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SIRIA / LOCAL / 2019 / JAKO
Gracias a los medios de comunicación, relacionamos a este país con guerras civiles, atentados, Estados Islámico, la pugna entre Estados Unidos y Rusia, llegando a pensar que es un estado fracasado el cual su única riqueza es el petróleo. Nada más lejos de la verdad, ya que Siria tiene una riqueza cultural muy superior a varias culturas, milenaria y es un territorio que ha sido vital para la humanidad.
Siria es un país asiático localizada en el Oriente Próximo, el cual limita al norte con Turquía, al este con Irak, al sur con Israel, Jordania y el Mar de Galilea, y por el oeste con el Líbano y el Mar Mediterráneo. Esta ubicación geográfica, colindante al Mediterráneo, hizo que fuera un puente entre los productos del lejano oriente y la civilización occidental. Más importante aún, su territorio comprende lo que se conoce como “El Creciente Fértil”, el lugar donde se inició la agricultura hace alrededor de 10 mil años A.C., la revolución que cambió para siempre a la humanidad y dio el primer paso para conformar las sociedades modernas.
A pesar de la rica y ancestral historia del territorio, el estado sirio es de reciente creación. Hacia el año 2.000 A.C, su territorio era parte del Aram, una antigua región que comprendía el centro de lo que hoy es Siria. Desde el 1.530 A.C. hasta el 1.250 A.C., el territorio fue parte del Imperio Egipto. Desde el siglo XII A.C. hasta el 732 A.C., en el actual territorio se desarrolló el Aram-Damasco, un antiguo estado arameo. Este estado, pasó a ser parte del Imperio Asirio en el Siglo VIII A.C., para 100 años después, pasar a ser parte de Babilonia. En el 538 A.C, Persia se apoderó de la zona., hasta que 200 años después, Alejandro Magno la anexionó como parte de su imperio. En el 64 A.C. pasó a ser una provincia romana y luego, tras la división del Imperio Romano, pasó a ser parte del Imperio Bizantino, nombre del Imperio Romano Oriental, hasta el 634 de nuestra era. En la segunda mitad del siglo XI, tras la expansión árabe, pasó a manos de los sarracenos y en el 1516 pasó a los otomanos quienes la mantuvieron hasta el 1833 cuando fue conquistada por el sultán de Egipto Mehmet Alí. Sin embargo, el sultán devolvió el territorio al Imperio Otomano 7 años después, en 1840.
Los otomanos mantuvieron el territorio hasta 1918 cuando los ingleses invadieron la zona y formaron “El Reino de Siria”, el cual no era para nada independiente y respondía a los ingleses. Luego del colapso de los otomanos tras la Primera Guerra Mundial. En 1920, y cumpliendo el, en ese entonces secreto, pacto de Sykes-Picot, los ingleses le ceden el territorio a Francia. Con la rendición de Francia ante Alemania en 1940, Siria pasó a control de la Francia de Vichy. En julio de 1941, tropas inglesas y de la Francia Libre, ocuparon los territorios de Siria y el Líbano. Tras el fin de la segunda guerra mundial, una Francia del lado vencedor pero sin fuerza militar ni política, tuvo que abandonar Siria en julio de 1946, dando origen a la Siria actual.
En lo futbolístico, y como suele suceder con los países convulsionados, los deportes no son prioridad y repercute en sus resultados, por lo cual Siria es una selección débil dentro del concierto asiático. SU primer partido internacional fue el 20 de noviembre de 1949 en Ankara, Turquía, en una derrota por 7-0 contra la selección local. Nunca ha clasificado a una Copa del Mundo, pese a ser una de las primeras selecciones asiáticas en participar de las clasificatorias mundialistas. Su primera participación en un torneo oficial fue en 1980 por la Copa Asiática. Tras esta primera participación, lo haría 5 veces más: En 1984, 1988, 1996, 2011 y 2019, en todas las cuales quedó eliminada en primera ronda.
La camiseta que les traigo fue la utilizada en la Copa Asiática del 2019. Diseñada por la empresa alemana Jako, es un diseño bastante simple y genérico que usaron otras selecciones asiáticas. El único detalle personalizado es la cabeza de un águila en el lado inferior derecho como sello de agua y que representa el apodo de la selección “Las águilas de Qasioun”.
