyn González es cubana, vive en Chile hace poco más de un año y hace dos meses se cambió a un edifico ubicado en avenida General Velásquez, porque necesitaba una pieza extra para una amiga. Arrienda un departamento de dos dormitorios y dos baños, por $290.000.
“Es un poco ruidoso, principalmente por los autos, pero cada vez nos acostumbramos más. A veces escuchamos unos toquecitos de los vecinos, pero nada del otro mundo. El ascensor por lo general nunca llega, son solo dos y uno casi siempre está malo”, relata. Son 18 pisos y más de 12 departamentos por planta. El de ella no tiene terraza, por lo que cuelga su ropa adentro. “Me cambiaría más que por el ruido y el espacio, por el precio”, comenta. González dice sentirse cómoda con la seguridad y la cercanía del lugar a supermercados, estación de metro y terminal de buses.
El ascensor de la discordia
Paola Villegas hace seis meses vive junto a su hija y sus tres gatos en calle Conde del Maule. Compró un departamento de dos piezas y un baño. Pagó 2.000 UF por 50 metros cuadrados.
“Me vine para no pagar más arriendo”, explica. Uno de sus grandes problemas es el ruido, pero externo. Al estruendo de las construcciones cercanas, dice, se suma “un camión del aseo que pasa todas las noches y mete ruido como una hora”.
Además, relata que “entre las seis y siete de la tarde hay un taco gigante para el ascensor, se hace fila de hasta 30 personas, yo ocupo la pura escalera”. Hay tres elevadores para 31 pisos; en cada uno de ellos hay un promedio de 20 departamentos.
Las construcciones eternas
Angie Calderón llegó hace un año desde Venezuela. Desde su país hizo la gestión con una corredora para rentar un departamento en calle Toro Mazote, en el que vive hasta el día de hoy. Tiene dos dormitorios y dos baños; vive junto a su marido, sus tres hijos y actualmente están alojando a una pareja de compatriotas que llegaron a Chile hace dos días. Paga $300.000 por el arriendo.
“Nos ha sido bastante cómodo, no hemos tenido ningún problema. Lo único es el ruido de las construcciones de aquí al lado, que es muy fuerte, tenemos que estar con las ventanas cerradas. Escuchamos los timbres de los horarios de los obreros y en general eso es muy molesto”, admite Calderón. El trabajo de la construcción se extiende de lunes a sábado, en horario hábil. Su edificio tiene 30 pisos y cerca de 17 departamentos por nivel.
La bulla del terminal
Marcos Almado es venezolano y vive con su mascota en la calle Nicasio Retamales. “A veces los ascensores están más ocupados, pero los vecinos son muy conscientes con los ruidos. El único problema en cuanto a contaminación acústica es el terminal de buses, sobre todo los viernes y domingos, pero fuera de eso todo bien”, asegura el hombre que llegó hace cinco meses a este departamento de una habitación, que arrienda por $240.000.
estacion central comuna culia fea, se esta convirtiendo al igual que maipunga en la nueva comuna de los aspiracionales
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Autoconstrucción sin papeles ni certificación alguna. A lo compadre 