Gracias a los medios de comunicación, relacionamos a este país con guerras civiles, atentados, Estados Islámico, la pugna entre Estados Unidos y Rusia, llegando a pensar que es un estado fracasado el cual su única riqueza es el petróleo. Nada más lejos de la verdad, ya que Siria tiene una riqueza cultural muy superior a varias culturas, milenaria y es un territorio que ha sido vital para la humanidad.
Siria es un país asiático localizada en el Oriente Próximo, el cual limita al norte con Turquía, al este con Irak, al sur con Israel, Jordania y el Mar de Galilea, y por el oeste con el Líbano y el Mar Mediterráneo. Esta ubicación geográfica, colindante al Mediterráneo, hizo que fuera un puente entre los productos del lejano oriente y la civilización occidental. Más importante aún, su territorio comprende lo que se conoce como “El Creciente Fértil”, el lugar donde se inició la agricultura hace alrededor de 10 mil años A.C., la revolución que cambió para siempre a la humanidad y dio el primer paso para conformar las sociedades modernas.
A pesar de la rica y ancestral historia del territorio, el estado sirio es de reciente creación. Hacia el año 2.000 A.C, su territorio era parte del Aram, una antigua región que comprendía el centro de lo que hoy es Siria. Desde el 1.530 A.C. hasta el 1.250 A.C., el territorio fue parte del Imperio Egipto. Desde el siglo XII A.C. hasta el 732 A.C., en el actual territorio se desarrolló el Aram-Damasco, un antiguo estado arameo. Este estado, pasó a ser parte del Imperio Asirio en el Siglo VIII A.C., para 100 años después, pasar a ser parte de Babilonia. En el 538 A.C, Persia se apoderó de la zona., hasta que 200 años después, Alejandro Magno la anexionó como parte de su imperio. En el 64 A.C. pasó a ser una provincia romana y luego, tras la división del Imperio Romano, pasó a ser parte del Imperio Bizantino, nombre del Imperio Romano Oriental, hasta el 634 de nuestra era. En la segunda mitad del siglo XI, tras la expansión árabe, pasó a manos de los sarracenos y en el 1516 pasó a los otomanos quienes la mantuvieron hasta el 1833 cuando fue conquistada por el sultán de Egipto Mehmet Alí. Sin embargo, el sultán devolvió el territorio al Imperio Otomano 7 años después, en 1840.
Los otomanos mantuvieron el territorio hasta 1918 cuando los ingleses invadieron la zona y formaron “El Reino de Siria”, el cual no era para nada independiente y respondía a los ingleses. Luego del colapso de los otomanos tras la Primera Guerra Mundial. En 1920, y cumpliendo el, en ese entonces secreto, pacto de Sykes-Picot, los ingleses le ceden el territorio a Francia. Con la rendición de Francia ante Alemania en 1940, Siria pasó a control de la Francia de Vichy. En julio de 1941, tropas inglesas y de la Francia Libre, ocuparon los territorios de Siria y el Líbano. Tras el fin de la segunda guerra mundial, una Francia del lado vencedor pero sin fuerza militar ni política, tuvo que abandonar Siria en julio de 1946, dando origen a la Siria actual.
En lo futbolístico, y como suele suceder con los países convulsionados, los deportes no son prioridad y repercute en sus resultados, por lo cual Siria es una selección débil dentro del concierto asiático. SU primer partido internacional fue el 20 de noviembre de 1949 en Ankara, Turquía, en una derrota por 7-0 contra la selección local. Nunca ha clasificado a una Copa del Mundo, pese a ser una de las primeras selecciones asiáticas en participar de las clasificatorias mundialistas. Su primera participación en un torneo oficial fue en 1980 por la Copa Asiática. Tras esta primera participación, lo haría 5 veces más: En 1984, 1988, 1996, 2011 y 2019, en todas las cuales quedó eliminada en primera ronda.
La camiseta que les traigo fue la utilizada en la Copa Asiática del 2019. Diseñada por la empresa alemana Jako, es un diseño bastante simple y genérico que usaron otras selecciones asiáticas. El único detalle personalizado es la cabeza de un águila en el lado inferior derecho como sello de agua y que representa el apodo de la selección “Las águilas de Qasioun”.
